La ministra de Salud, Carla Vizzotti, aseguró que existe consenso con las provincias sobre la necesidad de bajar la mortalidad de la Covid 19 con la vacunación de las personas de «mayor riesgo» y de «desalentar los viajes al exterior» para evitar el ingreso al país de «nuevas cepas».
En una conferencia de prensa realizada en Casa Rosada, tras la reunión del Consejo Federal de Salud (Cofesa), que reúne a los ministros de Salud de las 24 jurisdicción del país, Vizzotti reconoció que «la segunda ola es una posibilidad concreta en la Argentina».
«Queremos minimizar el ingreso de nuevas cepas, estamos trabajando en un corredor seguro para las personas que ingresan al país», dijo y recordó que «las fronteras para extranjeros siguen cerradas» desde el 24 de diciembre pasado.
En ese marco, transmitió el «consenso» que existe en el seno del Consejo Federal de Salud para «desalentar los viajes al exterior y el turismo» por el riesgo que implica, no sólo de contagios entre pasajeros, sino el «sanitario» de «traer al país nuevas cepas» de coronavirus.
A los que no viajan por motivos fundamentales, les pidió que eviten desplazarse hacia el exterior para «minimizar ese riesgo sanitario» que implica para el país la llegada de una nueva cepa de este virus.
Dejó en claro, sin embargo que en el gobierno «no estamos pensando en medidas de confinamiento; no estamos en marzo de 2020, la sociedad argentina ya tiene un aprendizaje».
Destacó el valor de la vacunación en esta etapa para que, aún habiendo contagios de coronavirus, los «casos sean leves», se «baje la mortalidad» y el sistema de salud pueda «dar respuesta sin tensión».
Aclaró en este sentido que «si se difieren los 21 días» entre la aplicación de la primera y la segunda dosis de la vacuna contra el coronavirus, «no es para preocuparse» y afirmó que a medida que vayan llegando las dosis del exterior «se va a ir citando» a los que les corresponde la segunda dosis.
Ante la llegada de nuevas vacunas al país, Vizzotti resaltó la actitud del presidente Alberto Fernández de ponerse «a la cabeza de la lucha contra el coronavirus» desde el inicio de la pandemia.
Señaló que por ese motivo transmitió un mensaje por cadena nacional a toda la ciudadanía, luego de un encuentro que mantuvo por teleconferencia con los gobernadores, para contar a los argentinos lo que se está haciendo desde el Estado, y brindar tranquilidad, pero también para pedir que la sociedad «siga cuidándose».
Para lograr el objetivo de minimizar el impacto de la mortalidad en los casos de coronavirus, la ministra puntualizó el valor de la vacunación, empezando por «las personas de mayor riesgo», que reciben su inmunización con las dosis que Argentina ha comprado a diferentes laboratorios que la producen en el mundo.
Por su parte, el ministro de salud bonaerense, Daniel Gollan, sostuvo que no de ninguna manera se van a «tirar vacunas», al ser consultado sobre los remanentes de las dosis que a veces quedan en algunos vacunatorios.
«Como sanitaristas no pensaríamos nunca en tirar vacunas, siempre las utilizamos», explicó y apuntó a algún «denunciador serial que plantea eso como un hecho irregular».
Gollan indicó que los protocolos de bioseguridad ante el coronavirus se evaluarán «día a día», a medida que vaya cambiando la situación pero afirmó que se hará «equilibrio» entre «los cuidados que tenemos que seguir cumpliendo, la detección temprana y el aislamiento rápido, con estrategias» y «vacunación».
El ministro de salud bonaerense calificó al Cofesa como «el mayor órgano de decisión política sanitaria del país», al que consideró «altamente calificado» y con «la misma línea de pensamiento».
Y advirtió: «Escuchamos a todos los actores, pero las decisiones las toman los ejecutivos. El Legislativo puede aportar con leyes, pero no tienen injerencia el Judicial y mucho menos los medios».
Coincidió con Vizzotti en que «la segunda ola se ha dado en el mundo muy probable suceda acá», porque «en invierno el virus contagia más y tiene variantes más contagiosas», y apuntó a «vacunar a los sectores de riesgo lo antes posible para bajar la internación y la mortalidad, para luego seguir acorralando el virus».
Su par porteño, Fernán Quirós, manifestó en la misma línea que Gollan que «hubo pequeños sobrantes» de dosis en la Ciudad de Buenos Aires «que fueron distribuidos en tres geriátricos».
Quirós reconoció que los casos en la Ciudad «hace dos o tres semanas han dejado de descender y han ascendido» y subrayó que «el esfuerzo es focalizar el cuidado y avanzar en la vacunación».
El ministro de salud porteño adelantó que «no hay que mirar la pandemia como el año pasado a esta misma altura» y solicitó «la voluntad de hacer el esfuerzo para que una posible segunda ola tenga el menor impacto social, sin necesidad de aplicar políticas públicas que generen más daños económicos, afectivos y familiares».