Ubicada cerca de Madagascar, en el océano Índico, es una de las islas más paradisíacas del mundo, hogar de arrecifes de coral de renombre mundial y un popular destino para turistas. Pero, desde las últimas semanas, en sus aguas cristalinas se ve una gran mancha negra y sus playas de arena blanca se llenaron de una sustancia oscura y pegajosa. Ya son más de mil toneladas de petróleo las que llegaron a Riviere des Creoles, Mauricio.
El derrame fue provocado por el buque de carga MV Wakashio cuando encalló en un arrecife. Nagashiki Shipping, propietario del buque, dijo el jueves que sentía su responsabilidad y que tiene la intención de tomar medidas para evaluar la compensación. La grieta en el barco, que sigue varado, se está ensanchando y corre el riesgo de dividirse en dos.
Miles de voluntarios y habitantes de Mauricio han sido convocados para limpiar y contener el derrame, armando barreras caseras para contener el petróleo y limpiando las playas manualmente; se están pidiendo donaciones a nivel mundial para colaborar. Francia envió un avión militar con equipo de control de la contaminación desde la isla cercana de Réunion, mientras que Japón envió un equipo de seis miembros para ayudar en los esfuerzos franceses.
Greenpeace África advirtió que «miles de especies animales están en riesgo de ahogarse en un mar de contaminación».
Las consecuencias ecológicas son muchas: no solo bañó las costas de la isla con un (que actualmente los voluntarios tratan de remover con palas y baldes), sino que la vida marina se ve gravemente afectada. Ya han aparecido cuerpos de anguilas flotando en el agua, estrellas de mar que llegan a la orilla envueltas en petróleo y cangrejos y aves marinas que mueren por el derrame del buque japonés. Greenpeace África ha advertido que «miles» de especies animales estaban «en riesgo de ahogarse en un mar de contaminación, con graves consecuencias para la economía, la seguridad alimentaria y la salud de Mauricio».