El expresidente de Ecuador Rafael Correa se presentará como candidato a la vicepresidencia en una fórmula que encabezará el economista Andrés Arauz, quien fuera ministro de su Gobierno, para las elecciones de febrero próximo, informó en Twitter el líder de uno de los partidos de su coalición UNES, Jimmy Jairala.
Jairala, titular de Centro Democrático, adelantó que la fórmula presidencial será presentada formalmente mañana martes y explicó: «Esta plataforma ha priorizado la necesidad de acometer en los graves problemas económicos del país».
Hasta hoy no estaba claro si el exmandatario se presentaría como parte de la fórmula presidencial opositora porque una reciente reforma de las reglas electorales establece que los candidatos elegidos por sus fuerzas políticas en las elecciones primarias deben aceptar sus candidaturas de manera presencial en el país.
Correa, quien tras terminar su mandato en 2017 se mudó con su familia a Bélgica, país del que es oriunda su esposa, fue condenado en segunda instancia en julio pasado a una pena de ocho años de cárcel por un caso de corrupción durante sus gobiernos.
El exmandatario no fue quien anunció su candidatura, pero miembros de su entorno se la confirmaron a Télam.
Correa, tras terminar su mandato en 2017 se mudó con su familia a Bélgica, país del que es oriunda su esposa.
Correa, en cambio, sí invitó desde sus redes sociales a participar virtualmente hoy al mediodía, hora argentina, del anuncio de la fórmula presidencial del frente Unión por la Esperanza (UNES).
“La hora más oscura de la noche es también la más cercana al amanecer”, afirmó el frente correista en la invitación.
El hombre elegido para encabezar la fórmula presidencial es Arauz, quien ayer se incorporó al Grupo de Puebla y que fue definido por el entorno de Correa como «un hombre de su máxima confianza, muy radical y pragmático».
El joven economista ocupó varios cargos del gabinete económico de Correa, además de haber sido su ministro de Cultura y director del Banco Central durante parte de su mandato.
Arauz también es el dirigente que en julio presentó un recurso ante el Tribunal Contencioso Electoral para suspender la nueva norma que establece que los candidatos nacionales deben aceptar sus candidaturas de forma presencial en Quito y reclamó que se pueda hacer en un consulado, como sucedía antes.
El hombre elegido para encabezar la fórmula presidencial es Andrés Arauz, un joven economista ocupó varios cargos del gabinete económico de Correa.
El tribunal electoral aún no se expidió sobre este recurso.
El futuro candidato presidencial del correísmo también se encuentra en el extranjero en la actualidad, realizando un doctorado en la Universidad Nacional Autónoma de México, pero a diferencia de Correa no posee obstáculos legales para volver al país.
Ecuador atraviesa por estos días la etapa electoral de las primarias y, pese a que mañana UNES anunciara oficialmente a su binomio presidencial, la fórmula deberá ser votada por los delegados de la coalición en septiembre para formalizar las candidaturas, según explicó el entorno de Correa.
Con el binomio de UNES -una coalición de dos partidos y varios movimientos sociales que sumó al correísmo luego de la ruptura con el presidente Lenin Moreno y el actual oficialismo-, ya suman 11 las postulaciones para la Presidencia en las elecciones de febrero próximo.
Desde hace meses, Correa denuncia que tanto las autoridades políticas como las electorales de Ecuador intentan frenar su participación en las próximas elecciones generales.
Con la derecha dividida, tras el derrumbe de popularidad del Gobierno de Moreno, con una oposición también fragmentada y con el país sumido en una crisis económica y sanitaria por la pandemia, el correísmo se presenta como la principal minoría del país con una intención de voto del 31,4%, según la última encuesta del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), publicado a principio de mes.
Desde hace meses, Correa denuncia que tanto las autoridades políticas como las electorales de Ecuador intentan frenar su participación en las próximas elecciones generales, primero inhabilitándolo para una nueva candidatura presidencial con la reforma constitucional, luego con varios juicios y una condena en segunda instancia por corrupción y, finalmente, con el cambio de las normas electorales que definen cómo se aceptan las candidaturas.