El presidente de Kazajistán destituye a todo su Gobierno tras las protestas que le han llevado a declarar el estado de emergencia en algunas zonas del país. El viceprimer ministro asumirá el papel de primer ministro en funciones hasta que se forme un nuevo gabinete.
Es otra respuesta con la que el presidente pretende paliar la creciente tensión que se ha producido en esta nación centroasiática, rica en petróleo, por la subida del precio del gas. En los disturbios la policía detuvo a cerca de 200 personas. En un mensaje a la nación, Kasim-Yomart Tokáyev, decía que el Gobierno no iba a caer, pero poco ha durado.
«Los llamamientos a atacar edificios civiles y militares son completamente ilegales. Se trata de un delito, y el castigo puede llegar. El gobierno no caerá, pero queremos confianza mutua y diálogo en lugar de conflicto», afirmó Kasim-Yomart Tokáyev.