Las naciones occidentales se enfrentan a una importante escasez de mano de obra en 2022, mientras lidian con los cambios demográficos y la jubilación de una generación de trabajadores de más edad.
«La escasez de trabajadores calificados ahora es tan grave que está desacelerando dramáticamente nuestra economía», dijo Christian Duerr, líder del Partido Democrático Libre de Alemania en una entrevista con WirtschaftsWoche.
El Instituto Económico Alemán estima que sin intervenciones significativas, la fuerza laboral en la economía más grande de Europa se reducirá en más de 300,000 personas este año, ya que los trabajadores mayores se jubilan a un ritmo más rápido que los jóvenes que ingresan al mercado laboral. Se espera que esta brecha se amplíe a más de 650 000 para 2029, dejando una escasez considerable de personas en edad de trabajar en comparación con los trabajos disponibles.
«Tenemos 300.000 puestos vacantes hoy y esperamos que aumenten a un millón o más», dijo Robert Habeck, líder del partido Verde, en una conferencia de prensa. «Si no cerramos esa brecha, tendremos verdaderos problemas de productividad».
Alemania ha tratado de abordar esta escasez invitando a trabajadores calificados y reduciendo las barreras a la inmigración legal.
«Solo podemos controlar el envejecimiento del mercado laboral con una política de inmigración moderna», agregó Duerr.
Recientemente, la legislatura alemana ha presionado para expandir nuevamente el tamaño y el alcance de su sistema de inmigración. Aprobó la Ley de inmigración calificada en 2020 para ampliar la cantidad de oportunidades para profesionales calificados y facilitar que los trabajadores calificados de países no pertenecientes a la UE emigren a Alemania para trabajar.
Sin embargo, el éxito de la política se vio atrofiado debido a las restricciones y bloqueos de COVID-19. El año pasado, los Servicios de Colocación Internacional (ZAV) de la agencia ayudaron a solo 3200 trabajadores extranjeros calificados a ingresar al mercado laboral alemán, 700 más que en 2020, pero demasiado bajo para satisfacer las necesidades de mano de obra calificada de Alemania.
Una encuesta global de 917 CEO’S y 1614 ejecutivos C-suite realizada por Conference Board confirma que la escasez de mano de obra es una preocupación creciente no solo en Europa, sino también en EE. UU. Los directores ejecutivos europeos lo clasificaron en cuarto lugar en su lista de preocupaciones (después de la inflación, la recesión y las interrupciones de la cadena de suministro) cuando se les preguntó sobre los principales desafíos externos en 2022.
El CEO estadounidense lo clasificó en primer lugar.
La escasez de mano de obra en Estados Unidos y Europa tiene causas similares. Las políticas de pandemia han tenido un efecto dramático en el mercado laboral de EE. UU.; descalificando a millones de la fuerza laboral, empujando a los trabajadores mayores a la jubilación y disminuyendo significativamente la cantidad de personas que han emigrado para trabajar.
La participación laboral de los trabajadores en los EE. UU. mayores de 55 años alcanzó un mínimo de 14 años en 2021. Entre 2008 y 2019, la población jubilada de 55 años o más creció alrededor de 1 millón por año, pero en los últimos dos años, las filas de jubilados en ese grupo de edad ha crecido en 3,5 millones.
Actualmente hay disponibles unos 10,6 millones de puestos de trabajo, según la Oficina de Estadísticas Laborales de los Estados Unidos, pero con solo 6,3 millones de trabajadores actualmente desempleados, la brecha entre las ofertas de trabajo y la cantidad de trabajadores disponibles nunca ha sido mayor. La escasez ha sido especialmente significativa en industrias como la construcción, el transporte y la hostelería.
“La pandemia ha tenido un efecto negativo limitado en el crecimiento de las industrias que a menudo dependen de trabajadores extranjeros altamente calificados debido a la escasez crónica de mano de obra”, encontró un informe de New American Economy.
«El hecho de no permitir que los empleadores llenen las brechas críticas de la fuerza laboral obstaculiza su capacidad para alcanzar su potencial económico, lo que obstaculiza el crecimiento económico en todo el país», dijo el informe.
Hay alrededor de dos millones menos de inmigrantes en edad laboral en los Estados Unidos debido a las restricciones de inmigración de COVID , dijo a Axios Giovanni Peri, economista de la Universidad de California Davis. Esta es una pérdida sustancial de trabajadores, equivalente a aproximadamente el 1,2% de todas las personas que trabajan en el país.
“Hemos perdido dos años de inmigración y no hay nada en nuestro sistema que nos permita ponernos al día”, agregó.
Si bien Alemania busca atraer a 400 000 trabajadores calificados del extranjero cada año, actualmente solo hay 140 000 visas de inmigrantes basadas en el empleo disponibles para solicitantes calificados según las disposiciones de la ley de inmigración de los Estados Unidos.
La Cámara de Comercio de EE. UU., la organización empresarial más grande del mundo, ha identificado públicamente esto como un problema importante. En un informe titulado The America Works Agenda: Policy Solutions to Address the Nation’s Worker Escasez, la organización pide a los funcionarios electos que tomen medidas inmediatas para ayudar a abordar esta «crisis económica».
“Nuestra nación tiene demasiadas personas sin trabajo, demasiados trabajos sin gente que los ocupe y, como resultado, demasiadas empresas que no pueden crecer ni prosperar”, decía el informe.
El documento insta al Congreso a tomar medidas y etiqueta la «reforma migratoria» como una solución política clave.
“Políticas de inmigración sensatas asegurarán que la economía estadounidense siga siendo la envidia del mundo, donde los mejores y más brillantes de aquí y de todo el mundo tengan la oportunidad de contribuir”, dice el informe.
La Cámara ha pedido al Congreso que tome una variedad de medidas, que incluyen duplicar el límite de visas basadas en el empleo, eliminar los límites por país y brindar a los estudiantes internacionales que se gradúan de universidades estadounidenses mejores oportunidades para recibir tarjetas de residencia basadas en el empleo al graduarse.
Desafortunadamente, la infraestructura para atraer y recibir trabajadores inmigrantes es la más débil en décadas, dijo una fuente a Newsweek bajo condición de anonimato. Si bien la administración de Biden prometió reconstruir el sistema, la propagación continua de COVID-19 y las acciones políticas posteriores han limitado severamente la capacidad de Estados Unidos para incorporar trabajadores nuevos y altamente calificados.
A pesar de los esfuerzos por aumentar los límites de visas y cambiar el tono público en torno a la inmigración, a fines de 2021, la cantidad de personas nacidas en el extranjero en edad laboral en los Estados Unidos sigue siendo algo menor que a principios de 2019.
La pérdida de millones de inmigrantes calificados puede dejar a la economía estadounidense con menor productividad y menor crecimiento, escribió FWD.us, una organización no partidista enfocada en «arreglar el fallido sistema de inmigración y justicia penal».
“El futuro económico de Estados Unidos está profundamente ligado a la composición de su población”, se lee en el informe.
Afirma que sin un aumento de la inmigración, las próximas décadas verán una población cada vez más envejecida, lo que pondrá al país en una desventaja significativa.
«Si las tendencias actuales de la población de EE. UU. continúan», dijo el informe, «la economía de EE. UU. se quedará atrás de la de China para 2030 y será solo las tres cuartas partes de la economía de China para 2050».
Publicado en cooperación con Newsweek
