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Aprendizaje: ¿cómo conservar esta habilidad durante toda la vida?
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Aprendizaje: ¿cómo conservar esta habilidad durante toda la vida?

El aprendizaje es una labor de toda la vida. Sin embargo, no siempre es igual. Nuestro cerebro cambia con el tiempo, al igual que nuestro entorno social y físico.

En cada fase de la vida existen seis factores físicos y ambientales que son cruciales para el aprendizaje: el sueño, el ejercicio, la alimentación, el apoyo a la salud física y mental, las oportunidades para dominar un área y la seguridad para fracasar.

NECESIDADES FÍSICAS

Sueño. Los efectos del sueño en el aprendizaje son directos e inmediatos. El sueño es tan importante para el proceso de aprendizaje, la memoria, el juicio y la reflexión, que debe tomarse en cuenta en cualquier plan de proyecto educativo o creativo.

Ejercicio. El ejercicio mejora el estado de ánimo, la capacidad de toma de decisiones y otras funciones psicológicas. Todo ello facilita el aprendizaje y la capacidad de utilizar lo aprendido. Los ejercicios de fuerza, aeróbicos y de equilibrio/control como el yoga y el tai chi resultan muy útiles.

Alimentación saludable para el corazón. En este caso, los mecanismos no se comprenden plenamente, pero hay pruebas que muestran que una alimentación saludable para el corazón tiene efectos sorprendentes en el desempeño cognitivo. Particularmente, en las etapas más avanzadas de la vida.

NECESIDADES AMBIENTALES

Apoyo a la salud física y mental. Si el entorno de una persona no apoya su bienestar, su capacidad de aprender disminuirá. Entre los elementos básicos están los alimentos de calidad, la atención a la salud, espacio y tiempo para ejercitarse y dormir. Asimismo, están las normas sociales que fomenten los hábitos saludables, además de obtener ayuda práctica cuando se necesite.

Oportunidades para dominar una materia. Las experiencias obtenidas al dominar una materia enseñan a las personas que pueden aprender, que el estado inicial de indefensión o confusión frente a un nuevo desafío se disipará y será reemplazado por la aptitud. Por esta razón, un entorno de aprendizaje saludable proporciona muchas y variadas oportunidades para que las personas experimenten el dominio de una materia.

Seguridad para fracasar. Nadie logra el dominio de una materia, ya sea gatear, escribir códigos o cualquier otra cosa, sin cierta incomodidad inicial. El aprendizaje implica inevitablemente equivocarse, tardar demasiado, olvidar piezas clave, tomar malas decisiones.

Si esas experiencias se penalizan o se hacen parecer embarazosas, el aprendizaje se obstaculizará, como lo demuestran las amplias investigaciones hechas por nuestra colega Amy Edmondson.

Un entorno que promueva el aprendizaje es aquel que no estigmatiza, e incluso celebra, los errores que se derivan del aprendizaje o de la experimentación provechosa.

A continuación te mostramos cómo aprovechar estos factores clave en cada etapa de la vida.

INICIO DE LA EDAD ADULTA (15–25): ASUMIR RIESGOS ALTOS

Cuando se les pide a las personas que reflexionen sobre los sucesos más importantes de su vida, es muy probable que recuerden momentos extraordinariamente importantes, emocionalmente vívidos y cognitivamente florecientes de esta década. El cerebro de un adolescente cambia y se desarrolla casi tan rápidamente como el de un bebé. Estos son los años en los que las personas toman importantes decisiones sobre educación, ocupación, relaciones sociales y románticas, creencias e ideologías.

Las decisiones tomadas en esta etapa de la vida tienen un profundo impacto en las futuras oportunidades de aprendizaje.

Una persona de 15 años es intelectualmente adulta en muchas formas. Es capaz de pensar en forma abstracta, visualizar distintas situaciones, considerar múltiples puntos de vista, planificar acciones de largo alcance, hacer juicios morales independientes. Una persona de 15 años puede procesar nueva información más rápido que un adulto. Lo que le falta es sabiduría por su limitada experiencia de vida y, de manera más importante, a un cerebro que no está totalmente desarrollado.

La corteza prefrontal, es decir, la parte del cerebro que integra la información y planifica las acciones apropiadas para lograr objetivos, lo cual está formado por una serie de procesos conocidos en general como “función ejecutiva”, no madura totalmente sino hasta los 25 años, aproximadamente.

La conducta adolescente se caracteriza por tres incisos: búsqueda de novedades, asumir riesgos y una preocupación intensa con el grupo de sus pares. Esta “triada adolescente” de conductas se ha observado no solo en todas las culturas, sino en prácticamente todos los mamíferos sociales.

La naturaleza interconectada y la universalidad entre especies de la triada adolescente indican que estos elementos son cruciales para el aprendizaje. Al mismo tiempo, como lo sabe cualquier padre, la triada puede plantear un gran riesgo para el aprendizaje actual y a las oportunidades futuras.

El principal desafío en el inicio de la edad adulta es asumir los riesgos correctos: riesgos que pueden mejorar, en lugar de cancelar, las posibilidades futuras de aprendizaje.

El riesgo más necesario es el fracaso inherente en todo aprendizaje. Fracasar frente a sus pares es particularmente doloroso para este grupo de edad. Esto puede producir una tendencia predeterminada a mantener las apariencias en perjuicio del verdadero aprendizaje.

CONSEJOS PARA EL INICIO DE LA EDAD ADULTA

Tu memoria es más fuerte que nunca y, además, tienes más tiempo para dedicarlo al aprendizaje del que tendrás más adelante en tu vida. ¡Aprovéchalo! Idiomas, anatomía, fórmulas, fechas, nombres… Cualquiera que sea la base de conocimientos de tu área, absórbela ahora. Piensa en ello como preparar tu maleta para un viaje largo, y empaca cualquier cosa que podrás desear cuando tengas 40 años.

Desarrolla hábitos que favorezcan el aprendizaje: sueño, ejercicio y alimentación. También meditación, pasar tiempo al aire libre, llevar un diario o algún otro ejercicio de reflexión.

Tu cerebro todavía no es físicamente capaz de darte una dirección confiable en relación con la planificación a largo plazo, por lo que puedes complementarlo con la tecnología. Utiliza deducciones automáticas para tu jubilación, bloqueadores de sitios, aplicaciones de productividad o para dar seguimiento a tus hábitos… cualquier cosa que te funcione para complementar tu función ejecutiva.

Si crees que puedes padecer dislexia, trastorno por déficit de atención o cualquier otra discapacidad o trastorno del aprendizaje, trata de atenderte mientras estás todavía en el sistema educativo.

EDAD ADULTA TEMPRANA (25–45): ABSORBER Y REFLEXIONAR

Una vez que el cerebro ha madurado físicamente, la vida adulta está más estructurada por las normas culturales y por las elecciones y experiencias individuales de vida que por la biología. Algunas personas de 40 años ya tienen nietos, otras son padres primerizos. Una persona de 30 años podría jubilarse de una carrera deportiva, o comenzar una en medicina.

La edad adulta temprana está llena de actividades que se caracterizan por más roles sociales (padre, trabajador, estudiante, pareja, miembro del comité) que cualquier otra etapa de la vida. Las transiciones de vida abundan, ya que en esos años se producen muchos cambios en el trabajo, la vida familiar, la salud física y otros aspectos.

Por fortuna, quienes se encuentran en esta edad adulta están en óptimas condiciones y disfrutan de lo mejor de la juventud y de la madurez. Las conductas riesgosas de la juventud han disminuido, el sistema inmune es fuerte, y el riesgo de padecer cáncer y cardiopatías es bajo. Intelectualmente, la mayoría de las facultades están en su mejor momento. Y quienes están en la edad adulta temprana han obtenido suficiente educación, capacitación y experiencia para haber desarrollado competencias reales en uno o dos campos.

Gran parte del aprendizaje en esta fase proviene de experiencias directas de vida y no de la instrucción o del estudio. No todo el aprendizaje es explícito ni se produce en el nivel consciente. Lo que se aprende a mitad de la vida no suele enseñarse en los libros. El desafío de la edad adulta temprana es crear tiempo y espacio para absorber y reflexionar acerca de las lecciones que nos da la vida.

CONSEJOS PARA LA EDAD ADULTA TEMPRANA

Da prioridad a la salud física. “Cuerpo sobre mente” es un buen lema para esos años. Esto es importante por dos razones. En primer lugar, tu salud física y tus hábitos en estos años pueden pronosticar tu desempeño (físico y mental) más adelante en la vida. En segundo, los buenos hábitos de sueño y ejercicio que desarrolles en el presente mejoran tu capacidad de absorber, integrar y utilizar todo el nuevo conocimiento, habilidades y sabiduría que estás acumulando.

Trata de no dividir los distintos roles de vida que desempeñas. El hecho de tener personas diversas a tu alrededor promueve la creatividad y el aprendizaje, lo mismo que tener una diversidad interna. ¿Qué habilidades, conocimientos o perspectivas puedes transferir de un rol o situación a otra?

Adquiere el hábito de formar amistades intergeneracionales, un estímulo al aprendizaje que se volverá cada vez más importante con el paso del tiempo.

EDAD ADULTA ESTABLECIDA (45-60): NO SEAS DEMASIADO GRANDE COMO PARA FRACASAR

En este punto se produce inevitablemente cierta desaceleración. La memoria y la velocidad de procesamiento ya no son los que eran en las etapas anteriores de la vida. Sin embargo, la sabiduría y el conocimiento acumulado son muy altos, lo que puede compensar o superar esas carencias en situaciones de la vida real. Envejecer con éxito significa hacer estas concesiones y averiguar cómo “trabajar inteligentemente” utilizando el reconocimiento de patrones, la experiencia de décadas, ayudas externas y las redes personales. Esta es la etapa en la que los recursos acumulados en las fases anteriores de la vida (hábitos saludables, relaciones diversas, aptitudes, autoconciencia) comienzan a ser verdaderamente importantes.

Aprovecha tus fortalezas, pero equilibra esto con aprender nuevas cosas, asumir riesgos, atreverte a fracasar. Si no vas más allá de tu competencia/zona de confort en esta edad, esa zona se reducirá inevitablemente. El desafío para esta fase consiste en no ser engañado por tu propia sabiduría, y en darte tiempo para fracasar.

CONSEJOS PARA LA EDAD ADULTA ESTABLECIDA

A los adultos establecidos generalmente les preocupa la “generatividad”, como el hecho de corresponder de alguna forma a la próxima generación. Por ejemplo, apoyar con éxito a los hijos, enseñar o asesorar en el trabajo o participar en la política o en la comunidad. Encuentra tu propia forma de generatividad como fuente de significado y aprendizaje. Busca relaciones formales o informales de asesoría inversa o bidireccional con personas más jóvenes.

Los ejercicios de fuerza y aeróbicos se vuelven cada vez más importantes para la función cognitiva y para el bienestar emocional (que influye directamente en la capacidad de poner en práctica lo aprendido). No es demasiado tarde para comenzar a desarrollar este hábito. Si ya te ejercitas regularmente, considera la posibilidad de añadir mayor dificultad a las rutinas para darles novedad.

Si te es posible, haz que te realicen una valoración neuropsicológica en esta etapa, la cual servirá como punto de referencia de tu “normalidad” personal. Cualesquier deterioros relacionados con la edad o con alguna lesión que puedan ocurrirte más adelante se pueden evaluar con más precisión si tienes esta información.

EDAD ADULTA TARDÍA (60+): PODAR E INJERTAR

Las personas viven, trabajan y aprenden por más tiempo. Aun así, el envejecimiento tiene un costo. Los mecanismos biológicos del aprendizaje (atención, memoria, razonamiento, función ejecutiva) declinan de manera natural.

La motivación también cambia con la edad. Quienes pasan por la adultez temprana están impulsados por la búsqueda de novedades, mientras que quienes viven la edad adulta tardía no lo están. Quienes permanecen abiertos a nuevas experiencias, particularmente, las personas que tienen el propósito de aprender nuevas habilidades y procesar la información, tienen un menor deterioro cognitivo que las personas de su edad que carecen de ese propósito.

Sin embargo, este aprendizaje no tiene que ser académico o profesional: la sabiduría, la mejora de las habilidades sociales, el autoconocimiento, también son objetivos de aprendizaje. En esta edad las personas están más motivadas por objetivos personales o emocionales que por los logros materiales.

Este cambio motivacional se muestra en la fuerza de trabajo, donde a los adultos tempranos y a quienes están en la edad adulta tardía les preocupa más el significado y la sociabilidad que el dinero o el estatus. Para las personas más jóvenes, esto refleja la importancia del grupo de iguales y el desarrollo de la identidad. Para los adultos mayores, refleja el principal desafío de esta fase de su vida: eliminarlo todo, excepto los compromisos y roles más vitales y gratificantes, y combinar esos roles tanto como sea posible. ¡Podar e injertar!

CONSEJOS PARA LA EDAD ADULTA TARDÍA

Una de las mejores formas de “podar e injertar” es combinar el ejercicio físico con la actividad mental: juegos, baile, tai chi, “baños de bosque”. Utilizar la mente y el cuerpo al mismo tiempo tiene un efecto multiplicador.

Rechaza los estereotipos negativos del envejecimiento y de las personas mayores, tanto en la sociedad en general como en relación con cualesquier creencias internalizadas que pudieras tener.

Sigue planeando actividades y proyectos futuros. No tienen que ser empresas grandiosas o ambiciosas, pero es muy importante tener una sensación de avance significativo en las etapas más avanzadas de la vida.

Date la oportunidad de sentir nostalgia activa si lo deseas. Tienes toda una vida que recordar. Recupera el contacto con antiguos amigos, investiga la historia de tu familia, retoma un pasatiempo de tu juventud. Tu acumulación de conocimientos en este punto puede llevarte a desarrollar ideas verdaderamente sorprendentes y originales.

Los juegos de computadora de “entrenamiento cerebral” pueden entretener a tu cerebro, pero no mejoran tu desempeño cognitivo. En contraste, se ha demostrado que el entrenamiento en mindfulness (atención plena) y meditación mejora el desempeño intelectual y la conectividad neuronal (es decir, la verdadera anatomía cerebral).

CONCLUSIÓN

El aprendizaje continuo es un aspecto fundamental de lo que somos como especie. Es bueno para nuestro cuerpo, nuestro cerebro y nuestra comunidad.

Para desarrollar las competencias profesionales objetivas y las habilidades fundamentales más amplias que nos hacen humanos es necesario tomar una medida de control sobre tu propio aprendizaje de vida. Este proceso debe ser retroactivo (decidir las habilidades y conocimientos que quieres desarrollar y crear un plan para hacerlo) y retrospectivo (reflexionar sobre tus experiencias y observaciones, y obtener lecciones de ellas).

El aprendizaje no solo es una actividad para toda la vida, sino que aprender a aprender también lo es. Tu cerebro no es el mismo de una década a otra. Tampoco lo son sus prioridades, tu programa de actividades, tus roles sociales, tu salud física. Cada fase tiene nuevos desafíos, nuevas ventajas. Sin embargo, en todo ello hay dos situaciones que son verdaderas y siempre lo serán con respecto al aprendizaje: cualquiera puede ser mejor en cualquier cosa. Hay que fracasar para mejorar. N

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Robin Abrahams es investigador asociado de la Escuela de Negocios de Harvard. Y Boris Groysberg es titular de la cátedra Richard P. Chapman de administración de empresas de la Escuela de Negocios de Harvard y coautor de Talk, Inc.: How Trusted Leaders Use Conversation to Power their Organizations(Hablar, S. A.: cómo los líderes confiables utilizan la conversación para empoderar a sus organizaciones. Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek.

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