La empresa rusa Gazprom les confirmó a los Gobiernos de Polonia y Bulgaria que desde este miércoles dejará de suministrarles gas. Según explicaron, la medida es consecuencia de la negativa de ambas naciones a pagar en rublos.
Tanto la empresa estatal de gas polaca PGNiG como el propio Ministerio de Energía búlgaro ratificaron esta información a la agencia Reuters. Desde Polonia afirman que el corte se produce luego de que el viernes pasado venciera el plazo para abonar las importaciones rusas en la moneda de ese país, disposición a la que Varsovia se negó.
En tanto, desde Bulgaria denuncian que «la suspensión del suministro de gas es un incumplimiento de contrato” y, “por lo tanto, la empresa tomará las medidas adecuadas para restablecer la entrega de gas natural bajo las condiciones acordadas y se reserva el derecho de reclamar sus derechos contractuales».
SIN CORTES NI RESTRICCIONES
Ambos gobiernos coincidieron en llevar tranquilidad a su población y garantizar el suministro a las casas y las industrias.
«No habrá escasez de gas en los hogares polacos», apuntó en Twitter la ministra polaca del Clima, Anna Moskwa, y agregó: «Desde el primer día de la guerra, declaramos que estamos preparados para la plena independencia de las materias primas rusas».
En ese sentido, aseveró que las unidades de almacenamiento de gas de Polonia están al 76% de su capacidad y que el país «ha sido energéticamente independiente de Rusia desde hace años». Pero lo cierto es que el plan para salir de la dependencia rusa tenía fecha de finalización para octubre de 2022.
¿POR QUÉ EN RUBLOS?
El 31 de marzo pasado, en medio de la invasión a Ucrania, el presidente ruso, Vladimir Putin, decretó que todos los importadores extranjeros debían pagar exclusivamente en rublos. Y deberían hacerlo a través de un nuevo mecanismo.
Mediante Gazprombank, la unidad financiera del grupo, abriría unas cuentas especiales para que sus clientes ingresaran los euros o los dólares, y estos luego serían convertidos a rublos bajo la cotización del día en la Bolsa de Moscú.
¿Por qué? Porque Putin busca reforzar el valor de la moneda rusa en un contexto de múltiples sanciones contra su país. Esta decisión fue rápidamente rechazada por la Unión Europea, y Bruselas les dijo a los países miembro que se trataba de una maniobra para esquivar las sanciones.
Por lo tanto, la incógnita queda abierta: ¿qué pasará con el resto de los países europeos? ¿Aceptarán las condiciones de Gazprom? Por el momento, países como Alemania y Austria afirmaron que no están en condiciones de poner fin a la dependencia del gas ruso.
