En Argentina montar una empresa lleva 11,5 días en promedio mientras que en Nueva Zelanda, sólo un día. El dato surge de un estudio de la organización Argentina en Datos que precisó que «una pyme pierde un día de la semana en hacer trámites» como, por ejemplo, declaraciones juradas, entrega de planos, sellos, licencias, permisos para cruzar fronteras interjuridiccionales y remarcó que todos son «trámites estatales».
En esa línea recalcó que «según el Banco Mundial, en una semana típica un emprendedor argentino dedica 20,5% de su tiempo a tratar con requisitos de normativas estatales» lo que significa «que de cinco días de la semana se toma un día entero para estos temas y no en tareas productivas». En contraposición, subrayó que «en un típico país de América Latina se reduce a un 12,6%», es decir, «casi la mitad».
Por lo tanto, aseveró que en nuestra nación, «el problema burocrático es inmenso» y agregó que «hoy casi todo se puede hacer online, pero en América Latina casi nueve de cada diez trámites son presenciales«.
«Eso genera miles de empleos estatales en atención al público o revisión de aplicaciones y compilación de archivos», sostuvo, y añadió que «las trabas burocráticas bloquean el desarrollo y representan pérdidas de recursos que no se implementan en mejoras que harían que la economía crezca».
La alta carga burocrática es un obstáculo para el desarrollo del sector privado.
En Argentina, crear una empresa tarda 11.5 días en promedio. Mientras en Nueva Zelanda demora un día.
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— Argentina en Datos (@arg_endatos) May 5, 2022
Frente a ese panorama, el abogado Gerónimo Frigerio, especializado en desarrollo, aseguró que la principal razón de esta problema radica en que «el sector público cree que el sector privado va a evadir impuestos y el sector privado piensa que el sector público va a ser corrupto», y es por eso que resaltó que «debido a esa naturaleza de desconfianza se crea más regulación, es decir, más reglas, más procesos que son más trámites y más estructuras del Estado».
En ese sentido, detalló que «hay un 1% de grandes empresas que pagan el 75% de los impuestos» y sumó que «pueden, por tener abogados, contadores, escribanos, administrar las malas reglas y la burocracia». Sobre el 99% restante indicó que «son pequeñas empresas que tienen una enorme dificultad para poder lidiar con la burocracia y con las malas reglas».
Esas complicaciones, según afirmó son «las que llevan a la informalidad» y explicó que «la informalidad es indicativa de la mala regulación». Frente a ese panorama, recalcó que «hay una pregunta que es básica: ¿Quién crea riqueza?», y respondió: «La crea el sector privado».
Por lo tanto, se preguntó: «¿Cómo es la articulación entre el sector público y el privado? y precisó que «el sector público regula al sector privado para que el sector privado cree empleo y cree mayor riqueza». Entonces, sostuvo que «si el sector público regula mal al sector privado se crea pobreza y desempleo. Por el contrario, si la regulación está bien hecha, se crea empleo y el sector privado florece».