Las palabras de la ministra de Economía, Silvina Batakis, respecto a los viajes de los argentinos al exterior y la necesidad de resguardar los dólares para la producción nacional despertaron las críticas del sector turístico.
Las declaraciones no cayeron para nada bien en una industria que incluso había estado apoyado su designación. Los principales dirigentes sectoriales, aglutinados en la Cámara Argentina de Turismo (CAT) estuvieron en la jura, e inclusive ella les habría gritado “¡Vamos con el turismo, eh!”, según relata el medio especializado El Mensajero.
En el comunicado de la Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turismo (Faevyt), su presidente, Gustavo Hani, quien también preside la CAT, explicó que “la ministra confunde las compras en el exterior -que en muchos casos coinciden con una oportunidad cambiaria-, con los viajes al exterior que, en su gran mayoría, y contrariamente a lo que quiere instalarse, no son por placer, sino por alguna necesidad o compromiso ya sea laboral, deportivo, educativo, formativo, científico o de salud”.
Esta es una vieja disputa que el Turismo propiamente dicho lleva adelante con cada Gobierno que le toca tratar: el modelo de medición del Mercado Único Libre de Cambio (MULC), del Banco Central, tiene una “Cuenta Turismo” que, a pesar de su nombre, no sólo incluye los gastos por viajes, sino que contienen también los gastos con tarjetas de crédito en el exterior.
Estos gastos, además, no necesariamente están vinculados a una viaje. Por ejemplo, si alguien en Palermo o Tartagal compra vidas o skins para un videojuego, el gasto va a la “Cuenta Turismo”. Si se compran con tarjeta un par de zapatillas en eBay o AliExpress, o insumos para una empresa, también.
Durante años el sector ha intentado explicar esto ante las autoridades económicas, que ven en ese total cómo los dólares presuntamente se van a raíz de los viajes al exterior. En consecuencia, intentan avanzar en medidas restrictivas para proteger las reservas de un país siempre en crisis por el endeudamiento.
En esa lucha, al menos lograron que el BCRA desagregue los datos dentro de la cuenta, para ver claramente qué parte corresponde realmente al turismo en sí y qué parte se va por las compras con tarjeta, producto de las conveniencias cambiarias o la inflación.
NÚMEROS FRÍOS
Para empezar, una verdad irrefutable: el saldo de la “Cuenta Turismo” es negativo en US$ 579 millones. Según el Observatorio Económico de las Agencias de Viajes y Turismo (Oeatur), los datos del MULC sostienen que en mayo ingresaron US$ 37 millones y salieron US$ 616 millones.
Más del 60% de los dólares que se van por la «Cuenta Turismo» corresponde a las compras con tarjetas en el exterior (Fuente: Oeatur)
Pero yendo específicamente a entender cómo se compone ese paquete de dólares que egresaron, se ve que, pese a la reapertura de los viajes internacionales, casi a los niveles prepandémicos, los operadores turísticos sacaron al exterior (pago a proveedores) US$ 98 millones, mientras que las compañías aéreas significaron US$ 140 millones.
En mayo, el gasto con tarjetas de crédito en el exterior fue de US$ 377 millones, el 61,2% de todo el gasto de la “Cuenta Turismo”.
Al mirar los ingresos, las tarjetas generaron US$ 30 millones, contra US$ 5 millones de los operadores receptivos y US$ 2 millones de las compañías aéreas. Hay que hacer una salvedad: las aerolíneas operan con cuentas en el exterior y no necesariamente se ven reflejadas como ingresos, al tiempo que existe una gran informalidad en la contratación de servicios en el país, debido a que la brecha cambiaria motiva a los visitantes a no optar por el cambio oficial: lo hacen en el blue y pagan en pesos en efectivo, por lo que no se registra.
Según pudo saber Newsweek Argentina, el sector está gestionando una reunión con Batakis y su nuevo equipo (con Pesce ya se han reunido en otras oportunidades), una vez que este esté conformado, para llevar estos números y pedir un trato diferenciado en tanto se consideran generadores de unos 25.000 puestos de empleo formal directo en más de 5.000 empresas habilitadas, cuyo principal sustento es la venta de viajes al exterior, lo cual les permite también ofrecer viajes nacionales (que tienen una rentabilidad más baja).
También está claro que los gastos con tarjeta en el exterior en buena parte están vinculados a los viajes. ¿Se pueden diferenciar los gastos que se hacen en el exterior de los que se hacen en Argentina? Por el momento, la respuesta es que no, y tiene que ver con una negativa de los bancos y las tarjetas de crédito a dar esa información sobre sus operaciones. Hasta el momento, el Banco Central no ha podido avanzar en trazar ese desagregado.
