Desoyendo las sanciones de los EEUU y Europa a Rusia, Jair Bolsonaro avanzó en un acuerdo con su par ruso, Vladimir Putin, para comprarle de combustible.
Sin entregar mayores detalles, este lunes el brasileño conformó que su país le comprará a Rusia diésel “mucho más barato” que el que se consigue en el mercado, en un contexto de suba de los precios internacionales.
De hecho, los altos precios y la escasez de combustibles hacen que las tarifas sean hasta un 50% más altas que en Argentina, lo que llevó a los productores de las zonas a fronterizas a cruzar hacia las provincias argentinas para abastecerse, incrementando fuertemente la demanda local.
Consultados por Reuters, ni Bolsonaro ni el ministerio de Minas y Energía de Brasil respondieron a las consultas sobre este tema, y en especial sobre cómo se sellará este acuerdo sin incumplir las sanciones internacionales impuestas tras la invasión a Ucrania.
En el inicio de 2022, incluso antes del inicio de la guerra, Bolsonaro se reunió con Putín y puso en marcha una serie de acuerdos económicos, que están siendo avalados también en la política. Por ejemplo, tanto Brasil como Argentina y México se han mostrado neutrales sobre posibles sanciones en el marco del G20. Y, poco antes de esto, Bolsonaro había pedido levantar las sanciones, en especial en lo que se refiere a la provisión de fertilizantes, cuya falta está elevando los costos de la producción agropecuaria y, en consecuencia, también de los alimentos.
Rusia le ha garantizado la provisión a Brasil a precios preferenciales, y ahora suma también estos beneficios en relación al diésel.
Para Bolsonaro en particular, este problema es clave: en octubre son las elecciones presidenciales y todas las encuestas muestran a Lula regresando al poder en primera vuelta. Y una de las claves para revertir este escenario sería la mejora de los indicadores económicos, en un contexto de alta inflación (casi 12% anual).
