De acuerdo a un equipo de científicos canadienses y estadounidenses, la basura representa una amenaza emergente para las ya vulnerables poblaciones de osos polares, mientras los animales dependen cada vez más de los vertederos cercanos a las comunidades del norte del Ártico.
Los osos polares dependen del hielo marino para cazar focas. Sin embargo, como el Ártico se calienta cuatro veces más rápido que el resto del mundo, el hielo se derrite antes en verano y se congela más tarde en otoño, lo que obliga a los osos a pasar más tiempo en tierra, lejos de sus presas naturales.
Según el artículo publicado en la revista Oryx, los hambrientos osos polares recurren a los vertederos para alimentarse a medida que su gélido hábitat desaparece y esto provoca conflictos mortales con las personas.
«Los osos y la basura son una mala combinación», dijo el coautor Andrew Derocher, biólogo de la Universidad de Alberta. «Lo sabemos muy bien desde la perspectiva del oso pardo y del oso negro, y ahora es un problema que se está desarrollando con los osos polares».
Para engordar, el informe señala que los osos polares se reúnen ahora en masa en torno a los vertederos abiertos en lugares del Ártico y el subártico, como el Belushya Guba de Rusia, y a los montones de huesos de ballena abandonados tras las cacerías inuit cerca de Kaktovik, Alaska.
No obstante, este comportamiento es arriesgado pues los gestores locales de la fauna silvestre pueden matar a los osos por motivos de seguridad pública. Además, el consumo de basura puede hacer que los animales enfermen. Los envoltorios suelen congelarse en los restos de comida, por lo que los osos polares lamentablemente terminan comiendo plástico y otros materiales que les pueden causar obstrucciones mortales.
Según los científicos, es probable que la situación empeore ya que las poblaciones humanas están aumentando en el Ártico. Se prevé que Nunavut, Canadá, donde viven miles de osos polares, crezca casi un 40% para 2043.
Por su parte, la mejora de la gestión de los residuos sigue siendo un reto para las comunidades remotas. El suelo suele estar congelado, lo que dificulta el enterramiento de la basura, mientras que el transporte en camión es caro. Por eso los científicos afirman que se necesitarán fondos federales para solucionar el problema.
«Ya hemos tenido un par de víctimas mortales en el Ártico oriental canadiense», dijo Derocher. «Es sorprendente la cantidad de lugares que nunca habían tenido problemas con los osos polares y en los que ahora los hay«.