Hay diversos tipos de depresión y uno de los más difíciles de diagnosticar es la distimia. Acorde con la Organización Mundial de la Salud (OMS) se trata de un trastorno depresivo persistente, es decir, una forma crónica de depresión que puede darse tanto en la infancia como en la adolescencia, previo a llegar a los 21 años. A nivel mundial, la padece el 6% de los habitantes.
En diálogo con la BBC, Márcia Haag, psiquiatra y docente de la Universidad Positivo en Curitiba, precisó que con la distimia, «se pueden hacer las actividades, pero con un costo mayor en la rutina y una productividad reducida debido a los síntomas«, es decir, que «la persona es funcional, pero a costa de un mayor esfuerzo«, subrayó.
Acerca de las causas que provocan esta enfermedad, el sitio web Stanford Medicine remarca que «no hay una causa clara para este tipo de depresión», y añade que «los profesionales de la salud mental creen que es el resultado de desequilibrios químicos en el cerebro«. Por lo tanto, indica que «se cree que hay muchos factores que contribuyen a la depresión» entre los que mencionan causas «ambientales, psicológicas, biológicas y genéticas», a la vez que agrega que «el estrés crónico y el traumatismo también se han vinculado con esta afección». Además, aclara que si bien «la distimia parece ser hereditaria aún no se han vinculado genes a ella».
En cuanto a los síntomas, el instituto menciona: sentimientos muy frecuentes de tristeza, ansiedad y «vacío»; disminución de la capacidad para concentrarse, pensar y tomar decisiones; merma de la energía; cansancio; falta de esperanza; modificaciones en el peso o en las ganas de comer a raíz de exceso o carencia de alimentación; sueño entrecortado; no poder dormir, despertar de madrugada o dormir de más; y poca autoestima.
Para padecer distimia, en la gente adulta deber darse un estado de ánimo depresivo como mínimo por dos años y un año en chicos y adolescentes, además de la presencia de dos de los síntomas.
Por último, hay dos formas de tratar esta depresión, con medicación o con terapia. En cuanto a la primera, la entidad explica que para que los antidepresivos hagan efecto en su totalidad, tienen que pasar entre cuatro a seis semanas; y sobre la segunda opción, indica que se utiliza la terapia cognitiva conductual o interpersonal en las que se trabaja la mirada distorsionada que la persona tiene de si misma y del contexto que la rodea. También se centra en mejorar la forma de relacionarse con los demás y en el manejo del estrés.
Para concluir, el sitio brinda una serie de consejos que la persona puede poner en práctica en su vida cotidiana para afrontar la distimia.
-Buscar ayuda, consultar un profesional lo más rápido posible.
-Proponerse objetivos realistas y que no tengan mucha carga.
–Dividir las tareas grandes en varias labores más chicas y determinar cuáles son las más importantes.
–Vincularse con otras personas e intentar confiar en alguien.
-Hacer cosas que lo ayuden a sentirse mejor, como por ejemplo, ir al cine, hacer jardinería, concurrir a alguna actividad social, ayudar a alguien.
-Hacer ejercicio cotidianamente.
-Entender que sentirse mejor lleva su tiempo.
–Comer saludable y equilibrado.
–No tomar alcohol ni consumir drogas.
–No tomar grandes decisiones hasta sentirse bien.
-Enfocarse en lo positivo y tener paciencia.
–Aceptar la ayuda de la familia y los amigos.