La Universidad Católica Argentina (UCA) realizó un nuevo informe sobre la situación social en el país, que reveló un dato preocupante: uno de cada cuatro adultos mayores padece de pobreza estructural.
Esta cifra surge de un nuevo estudio realizado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina junto con la Fundación Navarro Viola, en el que da cuenta de las condiciones de vida de los ancianos en la Argentina.
El informe señala que la pobreza estructural se mide con diversas variables, como el acceso a la alimentación, la salud, una vivienda digna y servicios básico, el medioambiente y la seguridad social, entre otros factores.
En ese sentido, el 26% de los adultos mayores padece pobreza estructural, es decir que tiene dos o más carencias. La insuficiencia en los ingresos es la que más los afecta, ya que según el informe “la gran mayoría obtiene sus ingresos del sistema previsional”, aunque hay también una “tendencia creciente a seguir formando parte de los mercados laborales”.
Sobre esto, señalan que en el 40% de los hogares en los que hay personas mayores declaran que “no les alcanza para llegar a fin de mes”, y que los que mejor posición económica tienen son un 20% que “les alcanza y pueden ahorrar algo”.
Al respecto, la UCA señala que aunque se pone el foco en “los magros ingresos previsionales para una enorme mayoría que solo percibe una jubilación mínima”, hay “una historia de la informalidad laboral exenta de aportes jubilatorios” y las moratorias que “hace más inviable el sistema previsional”.
Sin embargo, admite que aunque aunque se debe repensar el sistema de jubilaciones, el contexto de inflación “dificulta enormemente cualquier reflexión sobre reformas”, ya que su mayor fortaleza es justamente su universalidad.
Desde la UCA señalan que el 27% de los hogares en los que hay ancianos reciben ayudas de terceros –sean estatales o no-, aunque es un valor mucho menor que en los hogares donde no residen mayores de 60 años, que llegan al 40%.
En este punto, el informe menciona que la Argentina transita una fase llamada “bono demográfico”, en la cual el balance entre las edades de la población abre una ventana de oportunidad para el desarrollo, según lo define la CEPAL.
Sin embargo, aunque la tasa de dependencia se mantiene relativamente baja con un 54%, advierte que el país está “desperdiciando” esta ventaja debido al 50% de pobreza en niños y adolescentes, la alta inflación, el desempleo y la deserción escolar.
“De no mediar profundos cambios normativos o de comportamiento, el envejecimiento poblacional generará una presión insostenible sobre el nivel de gasto en los sectores sociales”, remarcaron desde la UCA.
OTROS FACTORES QUE AFECTAN A LOS ADULTOS MAYORES
El estudio también muestra que entre las personas mayores, hay un déficit del 12% para acceder a una vivienda digna, mientras que sube al 23% en el acceso a los servicios básicos.
Con respecto a la salud, aunque uno de cada tres considera que no tiene problemas de salud y uno de cada cuatro dice tener su salud comprometida, solo el 19% realiza la consulta médica anual necesaria. “Dos de cada diez personas mayores empeoraron su salud en 2020, respecto al momento previo al COVID-19”, agregaron.
Por otro lado, el informe muestra el malestar psicológico de los ancianos, cuyos resultados dicen que el 21% de los mayores de 60 años tiene frecuentes síntomas de ansiedad y depresión. A su vez, hay un 15% -cerca de un millón de personas- que tiene sensación de insatisfacción y tristeza.