El Ministerio de Defensa de Rusia confirmó este miércoles que ya se encuentra entrenando a la primera camada de los 300.000 reservistas que convocó para reforzar su frente de batalla en Ucrania, de cara a una segunda etapa en su “operación militar especial”.
Tal como lo había anunciado Vladimir Putin, el Gobierno requirió el enrolamiento de ciudadanos rusos con experiencia militar (alcanza con haber hecho el servicio militar obligatorio). Y aunque está teniendo serios problemas para captarlos, ya que muchos están escapando hacia el exterior y hay una fuerte resistencia, ya logró conformar un primer grupo y ponerlo en actividad.
Los primeros reservistas ya están siendo entrenados en la región de Kaliningrado, un enclave ruso entre Polonia y Lituania, en la base de la Flota Báltica de Rusia, donde cuenta con decenas de miles de soldados y misiles con capacidad nuclear.
A través de su canal de Telegram, la cartera contó: “Todos los militares movilizados cumplen con las normas de tiro de armas pequeñas. Además, los ciudadanos llamados de la reserva recuperan sus habilidades en el manejo y mantenimiento de armas, equipos militares y especiales«.
Estas capacitaciones, agregaron, son cursos para aumentar las habilidades de tiro y preparar al personal militar para «acciones seguras en el campo de batalla».
Mientras tanto, Moscú sigue adelante con el proceso de convocatoria y en la última semana comenzó a circular la información de que Putin podría poner en marcha la Ley Marcial en Rusia, lo que le permitiría incrementar sus convocatorias forzosas. De hecho, el Gobierno sostuvo que tiene una disponibilidad total de 25 millones de potenciales soldados.
Mientras tanto, Ucrania asegura que “nunca” aceptará los ultimátum rusos, en respuesta a los resultados de los referéndums en las regiones ocupadas, a los que calificó como elecciones “nulas y sin valor”. Ayer Moscú dio a conocer los resultados preliminares, y casi el 100% había votado a favor de la separación de Ucrania para anexarse a Rusia. Pero Kiev sostiene que en muchos casos esos votos se obtuvieron “a punta de pistola”, con las urnas siendo llevadas casa por caso por los soldados rusos.
