Este viernes, tal como estaba previsto, finalmente Rusia celebró la ceremonia oficial de anexión de las regiones ucranianas de Donesk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, en un acto encabezado por Vladimir Putin en la Plaza Roja de Moscú.
Luego de la victoria en unos polémicos y veloces referéndums sin supervisión independiente en las regiones ocupadas parcialmente, Moscú aceptó el pedido de anexión por parte de los movimientos separatistas y suscribió los acuerdos de adhesión a la Federación Rusa.
En consecuencia, Putin puso en funciones a cuatro administradores designados por su Gobierno: Denis Pushilin, Leonid Pasechnik, Vladimir Saldo y Yevgeny Balitsky.
El objetivo de la anexión de estas cuatro regiones, que equivalen al 15% del territorio ucraniano (incluyendo ciudades fuertemente industrializadas), es empantanar la discusión política y diplomática en torno a una guerra en la que Rusia no sólo no puede avanzar, sino en la que incluso está retrocediendo y, al mismo tiempo, obtener argumentos legales para un posible uso de armas nucleares, dado que, desde su postura, ahora cualquier ataque allí sería contra la soberanía rusa.
Paradógicamente, la realidad en el terreno de combate parece ser otra. Según lo cuentan los cronistas de Reuters en Ucrania, las fuerzas rusas sufrieron este mismo viernes una de sus mayores derrotas y prácticamente perdieron el control de Donetsk, una de las regiones anexadas en los papeles.
El propio Pushilin, que acaba de ser designado, admitió haber perdido el control sobre las aldeas de Dobryshev y Yampil, dejando a la mayor guarnición rusa en esa región, en la ciudad de Lyman, casi cercada y al borde de la rendición.
“Están intentando a toda costa estropear nuestros acontecimientos históricos. Es una noticia muy desagradable, pero debemos analizar la situación con sobriedad y sacar conclusiones de nuestros errores«, sostuvo Pushilin.
Como respuesta, presuntos misiles rusos destrozaron una caravana de autos de civiles que intentaban cruzar desde los territorios ocupados hacia Rusia. Ucrania asegura que las fuerzas rusas buscan cerrar los pasos de su avanzada, pero Moscú culpa a Kiev por el ataque.
De acuerdo a las fuentes en el lugar, el ataque se produjo este viernes en Zaporiyia y aseguran que “fue espantoso, incluso para los estándares de un conflicto en el que Rusia ha arrasado ciudades enteras”. Asimismo, cuentan que se produjo en simultáneo a la embestida de otros bombarderos rusos contra objetivos civiles en el frente de batalla en esta región, que es otra de las anexadas por Rusia.
Los autos se habían estacionado cerca de un puesto de control recientemente abierto para el cruce, cuando los misiles impactaron muy cerca de ellos, dejando un cráter inmenso y disparando trozos de escombros como si fueran metralla contra los vehículos. Reuters asegura que vio al menos una decena de cadáveres allí. El testimonio de la crónica es sumamente crudo: “Sábanas de plástico cubrían los cuerpos de una mujer y un joven en un auto verde. Un gato muerto yacía junto a un joven en el asiento trasero. Dos cadáveres estaban en una minifurgoneta blanca delante de otro coche, con las ventanillas reventadas y sus costado llenos de metralla. Una anciana se encontraba muerta junto a su bolsa de la compra”.
El reporte oficial del gobernador de Zaporiyia, Oleksandr Starukh, indica que “hasta ahora” se cuentan “23 fallecidos y 28 heridos; todos civiles”. En tanto, el coronel de policía Sergey Ujryumov, jefe de la unidad de desactivación de explosivos del departamento de policía de Zaporiyia, aseguró que el mercado fue alcanzado por tres misiles S300 pertenecientes al ejército ruso.
ADVERTENCIA DE LA ONU
Respecto a la anexión rusa, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, aseveró que se trata de “una escalada peligrosa» y una “violación de la Carta de las Naciones Unidas”, en coincidencia con lo denunciado por Joe Biden en la última Asamblea General.
Y, en ese sentido, desconoció tanto los referéndums como la anexión. “Cualquier decisión de proceder a la anexión de las regiones ucranianas de Donesk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia no tendrán ningún valor legal y merecen ser condenadas. Esto no tiene lugar en el mundo moderno”, señaló
Por su parte, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, emitió un discurso público este jueves por la noche, en el que afirmó: “Todavía se puede parar. Pero para detenerla tenemos que detener a esa persona en Rusia que quiere la guerra más que la vida: sus vidas, ciudadanos de Rusia«.