Por Pandora Dewan, de Newsweek
Los científicos conocen una forma barata y efectiva de reducir la ansiedad que no implica ningún medicamento: los baños de bosque. Los baños de bosque provienen de una práctica curativa japonesa llamada snhirin-yoku que tiene como objetivo integrar y armonizar a los humanos con la naturaleza.
Ahora, los científicos demostraron cómo esta práctica puede reducir significativamente la ansiedad y mejorar el bienestar físico y mental.
“La clave para practicar los baños de bosque es usar los cinco sentidos y ser consciente de lo que se está experimentando”, dice a Newsweek el líder de la investigación, Yasuhiro Kotera. “Ser consciente de lo que estás viendo, lo que estás oliendo, lo que estás escuchando, lo que estás tocando”.
El término shinrin-yoku fue acuñado por el Gobierno japonés en 1982. “En ese entonces, el Gobierno estaba preocupado por la mala salud mental de muchos japoneses”, indica Kotera. Sin embargo, la gente ha sabido sobre los beneficios para la salud del mundo natural durante siglos. “En Japón, los santuarios a menudo se colocan en entornos naturales rodeados de árboles”, explica, y agrega: “La gente cree en el poder curativo de la naturaleza”.
El nuevo estudio, de la Universidad de Nottingham, en el Reino Unido, da seguimiento a trabajos anteriores que asocian los baños de bosque con una amplia gama de resultados para la salud, incluido el aumento de la inmunidad y el apoyo a la salud cardiovascular y respiratoria.
LA BIOQUÍMICA DE LOS ÁRBOLES
“Creo que en gran medida son los efectos calmantes que los bosques tienen sobre nosotros”, manifiesta Kotera. “Los tiempos modernos representan solo el 1% de nuestra historia… Estamos más adaptados a la naturaleza que a los entornos urbanos”.
Parte de este efecto calmante podría deberse a nuestras interacciones con la bioquímica de los árboles. Los árboles liberan una variedad de moléculas orgánicas en el aire, llamadas fitoncidas, que han demostrado aumentar la actividad de las células inmunitarias, disminuir la inflamación y reducir los niveles de la hormona del estrés cortisol.
Sin embargo, el 56% de la población mundial vive en áreas urbanas y no todos tienen acceso a los los baños de bosque. “Cuanta más naturaleza, mejor”, añade Kotera, “pero caminar en entornos naturales en la ciudad sigue siendo efectivo para reducir la ansiedad. Incluso las plantas de interior ayudan”.
Los baños de bosque son menos exigentes que muchas otras prácticas que requieren desayuno. “En la práctica clínica de la atención plena, hay que prestarle atención”, explica Kotera. “A muchos principiantes les preocupa no estar haciendo lo correcto o simplemente se quedan dormidos. Adentrarse en la naturaleza es fácil… y funciona tanto para niños como para adultos. Es una intervención muy fácil de usar”.
Sin embargo, enfatiza en que bañarse en el bosque no es lo mismo que simplemente salir a caminar mientras se mira Twitter. “En la vida diaria, a menudo las personas se vuelven locas y dejan de procesar lo que sienten. Los valores de los baños de bosque provienen del uso de los sentidos. Siente lo que sientes, observa lo que sientes, y disfruta ese proceso”, concluye.
Publicado en cooperación con Newsweek