La posible salida de Lionel Messi del Barcelona ocupó todas las portadas en los últimos meses, pero hoy los titulares fueron para otro futbolista: Ansu Fati.
A pesar de tener solo 17 años, se espera mucho del joven delantero. Y de momento no defrauda. Fati brilló con dos goles y recibió una falta penal en la goleada del Barça sobre el Villarreal de ayer, que terminó 4-0. Todo lo hizo en los primeros 35 minutos del partido.
Muchas voces del mundo del fútbol se preguntan cómo será la vida en el Camp Nou cuando Messi se marche. Con el argentino viviendo posiblemente su último año como blaugrana, Fati quizás ha empezado a responder a esa pregunta. Alineado en la banda izquierda del trío de delanteros, fue un dolor de cabeza para los rivales. Marcó dos goles en los primeros 20 minutos y, poco después, forzó un penal que Messi anotó.
Fati, de 17 años, confesó que creció viendo jugar a Leo y soñando con compartir equipo con él.
Su compañero de equipo Sergio Busquets lo elogió tras el partido: «Tenemos que estar tranquilos con él, sabemos de sus condiciones y su edad. Tiene unas condiciones tremendas, pero no corramos demasiado. Tiene al lado grandes compañeros de los que puede aprender mucho. Hay que dejarle que haga su fútbol y vaya aprendiendo».
Lo que quizás resulte más esperanzador para los hinchas del Barcelona es que la famosa «Messidependencia» del equipo parece ser mucho menor con el nuevo entrenador, Ronald Koeman, que en otros años.
Messi apenas fue clave en los primeros 20 minutos, en los que sólo tocó el balón seis veces. En ese tramo del partido, todo el peso del ataque cayó en Fati. Su ritmo eléctrico, sus pies rápidos y su juego directo causaron un sinfín de problemas a la defensa visitante. Y mostraron, quizás, que hay vida después de Messi.
La previa del encuentro giró en torno a la rabia del argentino tras la salida de su compañero y amigo Luis Suárez —que, poco antes de que sonase el silbato en el Camp Nou, anotó dos goles y dio una asistencia en sus primeros minutos como colchonero—, pero Fati acaparó todos los focos con una actuación estelar: dos goles y un penalti provocado en apenas media hora de juego.
Fati tiene 17 años. Era solo un bebé cuando Messi debutó con el Barça en 2004. El domingo, tras ser el mejor del encuentro, confesó que creció viendo jugar a Leo y soñando con compartir equipo con él. También dijo que el argentino le está ayudando mucho a mejorar.
«Jugar con Messi es un sueño que tenía desde pequeño y ahora lo estoy viviendo», dijo el atacante a los periodistas. «Me da muchos consejos, me ayuda mucho en el campo y en los entrenamientos, y eso me hace muy feliz».
«Quiero seguir mejorando cada día, seguir aprendiendo de mis compañeros porque son los mejores y tratan de ayudarme a diario», dijo Fati.
El joven delantero irrumpió en la escena futbolística mundial la temporada pasada, con apenas 16 años. Entre otras cosas, Fati se convirtió en el jugador más joven en la historia del Barça en anotar en un partido de Liga. De momento no se le adivina techo, sobre todo teniendo en cuenta que tras la marcha de Suárez contará con muchos más minutos de juego.
El entrenador del Barça, Ronald Koeman, reveló el domingo que había recriminado a Fati su actuación en el último partido de pretemporada, contra el Elche, pero alabó sus movimientos y su precisión en el remate contra el Villarreal. «Es un jugador joven que tiene que buscar el rendimiento constante. Hoy demostró que tiene un gran futuro por delante. Estoy muy contento por su partido», sentenció el técnico.
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