El 31 de diciembre por la noche, en la víspera del comienzo de 2023, las fuerzas ucranianas llevaron a cabo un ataque contra los cuarteles rusos en la región de Donetsk, en el que murió una gran cantidad de soldados, entre los que habría numerosos reclutas.
Citando a fuentes locales, Reuters informó que habría más de 100 soldados entre las víctimas fatales. «Según mis informaciones, hay menos de 100 muertos hasta ahora», le confiaron a la agencia.
El Ministerio de Defensa de Ucrania calculó los decesos en unos 400, pero las fuentes locales afirmaron: «Lo que se dice es muy exagerado. Durante la noche llegaron 58 heridos, lo que es mucho para un día normal y no mucho si se cree la información sobre cientos de muertos. Era una base de reclutas rusos movilizados».
En imágenes que se han difundido por las redes sociales, se puede ver una construcción completamente en ruinas humeantes, que habría sido una escuela de formación profesional de la ciudad de Makiivka, localidad minera de Donetsk, una de las regiones recientemente anexadas por Rusia.
Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso admitió unas 63 bajas, pero minimizó el episodio. De hecho, esa misma noche del ataque, Vladimir Putin publicó un video junto a personas uniformadas, en el que expresó: «Lo principal es el destino de Rusia. La defensa de la patria es nuestro deber sagrado para con nuestros antepasados y descendientes. La rectitud moral e histórica está de nuestro lado».
Los reclutas fallecidos eran parte de los 300.000 jóvenes reclutados compulsivamente por Moscú para sumarse al frente de batalla.
(Con información de Reuters)
