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Irán no cede: retoma el control del uso del hiyab a más de 100 días del asesinato de Mahsa Amini
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Irán no cede: retoma el control del uso del hiyab a más de 100 días del asesinato de Mahsa Amini

La policía de Irán reanudó el control del uso del hiyab por parte de las mujeres en los autos, informaron este lunes 2 de enero los medios locales, más de 100 días después de la muerte en detención de la joven Mahsa Amini cuya muerte generó tensiones en todo el país.

Irán sufre de fuertes movilizaciones desde la muerte el 16 de septiembre de Mahsa Amini, de 22 años, tras su arresto por haber violado supuestamente el estricto código de vestimenta impuesto a las mujeres.

“La policía comenzó la nueva etapa del programa Nazer-1 (‘vigilancia’ en persa) en todo el país”, informó a la agencia Fars un alto cargo de la policía.

El programa está orientado a detectar la ausencia del hiyab en los automóviles para enviarle a la persona un mensaje de texto. Según la agencia, el mensaje será el siguiente: “Se detectó la ausencia del uso de velo en su vehículo. Es necesario respetar las normas de la sociedad y no repetir este acto”.

El texto advierte que “si esta acción se repite, se aplicarán medidas legales y judiciales”. El programa Nazer se lanzó por la policía en 2020. Tras la movilización posterior a la muerte de Amini, la policía de la moral —que arrestó a la joven en septiembre— dejó de detener a las mujeres sin velo en las calles. Lo anterior, con el fin de conducirlas a las comisarías.

A principios de diciembre, el fiscal general de Irán, Mohamad Jafar Montazeri, declaró que las unidades de la policía de la moral, denominadas Gasht-e Ershad (“patrullas de orientación”), se disolvieron. Pero los activistas se mostraron escépticos a ese anuncio. Lo anterior, al parecer una declaración improvisada a una pregunta planteada en una conferencia y no una directiva del ministerio del Interior.

ADOLESCENTES CONDENADOS A MUERTE

Dos adolescentes de Irán están condenados a morir en la horca por su participación en las protestas que sacuden la República Islámica desde hace meses, denunció el lunes 2 de enero una organización de defensa de los derechos humanos.

En días pasados, dos hombres de 23 años se ejecutaron por las protestas desencadenadas por la muerte de Mahsa Amini. Las oenegés temen que decenas más corran el riesgo de ser ahorcados porque las autoridades utilizan la pena capital como táctica intimidatoria para intentar sofocar las protestas.

Mehdi Mohammadifard, un manifestante de 18 años, fue condenado a muerte acusado de incendiar un quiosco de la policía de tráfico en la ciudad occidental de Nowshahr, en la provincia de Mazandarán, informó la ONG Iran Human Rights (IHR), con sede en Noruega. Un tribunal revolucionario dictó la condena a muerte en Sari, la capital provincial. Esto después de declararlo culpable de los cargos de “corrupción en la tierra” y “enemistad contra Dios”, indicó la organización.

“ENEMISTAD CON DIOS”
La doble condena significa que se le han impuesto dos penas de muerte. Por otra parte la agencia de noticias del poder judicial, Mizan Online, afirmó que el tribunal supremo había confirmado en diciembre la condena a muerte de otro manifestante, Mohammad Boroghani, acusado de “enemistad con Dios”.

Boroghani habría “herido con un cuchillo a un guardia de seguridad con intención de matarlo”. “Sembrado el terror entre los ciudadanos” e “incendiado la sede de la gobernación en la ciudad de Pakdasht”, al sureste de Teherán. Según IHR tiene 19 años.

La ONG afirmó la semana pasada que al menos 100 manifestantes corren el riesgo de ser ejecutados tras su condena a muerte o acusación de delitos punibles con la pena capital. Los primeros ahorcamientos provocaron una protesta internacional y los grupos de derechos humanos piden que se presione más a Irán para evitar nuevas ejecuciones.

Publicado en cooperación con Newsweek en Español

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