Cómo serán las ayudas estatales es el eje de la discrepancia entre los negociadores británicos y de la UE que actualmente impide cerrar el trato en torno a los vínculos comerciales post-Brexit, dijeron fuentes diplomáticas mientras los líderes de los 27 Estados miembros se reúnen en Bruselas.
Las diferencias en temas como subsidios y pesca, junto a la forma de resolver ciertas disputas, trabaron las negociaciones. La mayor crisis hasta el momento entre ambas partes se desencadenó el mes pasado, cuando Reino Unido dio a conocer un nuevo proyecto de ley de salida. Una legislación que, de aplicarse, rompería el acuerdo de divorcio original.
La Cámara Baja del parlamento británico aprobó el martes dicho proyecto de ley, que ahora está en la Cámara de los Lores. Reino Unido afirma que para que sus naciones puedan comerciar libremente entre sí tras el Brexit hay que romper las disposiciones del acuerdo de divorcio sobre la frontera irlandesa.
La Comisión Europea, que negocia con Reino Unido en nombre de todos los miembros del bloque, quiere que Londres apruebe unas normas amplias de ayuda estatal compatibles con las que tiene la UE. El bloque quiere que un regulador británico independiente decida sobre la cuestión de las ayudas estatales en Reino Unido mientras busca un nuevo mecanismo para la solución de disputas entre ambas partes.
Las diferencias en temas como subsidios y pesca, junto a la forma de resolver ciertas disputas, trabaron las negociaciones.
Este mecanismo implicaría la creación de un nuevo Comité Conjunto y de un Panel de Arbitraje. Así, si una de las partes no cumple con lo acordado, el Panel de Arbitraje podrá imponer multas y la parte afectada tendrá la posibilidad de llevar a cabo represalias comerciales.
«El problema es que el Reino Unido no quiere seguir ese camino», dijo a Reuters un diplomático de la UE. Otro representante del bloque, involucrado en las negociaciones, subrayó esa idea: «Está por ver que Reino Unido vaya a firmar eso (el nuevo mecanismo para la resolución de conflictos)… No estoy seguro».
Londres, por el momento, optó por procedimientos más indulgentes, típicos de los acuerdos de libre comercio, añadiendo que, tras el Brexit, Bruselas no tendrá nada que opinar sobre la política de subsidios corporativos británica.
También te podría interesar: Británicos ricos compran ciudadanías con acceso a la UE para eludir Brexit
