En medio de una crisis interna tras los malos resultados de las últimas elecciones legislativas en EEUU, el Partido Republicano ya puso en marcha una verdadera batalla interna para determinar quién será el candidato a la presidencia en 2024.
Días después de que los republicanos no aprovecharan la llamada “ola roja” en los comicios de medio término, el primero en lanzar su candidatura, aun cuando restan dos años, fue Donald Trump, quien busca anticiparse y forzar a sus competidores a mostrar rápidamente sus cartas.
Tal vez el mayor opositor hasta el momento sea el gobernador de la Florida, Ron DeSantis, pero su par de Texas, Greg Abbot, también ha empezado a levantar su perfil, y ambos compiten para ver quién logra atraer la atención de un electorado conservador desencantado con el gobierno de Trump y que pide medidas más duras respecto al aborto, los colectivos LGBT, las drogas, la inmigración e incluso respecto a China.
En ese marco, una nueva jugadora se ha decidido a dar el paso y a lanzarse a la carrera presidencial: se trata de la exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora de Trump ante la ONU, Nikki Haley.
Según se informó, el 15 de febrero daría a conocer formalmente su candidatura, pero la presentación de los detalles sucedería este miércoles ante sus partidarios, que fueron convocados a un encuentro, de acuerdo a The Post and Courier.
Haley, que competirá con su exjefe político, es hija de dos inmigrantes indios que eran propietarios de una tienda de ropa en una zona rural de Carolina del Sur y significa un problema para los otros candidatos, tal vez más poderosos, ya que se trata de una conservadora capaz de ofrecer “propuestas más creíbles” en relación a problemáticas nacionales como las cuestiones de género y raza.
Además, es respetada por sostener la defensa de los intereses de los EEUU ante la ONU, más allá de los discursos y los gestos de Trump. Por caso, Reuters cita la decisión de retirarse del acuerdo nuclear con Irán, que había firmado Barak Obama y que era rechazado por un importante núcleo de republicanos, incluyendo al entonces presidente.
Otro hito importante en la trayectoria de Haley sucedió en 2015, cuando era gobernadora en Carolina del Sur. Un supremacista blanco llamado Dylann Roof entró armado a una iglesia y asesinó a nueve feligreses afroestadounidenses. En respuesta, presentó un proyecto para retirar la bandera confederada del Capitolio estatal.
En caso de avanzar en su candidatura y luego ganar las internas, sería la primera mujer candidata por el Partido Republicano, además de ser la primera “no blanca”
Su habilidad política le permitió surfear por ahora las internas republicanas. Por ejemplo, aunque criticó a sus compañeros por poner en duda los resultados de las elecciones de 2020, luego apoyó a candidatos que abonaron esas teorías. En relación a Trump, si bien ha buscado distanciarse en varios momentos, siempre se mostró elogiosa de su papel dentro del partido.
