El director de Política Monetaria del Banco Central de Brasil, Bruno Serra, defendió a la entidad de las críticas del presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, quien había afirmado que era “una vergüenza” que se mantuvieran tasas tan altas en el país, uno de los pocos que ha mostrado deflación en el mundo.
Durante un acto en Río de Janeiro (la toma de posesión del nuevo titular del banco de fomento brasileño) el mandatario había sido aseverado que “no existe ningún justificativo» para mantener la tasa de interés de referencia en el 13,75 % anual. En ese sentido, pidió a los empresarios que presionen para bajarla.
Pero el funcionario de la entidad financiera autárquica respondió: «Tendremos un ciclo de flexibilización monetaria en algún momento en el futuro, cuando las condiciones lo permitan». Según Reuters, lo aseguró en un acto organizado por el movimiento empresarial municipal Repensar Macae.
De hecho, ratificó que ese 13,75% es “técnicamente adecuado» y señaló que el comité de fijación de tipos que la determinó es el mismo que la recortó al 2% (mínimo histórico) durante la pandemia, porque la coyuntura así lo requería.
Con estas palabras, Serra defendió la autonomía del Banco Central frente a las políticas de los gobierno de turno. Incluso elogió la actual gestión de la entidad, explicando que el país se vio beneficiado en los últimos años por no disponer una marcada oscilación, como otros países que vieron frenadas sus economías.
Por otra parte, Lula había sostenido que las proyecciones inflacionarias debían ser mayores a las trazadas por el banco, pero el funcionario indicó que “deben ser creíbles”.
“Cuando los agentes tienen dudas, ya sea porque (la meta de inflación) es inalcanzable o porque puede ser discutida, dificulta el trabajo», expresó, a pesar de que admitió que se ven buenas señales, aunque marginales, respecto a la inflación. Pero agregó que eso es el resultado de la actual política respecto a las tasas y al desanclaje de las expectativas.
Finalmente, en materia monetaria, se mostró «relativamente optimista», pese a reconocer que el real se fortaleció gracias a tasas altas. Sin embargo, argumentó que no es el único motivo, ya que también hay un impacto positivo de las materias primas, en auge en el actual contexto de crisis global.