Este martes 14 de febrero se celebra San Valentín, una fecha dedicada a celebrar el amor. Sin embargo, muchas personas admiten haber tenido actitudes “toxicas” con su pareja, como revisar su celular sin su consentimiento.
Según una encuesta realizada por la compañía de seguridad digital Avast, el 63% de los argentinos que se encuentran en una relación amorosa afirmó que alguna vez revisó los dispositivos de su pareja.
De estos, el estudio -que consultó a 1.000 argentinos que se encuentran en pareja- señaló que el 56% lo han hecho sin permiso, siendo las mujeres las que más cometen estos actos (66% contra 45% de hombres).
“Ninguna forma de fisgoneo es aceptable; cualquier acceso no deseado es una violación de la privacidad”, expresó Javier Rincón, director regional en LatAm para Avast, quien también advirtió que “hay una línea muy fina entre el fisgoneo y el acoso”.
Con respecto a las aplicaciones a las que se tuvo acceso, el 44% fue a la galería de fotos y videos; el 40% a redes sociales como Facebook o Instagram; y el 40% a plataformas de mensajería y chat.
En ese sentido, si bien el 78% que revisó alguna vez el teléfono de su pareja se mostró de acuerdo con que no tiene el derecho de acceder al dispositivo de su pareja sin permiso, hay quienes ingresaron con un motivo que podría ser preocupante.
De acuerdo al estudio, el 29% aseguró ser entrometido; un 6% revisó el celular de su pareja para instalar una app sin que esta lo supiera; y otro 6% lo hizo para comprobar dónde había estado físicamente en un determinado momento.
“Estas cifras pueden parecer bajas, pero este comportamiento puede suponer un problema importante, psicológico e incluso físico, para los afectados que fueron espiados”, apuntó Rincón.
En relación a esto, el 27% de los argentinos dijo haber encontrado pruebas de que su pareja ocultaba algo. Dos de cada cinco de los encuestados admitió también que tuvo una discusión al respecto.
Por su parte, Mabel Bianco, de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), dijo que “mirar el teléfono de la pareja a sus espaldas es una señal de alarma frente a la posibilidad de violencia contra la mujer”. “Es importante que las parejas se comuniquen abiertamente y establezcan límites en las relaciones. El fisgoneo aparentemente inocente puede parecer una gran intromisión en la intimidad, y debería ser algo prohibido”, agregó.
CUATRO DE CADA DIEZ CONOCE LA CONTRASEÑA DE SU PAREJA
En otro apartado, el estudio de Avast mostró que, de los consultados, el 42% sabe cuál es la clave de acceso al dispositivo de su pareja porque esta se la había compartido en el pasado. Además, un tercio pudo ingresar porque el teléfono no contaba con contraseña o método de protección.
Sin embargo, un 17% dijo haber memorizado la contraseña de su pareja; un 4% afirmó haber engañado a su pareja para que desbloqueara su teléfono; y un 2% admitió que uso la huella dactilar (o métodos similares) de su pareja mientras esta dormía.
Mabel Bianco mencionó que “dar la contraseña a la pareja o no proteger su equipo es algo que deben de evitar las mujeres ya sea con sus compañeros permanentes o accidentales”.
“Además de impedirles la privacidad permite que se planteen motivos de discusión y agresión por parte de la pareja y es el comienzo de la violencia que encuentra su justificación, a pesar de que sabemos nunca se justifica la violencia”, agregó.
