El artista británico Harrison Marshall, de 28 años, se mudó hace un mes a un contenedor de materiales de Londres para visibilizar la problemática que generan los altos precios de los alquileres en la capital inglesa. Asegura que vivirá allí durante todo un año.
En reclamo por los costos de la vivienda que califica de “disparatados”, instaló su “casa” en un volquete adaptado y trasladado a Bermondsey, explicando que es la única manera que tiene de vivir cerca del centro de la ciudad.
Marshall estuvo viviendo en el exterior y regresó recientemente a Londres. Según indicó, intentó encontrar un alquiler, pero se encontró con que los precios son excluyentes, tal como sucede desde hace ya varios años en la capital, y especialmente en los barrios más céntricos.
«Como le ocurría a miles de personas en toda la ciudad y en todo el país, los precios se habían vuelto locos. Los alquileres son una locura», sostuvo, y agregó: “E incluso si encontraba algún sitio que estuviera en mi zona de precios, entonces habría otras 100 personas o así buscando esa habitación».
En respuesta a este problema, el artista decidió apostar a una “solución creativa”: gastó 4.000 libras (US$ 4.800) en la construcción de una capota de madera con techo curvo y fijarla a un contenedor, que llevó hasta un terreno que le fue prestado por una organización humanitaria.
Así se ve por dentro la «Skip House» del artista británico Harrison Marshall (Foto: Instagram de Harrison Marshall)
Según lo relata Reuters, la “Casa Contenedor” tiene un camino en el jardín que lleva a una escalera de entrada y un lavabo portátil en un rincón del solar. Para bañarse, Mashall lo hace en el trabajo (que se encuentra a diez minutos en bicicleta) o en el gimnasio. En tanto, un vecino le prové agua a través de una manguera.
Se trata de uno de los típicos volquetes amarillos que se utilizan para la construcción en Inglaterra, solo que Marshall le escribió en negro “Skip House” (“Casa Contenedor”) y colocó dentro una pequeña cocina y un espacio para dormir. Con algo de humor británico, el artista declaró: “El contenedor me dio la oportunidad de construir mi propia casita”.
La obra-protesta se realiza en un contexto complicado para la sociedad británica, con un 11% de inflación en el último año, la más alta en los últimos 41, impulsada por la guerra en Ucrania y el fuerte incremento de la energía, para la cual el Gobierno ha tenido que disponer la mayor ayuda social en su historia, solo para el pago de las facturas energéticas.
(Con información de Reuters)
