Norma Castaño, referente de la ONG Madres Solidarias, conversó esta mañana con Antonio Fernández Llorente en La 990 sobre la situación del narcotráfico en Santa Fe y especialmente en Rosario. «Hasta ahora no se hizo absolutamente nada», aseguró y remarcó que para la organización que viene reclamando desde el 2003 «es una tristeza y para el país una verguenza».
En esa línea enfatizó: «Pasaron cuatro o cinco gobiernos y no se hizo absolutamente nada» y recordó: «Desde el 2003, es decir, hace 20 años que yo vengo hablando con todos los gobiernos» porque «esto es un problema que lo tiene que resolver cualquier partido, cualquier gobierno». En ese punto, advirtió: «Estamos en una situación que ya llegamos al límite».
En consecuencia fue contudente y afirmó: «Hice notas a todos los gobernadores, a todos los presidentes y jamás nos han recibido». Por lo tanto, sostuvo que «es una decisión del poder político resolver este problema, pero no está en la agenda de ellos resolver este problema».
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Sobre cómo comenzó a involucrarse en la lucha contra el narcotráfico, precisó: «Yo empecé a salir para ver quién le vendía droga a mi hijo» y marcó: «Me encontré con un mundo que desconocía, la corrupción policial». En ese sentido, explicó que «cada vez que yo iba a un vendedor, a un dealer o a un narcotráficante, me decían porque los tuve frente a frente, ‘vos no vas a hacer nada, nosotros pagamos para trabajar’«.
«Ellos le pagaban en ese momento, a la Dirección de Drogas Peligrosas», indicó y detalló: «Empecé a investigar porqué si yo le llevaba a Drogas peligrosas las pruebas: los nombres (de los que vendían la droga), dónde vivían y ellos no hacian nada». «Ahí descubrí que efectivamente le pagaban a la policía y que la policía cobraba para que el narco pudiera vender», aseveró.
Sin guardarse nada, afirmó que hace diez años «el monto que recibía el jefe de la Policía de Santa Fe, Hugo Toñoli, de cada vendedor por semana era de $200.000».
Ante este panorama, aseguró que «la policía es totalmente corrupta» y marcó que «si la policía trabajara como tendría que trabajar contra el narcotráfico y sacara a los vendedores de los barrios no pasaría esto» en referencia a la situación actual que atraviesa Santa Fe.
«Pero también tenemos que hablar del poder político», resaltó y sostuvo que «acá la policía no se manda sola: acá al jefe de la Policía lo pone un político, al ministro de Seguridad lo pone un gobernador».
Lejos de quedarse callada, afirmó que «hay muchas fotos de gobernadores con narcotraficantes» y agregó que también «hay muchas escuchas de ministros de Seguridad hablando con narcotraficantes». En consecuencia, dejó en claro que «en Santa Fe nada se investiga».
Al ser consultada acerca de «qué le diría a Cristina Kirchner de mujer a mujer (sobre el tema de la droga) fue clara y contó: «Yo tuve una experiencia con la vicepresidenta que me suspendió una reunión 15 minutos antes de entrar en su segundo mandato como jefa de Estado» porque «le había surgido un compromiso y no me podía atender, que me iba a atender el ministro de Seguridad de la Nación».
«Yo me quedé helada», admitió y añadió: «Yo dije para qué voy a hablar con un ministro de Seguridad si yo tengo un ministro de Seguridad en la provincia de Santa Fe, es perder el tiempo». «Me volví con mucha amargura y angustia porque a nadie le interesa el tema de la droga».