De acuerdo a lo informado por la agencia oficial iraní IRNA, el Gobierno de Teherán indultó a unas 22.000 personas que permanecían detenidas por presuntamente haber formado parte de las manifestaciones contra el Ejecutivo, luego del asesinato de la joven Mahsa Amin, quien se encontraba bajo custodia de la llamada policía moral.
El jefe del Poder Judicial iraní, Gholamhossein Mohseni Ejei, anunció esa cifra este lunes, con la que se alcanzaría un total de 82.000 personas liberadas. Sin embargo, muchos prisioneros no corrieron la misma suerte y fueron ejecutados.
«Hasta ahora se ha indultado a 82.000 personas, incluidas 22.000 que participaron en las protestas», declaró Ejei, quien no ofreció detalles sobre en qué período se dispusieron, ni tampoco sobre cuáles de esas personas tenían acusaciones formales en su contra. Vale señalar que organismos de derechos humanos denunciaron que hubo numerosas detenciones arbitrarias durante las protestas.
Ante la fuerte presión internacional, Irán debió poner un freno a una sangrienta represión, limitar las ejecuciones e incluso conceder numerosos indultos, tal como se informó este lunes. E incluso debió prometer la desarticulación de la policía moral. Sin embargo, el máximo líder, Alí Jamenei, advirtió que no permitiría nuevas protestas.
Las joven kurda Mahsa Amini había sido detenida en la calle por la policía moral, por presuntamente no estar usando correctamente su hiyab. Apareció muerta, y tanto la familia como buena parte de la sociedad aseguran que esa fuerza la asesinó. En ese momento se iniciaron las manifestaciones, no solo pidiendo justicia, sino también el final del régimen teocrático, en la mayor revuelta desde la revolución desde 1979.
(Con información de Reuters)
