Hoy se cumplen 31 años del atentado a la Embajada de Israel, que ocurrió en 1992 y provocó la muerte de 29 personas y más de 200 heridos. Es por eso, que Jorge Salvador Cohen, quien fue jefe de prensa de la Embajada israelí, conversó esta mañana con Antonio Fernández Llorente en La 990 sobre el trágico hecho.
Lo primero que marcó fue que se trata de «un día particular» porque «siempre los 17 de marzo empiezan de una manera distinta a los días comunes«. En ese sentido precisó que «uno se acuesta más tarde debido a que ya presiente el 17M y se levanta más temprano«.
El periodista le compartió: «La imagen que yo tengo es vos con el chaleco lleno de sangre abrazándome y diciendo, ‘qué pasó’«, ante lo cual, Salvador confesó: «Los recuerdos que yo tengo de esa imagen es mediante las charlas que vos y yo tuvimos y después a través de algunas fotos». Sobre ese momento, indicó que «yo estaba en estado de shock» por lo que «no me acuerdo estar ensangrentado«.
A 31 AÑOS, ¿CÓMO SE ENCUENTRA LA INVESTIGACIÓN?
Al ser consultado sobre el estado de la investigación, detalló que «estuvo a cargo de la Corte Suprema por tratarse de un atentado contra una Embajada«, es decir, «que no lo trató la Justicia federal como es en el caso de la AMIA». El entrevistado hizo hincapié en «que no hay acusados» por lo que «no hay detenidos ni encarcelados» cuando que «los haya debería ser la consecuencia natural de una investigación».
Ante ese panorama dejó en claro que «uno como una víctima de lo que pasó, lo que quiere es Justicia» pero «hasta ahora no la hubo«. En consecuencia, remarcó que «la investigación quedó impune» e insistió: «Estamos esperando Justicia«.
Sobre lo que ocurrió, recalcó que tanto el atentado a la Embajada de Israel como el atentado a la AMIA «no son hechos aislados, son centrales para la historia del país» y a modo de ejemplo, marcó que «a 31 años es un hecho que sigue siendo noticia». Es por eso, que subrayó que «en estos 31 años han dejado al mundo sin saber quiénes eran los que habían matado a sus hijas, por ejemplo».
En ese punto, sostuvo: «Quiero resaltar a los familiares de las víctimas: hubo padres, hermanos, hijos y los hay también, que atravesaron este momento» y recalcó: «Los conocí a buena parte de ellos y pude compartir la angustia, el dolor y el camino hacia la búsqueda de Justicia».
Por último, explicó que «la Embajada no era un lugar de oficinas, era una casona en la que todos conformábamos una gran familia: nos veíamos fuera de la Embajada, salíamos en grupo» y por eso, afirmó que «lo que pasó nos afectó especialmente».