A pesar de que el Gobierno de EEUU le prohibió esta práctica, la empresa Neuralink, propiedad del magnate Elon Musk, quiere seguir adelante con el desarrollo de sus chips cerebrales y comenzar a experimentar su implante en humanos.
La compañía, que desde 2016 desarrolla implantes que, en principio, apuntan a una eventual cura de condiciones intratables como la ceguera y la parálisis, recibió en 2022 una prohibición por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para realizar ensayos en humanos.
Pese a ello, fuentes con conocimiento del tema le confirmaron a Reuters que Neuralink se puso en contacto con uno de los mayores centros de neurocirugía de los EEUU: el Instituto Neurológico Barrow, una organización de investigación y tratamiento de enfermedades neurológicas con sede en Phoenix (Arizona).
Aunque la FDA rechazó la solicitud de Neuralink por “problemas de seguridad” y no se sabe cuándo podría revertirse esa evaluación, la empresa se contactó con Barrow (y aparentemente con otros importantes centros) para comenzar a explorar posibilidades.
Consultados por Reuters, ni Neuralink, ni las clínicas, ni la FDA quisieron hacer comentarios oficialmente sobre el tema. Mientras, la compañía de Musk enfrenta dos investigaciones federales en su contra.
(Con información de Reuters)