El Papa Francisco dio un contundente mensaje acerca de cómo la pobreza afecta a los niños. Sus declaraciones se dieron el mismo día en que los obispos argentinos le expresaron su deseo de que visite nuestro país en el 2024, un año después de las elecciones presidenciales.
El Sumo Pontifice estuvo, de manera virtual, en el encuentro sobre la infancia llevado a cabo por el Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y Doctrina Franciscana en Paraná, Entre Ríos y allí expresó: «Si la pobreza es, de por sí, un tema inquietante en la Argentina y en la región, la magnitud de los niños que la padecen adquiere un perfil realmente dramático».
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En esa línea hizo hincapié en que «los infantes y los adolescentes son las piezas más débiles del sistema social y sufren pasivamente las consecuencias de un orden injusto y alienante, como sucede» y es por eso, que sostuvo: «Me preocupa cómo cada vez más a menudo muchos de ellos son cooptados por la droga o la trata o el trabajo esclavo, en algunos casos” y advirtió que “no hay estrategia de desarrollo posible con una generación joven hipotecada por el abandono».
«Cuando el mercado, cualquiera que fuera, se transforma en un semidiós, al que se sujetan todas y cada una de las pautas políticas y sociales, se genera una versión actual del Moloch, al que se veneraba con la sangre de los chicos nacidos» en referencia a una figura de La Biblia vinculada con los sacrificios de los seres humanos. El propio Papa detalló que se trata de «una metáfora histórica que conviene tener siempre presente, frente a los peligros de cualquier tipo de populismo liberal».
Para concluir, afirmó: «El niño vulnerado no tiene tiempo para esperar programas y planes de mediano y largo plazo. No tiene tiempo, es ahora» y por lo tanto, enfatizó: «Las respuestas deben ser tan inmediatas como las necesidades». Para eso, indicó que tenemos que ser «creativos, honestos, decididos».
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