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“La gente sabe que lo peor que puede hacer es quedarse con pesos”
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“La gente sabe que lo peor que puede hacer es quedarse con pesos”

Para Mariano Sardáns, CEO de la gerenciadora de patrimonios FDI que asesora a personas y empresas a manejar inversiones por más de US$ 800 millones, la crisis financiera global y la incertidumbre monetaria nacional está llevando a los ahorristas e inversores a ser sumamente conservadores y a preservar su capital.

En diálogo con Newsweek Argentina, analizó el escenario mundial, su evolución en el mediano y largo plazo y el impacto en la Argentina. En ese sentido, explicó por qué el país sufre una “inflación autoinfringida” y las distintas estrategias de la gente y las compañías para que su capital no se vea licuado por los aumentos de precios, las devaluaciones y las subas de tasas de interés.

Teniendo en cuenta el contexto nacional e internacional, ¿es un momento para que las familias y las empresas inviertan o para que sean conservadoras con su capital?
– Es necesario separar a la Argentina del resto del mundo. Se ve disociada en términos de intercambio, a partir de la pandemia y luego de la guerra en Ucrania, respecto a lo que exporta. También hay que decir que le impacta negativamente tener que importar gas, pero es mucho más lo que exporta por mejora de precios desde hace tres años. Y aún así tenés un grave problema cambiario, que viene de la mano del déficit fiscal, la inflación y todo lo demás.

El mundo está a otra velocidad. La inflación que vos tenés en el mundo viene a partir de lo que Argentina exporta, por lo tanto, el problema macro argentino es autoinfringido.

En el mundo hay mucho dólar, mucho euro, mucha emisión que se realizó en pandemia. En los balances de los bancos centrales se ve la expansión monetaria que hubo, y que hace unos meses empezaron a bajarla. Eso significa sacar plata del mercado, y al mismo tiempo me estás subiendo la tasa. A medida que se van venciendo los títulos, no renuevan, sino que agarran la plata y la destruyen. Esto es como una “Doble Nelson”; nunca se vio una situación así.

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¿La guerra de Ucrania es, como dicen, el gran factor de desestabilización?
– El tema geopolítico es fundamental. A Rusia le dijeron “ahora sos la nueva Corea del Norte, no existís más, y todo lo que vos producís no te lo vamos a comprar”. En realidad, lo compra India (y otros países) a mitad de precio y se lo vende al resto del mundo. Esto es así porque el objetivo es perjudicar a Rusia, no que falte petróleo. Pasó un tiempo hasta que se reorganizaron todos los flujos de intercambio, como cereales, petróleo, gas. En Europa no se murieron de frío este invierno: solo les sale más caro todo, porque va por otra vía.

¿Cómo influye la tensión creciente con China?
– China en los últimos 40 años fue un gran proveedor de desinflación mundial. Era común que China vendiera cada vez a menor precio. Nosotros tenemos como clientes a muchos directores de multinacionales que se sientan en los boards de las empresas; en 2020, cuando China empezó a hacer los primeros lock down, esos cierres masivos, el mundo empezó a ver a China como un proveedor no confiable. Entonces, las empresas que tenían proveedores chinos les empezaron a decir “quiero que me entregues la mercadería fuera de china”. Ese fue un primer gran movimiento de empresas hacia afuera de China. Pero cuando China, aprovechando la guerra de Rusia con Ucrania, empezó a coquetear con Taiwán, todo pasó de un tema comercial a un tema geopolítico.

Ahora masivamente las compañías les dicen “quiero que produzcas fuera de China, o no te compro más”. Hay una huida de empresas hacia otros países. El primer gran beneficiado fue Vietnam, por su sistema de puertos. También Malasia y, obviamente, India, pero también México (alcanza ver cómo se ha apreciado el Peso Mexicano en el último año) y un poco Brasil, a pesar de las dudas en torno a Lula.

Estas exigencias tienen que ver con que se esperaba un boicot occidental a China, con EEUU a la cabeza; y ocurrió hace algunas semanas. China, entonces, tiene un gravísimo problema. Primero que nada, empezó a decaer su población. Segundo, porque siempre tuvo una balanza comercial positiva, pero la balanza de pago era negativa (la guita se iba a EEUU o Europa). Tercero, a partir de los lock down, todos los millonarios se escaparon, fundamentalmente a Singapur. Y cuarto, hay una fuga de cerebros masiva. Al mismo tiempo, EEUU le estaba cortando la tecnología de sexta generación en los semiconductores, desde tiempos de Trump. Todo esto hace que varios países usen a China para negociar mejor con Occidente, como Arabia Saudita o el Brasil de Lula, que amagan a pagar sus importaciones con yuanes. Pero, en definitiva, el importador ¿en qué guarda la guita? En dólares. Siempre se elige el menos mal, y por eso todos van al dólar.

¿Se puede competir con China?
– ¿México puede producir mejor que los chinos? Sí. ¿India? También. Pero lo que no pueden hacer es producir al costo chino. Eso explica también la inflación global. Todos eligen tener un proveedor confiable, pero la escala de China no puede ser igualada por ningún otro país. Por esa inflación, lamentablemente, las tasas van a seguir en alza hasta que el mundo empiece a reemplazar a China o hasta que China haga lo que tiene que hacer y se alíe con Occidente. Hoy se están venciendo bonos que se emitieron hace tres años a tasa casi cero y hoy los tienen que renovar a 7%, 8%, 9%. Eso hace que tengas un mundo, en términos de renta fija, mucho más complicado. Desde hace tres años venimos diciendo que la gran burbuja que se pinchó no eran las acciones, sino el mercado de bonos. Esas empresas se tienen que refinanciar hoy a costos de tres a cinco veces más altos, en un mundo en el que los bancos centrales empiezan a sacar plata, como decía.

El hecho de que China se ofrezca a financiar a países como Argentina, Paraguay o Brasil a través de swaps o cobrarles en yuanes, ¿no significa entonces algún tipo de camino a la “desdolarización” de su comercio?
– No, porque vos en definitiva estás coqueteando con el fondo monetario, que es un prestador de última instancia. Lula puede decir lo que quiera, pero el Banco Central se maneja de manera independiente. Lo mismo en Paraguay. Los políticos pueden decir lo que sea, pero en lo práctico no hay financiación. Acá, Cristina está amenazando al FMI, diciéndole que tiene que hacer esto o aquello, pero, es simple: no hay divisas. Y hay una rebelión cambiaria de los exportadores argentinos que le dicen al Gobierno “los dólares son míos, y si los quiero vender valen 500 y no 200 y pico como me decís vos”.

Se rebelan cobrando todo afuera, sacando todo por las fronteras, contrabandeando, subfacturando o diciendo “no te liquido nada, porque el próximo Gobierno va a hacer como hizo Macri y va a sacar todos los expedientes cambiarios”.

Entonces, ¿es momento de resguardar el capital? ¿O hay oportunidades para invertir? En crisis anteriores, los bonos argentinos se volvían baratos y atractivos, por ejemplo.
– La empresa argentina, al igual que la gente, no quiere quedarse con pesos; por eso el gasto maníaco actual. La gente compra cualquier cosa con tal de gastar los pesos, porque los pesos queman. Por eso hay mucho nivel de actividad en diferentes cosas, mientras que a otra gente no le alcanza la plata. Los más sofisticados, el 0,5% de la población, compra dólares. El que no puede hacerlo por alguna restricción, compra ladrillos, playas logísticas, oficinas, es decir, algún bien que los resguarde en dólares. Algunas empresas compraron bonos argentinos. Piensan: “Mal que mal, por lo menos tengo un flujo, y hay consenso entre los economistas de que Argentina no va a defaultear la deuda en dólares, aunque sí va a tener que reestructurar la deuda en pesos”. Incluso compran bonos argentinos clientes nuestros que ya tenían bonos argentinos: los ven baratos y saben que el próximo Gobierno sale enseguida. Y es verdad.

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¿Es probable que hay algunos que especulen con que, en el peor de los casos, puedan vender esos bonos a fondos buitres?
– No, para nada. Nosotros manejamos fondos por US$ 800 millones y muchos de nuestros clientes tienen bonos argentinos. Jamás se nos acercó nadie de ningún fondo buitre para hacer un ofrecimiento. Eso puede ocurrir con algún bonista particular que haya quedado “ensartado” y busque a una organización con capacidad legal para salir a batallar. Nadie quiere quedarse en la disputa, porque no sabés cuánto puede tardar, además de ser incierto. El próximo Gobierno va a tener que tomar medidas muy duras. La mayoría de las empresas están yendo al contado con liqui. Si vos comprás contado con liqui o MEP, te penalizan y no podés comprar oficial. Pero como tampoco te están vendiendo oficial, prefieren ir a lo seguro y comprar más caro en contado con liqui o MEP. Total, esa diferencia la trasladan a los precios, y la gente paga cualquier cosa. Por eso ahora están controlando el contado con liqui, porque se puede ir a $5000, o a lo que sea. Hay multinacionales en Argentina que tienen $100.000 millones o más en cuentas corrientes sin remunerar, porque su casas matrices capaz no les autorizan salir por el contado con liqui. Pero si en algún momento deciden irse igual, aunque sea a pérdida, el contado con liqui puede terminar en cualquier cosa.

¿Cuál podría ser la consecuencia de eso?
– Una devaluación importante, porque pasa a ser referencia del blue y de todo lo demás. Y eso se traslada a los precios. Por eso en los medios te empiezan a psicopatear con las sociedades de bolsa. Porque sería imparable. En Venezuela se había prohibido el contado con liqui. ¿Sabés cómo lo hicieron? Nacionalizando todas las sociedades de bolsa. ¿Sabés lo que se terminaba haciendo? Se entregaban dólares afuera, contra oro en Venezuela. Lo hacían las multinacionales. No era una operación financiera, sino legal. Por eso te digo que no se puede parar. Nada quita que yo lo pueda hacer en Argentina: entregar dólares en el exterior contra cualquier especie en Argentina (oro, pero también madera, arena, cemento, hierro, litio). Este Gobierno está perdido, porque la economía es confianza.

¿El actual tipo de cambio está retrasado?
– No, es altísimo. Es un tipo de cambio de espanto. Si vos hacés el famoso cálculo de convertibilidad de los pesos emitidos (base monetaria, circulante y todo lo demás, y lo comparás con las reservas) te da cualquier cosa.

Muchas personas en el país están tratando de encontrar formas de resguardar sus ingresos y no saben si comprar blue o poner un plazo fijo…
– El plazo fijo no te remunera la inflación. Salvo que quieras recalentar la economía, ningún país te remunera, como mínimo, por inflación. ¿Por qué los brasileños piensan en reales? No por patriotas o tontos, sino porque en los últimos 50 años, a pesar de las crisis que tuvieron, siempre los remuneraron por arriba de la inflación. La gente prefiere dejar todo en reales, y por eso piensan en reales. En Argentina, las crisis te licuan. Hoy, por ejemplo, te paga mucho menos que la inflación. Te están licuando. Una cosa es la tasa de las Leliq, que les dan a los bancos, y otra es la que le trasladan al ahorrista. La gente no es tonta, y por eso no va a al plazo fijo y prefiere comprar bienes durables (heladeras, microondas). Y por eso salieron ahora los amigos del Gobierno con los planes en muchas cuotas. Compran al oficial pero venden muy por encima del paralelo.

Si la gente no llega tampoco a esos bienes, va al mayorista y compra productos no perecederos. Salen a gastarla. Se la tiran encima. La gente sabe que lo peor que puede hacer es quedarse con pesos.

En el ‘89, con Alfonsín, yo tenía 20 años. La inflación era del 1000% y había pleno empleo y el nivel de actividad era monstruoso, producto de que la gente hacía circular el dinero. Claro, en aquella época no existía el blue.

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