Con casi el 30% de las mesas escrutadas, el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, está consiguiendo una nueva reelección, con más del 73% de los votos y casi 60 puntos por sobre su siguiente competidor.
En efecto, el mandatario provincial obtenía un 73,54% de los votos y alcanzará así su octavo mandato, es decir, llegando a los 30 años en el poder formoseño (gobierna allí desde 1995).
Por su parte, Fernando Carbajal, de la Confederación Frente Amplio Formoseño, lograba el 16,22%; y Francisco Paoltroni, de Libertad, Trabajo y Progreso, llegaba al 9,98%. En tanto, Carlos Servin, del Partido Obrero, registraba apenas el 0,27%.
A grandes rasgos, se puede afirmar que Insfrán acapara tres cuartos del electorado formoseño, mientras que entre los tres principales opositores consiguen el cuarto restante.
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El triunfo contundente de Insfrán se logró gracias a la aplicación de la ley de lemas, que permitió una gran cantidad de listas colectoras apalancadas en la figura del gobernador, quien se quedaba con todos los votos resultantes. En los cuartos oscuros se podía ver una enorme lista de boletas azules, todas las cuales sumaban para el oficialismo provincial.
Si esta tendencia de escrutinio se mantiene, podría tratarse de la mejor elección del histórico gobernador formoseño en su carrera, a pesar de las críticas que recibió en las últimas semanas, e incluso de las medidas presentadas ante la Justicia para declarar “inconstitucional” la Constitución provincial e impedir una nueva reelección. El pedido fue rechazado, y parece haber potenciado su poder electoral.
Consultado por los periodistas de los medios nacionales sobre esa falta de alternancia, Insfrán respondió: “Pregúntenle al pueblo”. Y aseguró que seguirá en el cargo “hasta que el pueblo diga”.