El Gobierno de Bolivia firmó un acuerdo para profundizar la cooperación bilateral con Irán, que puso en alerta a la Argentina y generó un fuerte repudio por parte de la comunidad judía.
El pasado jueves, el ministro de Defensa boliviano, Edmundo Novillo, selló un memorándum de entendimiento con su par iraní, Mohammad Reza Ashtiani, para trabajar en materia de “seguridad y defensa”.
Según admitió el funcionario de Luis Arce en conferencia de prensa, dialogaron sobre la posibilidad de adquirir drones iraníes para “hacer vigilancia en la zona fronteriza” de alta montaña para “reaccionar con mayor eficiencia en el tema del narcotráfico y la lucha contra el contrabando”.
Además, comentó que en su viaje a Irán ha visitado una fábrica naviera y manifestó que requieren de lanchas para sumar a sus Fuerzas Armadas para “fortalecer los patrullajes en las áreas fronterizas y en los ríos bolivianos”. Y mostró su interés por “la capacidad tecnológica” del país de Medio Oriente para hacer mantenimiento de helicópteros y aviones.
Ante esta situación, la Cancillería argentina envió una nota a la embajada de Bolivia en Buenos Aires, con un pedido de información para conocer los “alcances de las conversaciones y posibles acuerdos” con la república islámica.
El acuerdo entre Bolivia e Irán generó la incertidumbre de la comunidad judía argentina, debido a que se trata del país involucrado en el atentado a la AMIA de 1994, del que recientemente se conmemoraron 29 años.
La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) alertó sobre “los riesgos para la seguridad de la Argentina y de la región”, y exhortó al Gobierno a “condenar este acuerdo y exigir al de Bolivia que reconsidere su decisión”.
Por su parte, el precandidato al Parlasur de Juntos por el Cambio, Waldo Wolff, tildó de “inaceptable el silencio de nuestra Cancillería ante un hecho que pone en riesgo nuestra seguridad con colaboración de un país vecino”.
“Un acto de desprecio para los argentinos en general pero por sobre todo para la comunidad judía argentina quienes seguimos pidiendo justicia además de tener que procurarnos medidas de seguridad extras en nuestras instituciones para cuidarnos de nuevos atentados”, agregó.
A 29 años del atentado a la AMIA, familiares renovaron el pedido de justicia
Al respecto de estos cuestionamientos, el ministro de Defensa boliviano dijo que es “una exageración que responde a un interés político particular de la extrema derecha en Argentina”.
“Quienes han querido hacer mención de que mi viaje a Irán podría significar un riesgo, una amenaza para la paz, para la región, yo creo que esto es una falacia fantasiosa y sin límites o con intereses netamente políticos”, remarcó.