Por Gustavo Sylvestre
El camino a las PASO de este año ha sido traumático para todas las agrupaciones políticas de nuestro país. “Pasos Tóxicas” las define muy bien el colega Jorge Asís.
Si bien el instrumento creado durante el Gobierno de Néstor Kirchner es bueno para ordenar el desordenado y fragmentado sistema político de nuestro país, nuestros dirigentes parecen no terminar de acostumbrarse a la elección de los ciudadanos, y que sean ellos quienes “ordenen” una interna partidaria. Esto demuestra también la necesidad de volver rápidamente a consolidar partidos políticos fuertes, que tengan su propia vida interna y, que a través del tradicional camino de las internas, que alimentaba el pulso político de toda fuerza, surjan los liderazgos necesarios en cada etapa.
La política y sus dirigentes se deben una profunda autocrítica sobre el modo de concebir esta actividad en nuestro país, como asimismo la necesidad de concebir nuevos dirigentes que le vayan permitiendo una renovación a la política, tan necesaria en estos 40 años de Democracia.
El cronograma electoral de este año, camino a la Presidencial, larga este 13 de Agosto. Las PASO son la bandera de largada, para definir los candidatos presidenciales de las principales agrupaciones. Comenzará a definirse, también, el “modelo” de candidato que los ciudadanos van eligiendo para decidir en octubre qué modelo de país desean y aspiran.
“This is the end”: un cierre triste y anticipado para las campañas electorales
Es necesario que todos y todas voten. Que se dejen de lado los enojos y frustraciones y que, con responsabilidad cívica, sin odios, pensando en el bien común, definamos a nuestros representantes. No será fácil, en una sociedad tan agrietada, pero necesario el ejercicio cívico de responsabilidad ciudadana.
Después del 13 de Agosto quedarán 93 días para las generales y 121 para un eventual ballotage. Los distintos consultores hablan de una elección atípica, planteada en tres etapas:
1) Las PASO.
2) La elección de Octubre.
3) El eventual ballotage.
Cada una de las etapas les deberá ir permitiendo a cada candidato enfrentar la próxima en mejores condiciones. Es decir, casi como una carrera de obstáculos, donde en cada una de ellas deberán esforzarse por obtener el mejor resultado. Uno de los consultores más reconocidos del mercado sostiene que en las PASO el ciudadano vota lo que quiere; en la General, lo que debe, y en el ballotage, lo que puede.
Definido el candidato, ahí sí el ciudadano deberá poner su ojo crítico en movimiento para detenerse a evaluar las características de cada uno, proyectos y condiciones de gobernabilidad que ofrece.
Para la competencia general, el oficialismo es el que deberá poner el mayor esfuerzo para tratar de mantenerse en el poder.
La campaña ha sido diagramada bajo el slogan de «Gestión y Unidad». Y donde Sergio Massa, en el doble rol de Ministro de Economía y Candidato Presidencial, llevará el mensaje de que sabe gestionar, que puede conducir el barco a buen puerto y consolidar un proyecto de mayor inclusión social y crecimiento económico. Ha logrado en este tiempo sumar a la mayoría de gobernadores, intendentes y referentes de los distintos espacios que conforman la UP. Ha podido manejar con buena mano la negociación con el FMI, y tender puentes hacia todos los sectores del poder, local e internacional.
En Juntos por el Cambio, la interna dejará heridos. Los de Bullrich y Rodríguez Larreta, son dos proyectos muy diferentes y habrá que ver si tras las PASO, la mayoría logra encolumnarse detrás del candidato que surja. Hay dudas de que eso ocurra. Y está el tercero en discordia, Javier Milei, que podría beneficiarse con votantes desencantados de Juntos x el Cambio. Nada está definido. Y la elección de España ha demostrado que la mayoría de los ciudadanos definió su voto en las últimas 72 horas. Y con sorpresa.