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Voto fantasma 2023: Ella, Él y Vos
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Voto fantasma 2023: Ella, Él y Vos

Por Silvio Santamarina

Por todas partes se habla del clima “enrarecido” de esta cita electoral. Tal vez será el humo de los relatos proselitistas, o la niebla mental de los pronosticadores de resultados, o el llanto cegador (genuino y/o fingido) por las víctimas fatales de la inseguridad cotidiana registradas en la previa comicial… En cualquier caso, resulta que no se ve nada claro el camino a las urnas. Como un aporte más a la bruma de hoy, aquí va esta breve hipótesis sobre el voto fantasma, que nos confunde con su juego de apariencias brumosas.

Detrás de la humareda que dejó la definición de la oferta oficialista se recorta el persistente liderazgo de Ella, que vuelve a plebiscitar su poderío apoyada en una especie de mecanismo dual de listas “colectoras”: una de la economía informal, más papista que el Papa; la otra, de pragmatismo vergonzante de mercado, de vínculo ambiguo con el establishment y el FMI.

Esa oferta para todos los gustos, le permite jugar a dos bandas, multiplicándose como candidata de todos y a la vez de nadie, sustrayéndose del veredicto final de las urnas, si éste llegara a ser muy adverso para ambas variantes de la misma Ella. Estar y no estar, como un fantasma, es una pícara forma de irse muy de a poco, cuidando la retaguardia.

Elecciones inciertas

Al otro lado de la supuesta grieta, que machaca día tras día la identidad nacional hasta pulverizarla, también hay fantasmas. Acá las colectoras virtuales serían tres: el Pelado, la Peinada y el Despeinado. Más allá de los corsets partidarios, la oferta triple conduce a votarlo a Él en sus distintas versiones.

La continuidad de la gestión, con lengua blanda para negociar casi todo lo que no llegó a acordarse. La corrección del viejo y fallido “gradualismo”, ahora con mano bien dura, para que todo sea todo, y nada sea nada. Y si eso no alcanzara a seducir a los apáticos votantes, entonces queda la enloquecida promesa libertaria de darse la cabeza contra la pared, para ver qué se rompe primero. Todos son, a su manera, homenajes a Él, y a la vez desafíos a su herencia, como se hace con el fantasma de un padre demasiado poderoso, tan poderoso que estira más de la cuenta el proceso de sucesión.

¿Qué se juega en estas PASO?

A esos liderazgos fantasmales no se los puede enfrentar, porque son inasibles: se los reverencia hasta la traición final, tan anunciada como la puñalada de Bruto a Julio César.

Y al final de tanta bruma, solo quedás Vos. Muy solo. Homenajeado, o acaso escrachado, en los afiches partidarios que te retratan como una celebridad anónima a la que le llegan sus quince minutos de fama, como dicen que decía Andy Warhol, otro artista de las caras falseadas por la repetición.

Con bronca o tristeza -dos afectos de la misma decepción-, Vos coqueteás con la abstención o el voto en blanco, para ver si al menos esta vez lográs brillar por tu ausencia. Te dicen que sos la patria, que ésta es la elección de tu vida. Te gustaría creerles, aunque ya te convencieron tantas veces con chamuyos similares, que te sentís como el público burlado por aquel legendario prestidigitador de una solo mano: “no se puede hacer más lento”, canchereaba en la tele, mientras manipulaba sus cartas marcadas para que vieras lo que no era y no vieras lo que estaba a la vista. Como hacen los fantasmas.

Cansado de tanta transparencia dudosa, Vos también te esfumás de las encuestas, y das vueltas engañosas en el camino al cuarto oscuro. Fantasmas eligiendo fantasmas: qué día más “enrarecido”.

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