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El peronismo está culturalmente derrotado y Milei debe contribuir a su humillación política
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El peronismo está culturalmente derrotado y Milei debe contribuir a su humillación política

El deterioro económico y social en la Argentina avanza minuto a minuto. Los saqueos de esta semana son la prueba palpable de eso. Este proceso sucede en un momento en el que no hay gobierno.

La desvergüenza del oficialismo es enorme y, mientras el país se derrumba, ellos están escondidos.

En la Argentina la gente está sola y sufre. Nadie la protege frente a la violencia y el hambre. El imbécil que ejerce de presidente dijo que no opinaba acerca de los saqueos porque “no es candidato”.

No hay ninguna medida para proteger las propiedades de miles de Argentinos. El gobierno tiene mandato hasta diciembre y ve cómo pobres atacan a pobres sin que nadie haga nada al respecto. Nadie toma medidas para proteger a quienes ponen en riesgo sus negocios, a través de los cuales muchos argentinos mantienen a sus familias trabajando de sol a sol.

Massa anunció una ayuda económica para los comercios que fueron víctimas de saqueos

El país está en estado de acefalía absoluto. El gobierno no acciona, CFK está escondida, los de La Cámpora no hacen actos ni campaña porque no pueden dar la cara sin que la gente los insulte.

Todo el dispositivo del peronismo que durante años nos vendieron como los únicos “machos” que podían manejar el país y sacarnos de las crisis se convirtió en una asociación de millonarios que está debajo de la cama, mientras la mayoría de la gente sufre y reza para no perder lo poco que le queda.

Recuerden este momento los miembros del círculo rojo y ciertos sectores de la prensa que llamaron “jugada maestra” al dedazo de CFK cuando nominó a Alberto Fernández. Este fracaso también les pertenece.

La derrota política y cultural del peronismo es enorme. El fracaso se debe a que amplios sectores de la sociedad se dieron cuenta de que el relato K era una farsa y empezaron a desacreditar todas las ideas que habían anestesiado a gran parte de la misma. Hoy a nadie le importa lo que dice CFK y los jóvenes detestan mayoritariamente los esquemas de pensamiento que el kirchnerimo impuso por más de 20 años. A nadie le importa tampoco lo que dicen los miembros de la farándula K que salían lloriqueando por todos lados con cartelitos en oposición al gobierno de Macri. Todos esos espacios simbólicos del relato K sólo dan risa.

Milei y Bullrich entendieron la nueva Argentina que pide humillar políticamente al peronismo

Sin embargo, en la política hubo personas que entendieron el cambio de tendencia que había en la sociedad y se enfrentaron a las fórmulas del atraso que representaban los discípulos de Néstor y Cristina. Milei fue una de las personas que refutó muchas de las ideas del fracaso que llevaron a la Argentina a la postración. Patricia Bullrich es otra de las personas que viene dando una lucha sin cuartel contra las mentiras. Cuando Bullrich resistió los embates de la operación Maldonado mostró, además, que se podía gobernar sin complejos y que lo que dijeran los aparatos de amplificación kirchnerista y de la izquierda le importaba un bledo.

Hoy el peronismo está derrotado culturalmente y es imprescindible aniquilarlos políticamente.

Massa es igual que Fernández, sólo que bastante más corrupto. El único interés de Massa es llegar más o menos vivo a octubre y entrar a la segunda vuelta para, desde ahí, empezar a reconstruir la organización mafiosa PJ. Eso sería imperdonable para la sociedad argentina. Cuando se derrotan las ideas del fracaso, hay que hacer lo mismo con los representantes de esas ideas. Dejarlos que sobrevivan políticamente es dejar que el fracaso, la decadencia y la corrupción sigan siendo la marca registrada argentina.

Bullrich denunció un «acuerdo político» entre Milei y Massa

Massa va a intentar abrazar a Milei y Milei debe esquivar ese abrazo. Si no lo hace, será cómplice de la sobrevida del peronismo. Massa prefiere una oposición numéricamente débil como sería la de Milei (por ser fuerza nueva tendría pocos diputados, senadores y ningún gobernador).

El otro escenario de Massa es con Milei presidente, al que imaginan sin poder y al cual podrían voltear o rodear para mantener los negocios.

Sergio Massa y Javier Milei. Fotos: NA

Dentro de las diferentes categorías políticas, Massa es el mal. Si Milei, por conveniencia electoral, no denuncia a Massa y al peronismo en su campaña, vendería su alma al diablo y echaría a perder todo el trabajo que hizo hasta ahora. Cualquiera que conozca a Massa, sabe que prefiere tenerlo enfrente a Milei antes que a Bullrich.

Massa siente que él puede conservar poder en alianza táctica con Milei y no así con Bullrich. Con Bullrich se queda sin nada.

Hay una tendencia preocupante en ese sentido. La campaña de Milei es contra Bullrich y no menciona a Massa y al peronismo. Esto no es una acusación: es una simple observación a partir de los mensajes de Milei. Ojalá Milei entienda que el tema sigue siendo humillar al peronismo para construir un país nuevo.

Escuchar los cantos de sirena del peronismo es el pasaporte a la humillación y el fracaso.

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