Por Lalo Zanoni
Hay una frase que da vueltas en el mundo de la tecnología que dice así: “Estados Unidos lo fabrica, China lo copia y Europa lo regula”. Más allá de la generalización y el humor, la frase habla de la obsesión que tiene el viejo continente por las leyes para proteger la privacidad digital de sus habitantes frente al avance de las big tech.
Hay varios ejemplos. La sanción de la ley del derecho al olvido en 2018 (los ciudadanos tienen derecho a pedir a los buscadores como Google que eliminen antiguos links con información sensible), las multas económicas récord aplicadas a Facebook y a Google y el reglamento general de protección de datos (RGPD) de 2016, se le suma ahora la ley de Servicios Digitales (DSA) que entró en vigencia a fines de agosto.
La idea de la ley es proteger a los más de 450 millones de personas miembros de los 27 países que forman la UE de posibles abusos, irregularidades e ilegalidades de las grandes empresas de redes sociales, buscadores y plataformas de comercio electrónico como Meta (Facebook), Google, Twitter (X), Amazon, Tik Tok, Instagram, Bing, LinkedIn, Pinterest, YouTube, Wikipedia y otras. En total son 19 plataformas y buscadores.
La ley es ambiciosa. Europa busca controlar los contenidos que emiten esas plataformas digitales y buscadores, y transparentar sus prácticas de recomendaciones publicitarias para vender por internet. Cuando se habla de contenidos dañinos y malas prácticas, la lista es larga: desinformación, odio online, pornografía infantil, falsificaciones de perfiles, venta de bases de datos privados, fraudes, competencia desleal y publicidad engañosa, entre otras malas prácticas.
A partir de septiembre, entonces, se prohíben los anuncios dirigidos a menores de edad basados en datos sensibles, como la orientación sexual o religiosa.
Inteligencia artificial: el genio ya está fuera de la botella
La Comisión Europea se encargará de vigilar el cumplimiento de la DSA. Se aplicará en todo el continente a partir del próximo 17 de febrero. Todas las plataformas, por ejemplo, deberán tener un botón visible y de fácil acceso para que los usuarios denuncien posibles violaciones, como memes de odio, de apología del terrorismo o contenidos ilegales. Los sitios de comercio electrónico deberán explicar cómo funcionan sus algoritmos y acotarlos para que recomienden a los usuarios alternativas sin personalización. Una vez al año, las empresas serán auditadas por organismos independientes para verificar que cumplen esta nueva ley. Las que no la cumplan, serán multadas con el hasta 6% del volumen de su facturación mundial.
“Europa es la primera jurisdicción del mundo donde estas plataformas ya no cuentan con un trato a favor y no fijan sus propias reglas. Ahora son entidades reguladas igual que las instituciones financieras”, se jactó Thierry Breton, Comisario Europeo de Mercado Interior y Servicios y el principal impulsor político de la DSA.
Con la aplicación de esta ley, la UE también quiere establecer las condiciones políticas y preparar el marco normativo y jurídico para la gran regulación que se viene y que será complicada: la inteligencia artificial.