A los 92 años de edad, el magnate de los medios de comunicación Rupert Murdoch anunció que se retira y que renuncia como presidente de Fox Corp y News Corp, luego de más de 70 años al frente de un imperio mediático con base en Australia, Reino Unido y EEUU.
La decisión se produce luego de que sus accionistas rechazaran un ambicioso plan de unificación de su conglomerado de empresas, a partir de la fusión de Fox y News Corp. A pesar de que ya no ejercerá como presidente, seguirá manteniendo una muy amplia participación en el paquete accionario de ambas compañías y será designado presidente emérito.
Quién ocupará su lugar será su hijo, Lachlan Murdoch: será presidente de News Corp y continuará como presidente y director ejecutivo de Fox. Así lo informaron ambas empresas este jueves.
El heredero de este imperio de medios afirmó: “En nombre de los consejos de administración de Fox y News Corp, de sus equipos directivos y de todos los accionistas que se han beneficiado de su duro trabajo, felicito a mi padre por sus 70 años de extraordinaria carrera”.
Rupert Murdoch y su hijo Lachlan, heredero de su imperio mediático (REUTERS/Mike Blake/File Photo)
Y agregó: “Le agradecemos su visión, su espíritu pionero, su firme determinación y el legado perdurable que deja a las empresas que fundó y a las innumerables personas a las que ha influido. Estamos agradecidos de que ejerza como presidente emérito y sabemos que seguirá proporcionando valiosos consejos a ambas empresas”
Rupert Murdoch heredó también la empresa de su padre, quien murió de cáncer en 1952, aunque no se parecía en nada al holding actual. News Limited, que hasta ese entonces era una empresa familiar, comenzó con él un proceso de expansión en Australia a partir de la compra de dos importantes periódicos de Sidney: Daily Mirror y Sunday Mirror, en 1960. Y luego incorporó varios periódicos de Australia y Nueva Zelanda, convirtiéndose en uno de los mayores impulsores del periodismo sensacionalista, con foco en los policiales y los deportes, apuntando a un público popular.
Un año antes, en 1959, fundó la Southern Television Corporation y lanzó el Canal 9, el primero en emitirse en el sur de Australia. Es decir, también fue un pionero de la televisión.
Más tarde, en 1964 puso en marcha The Australian, el primer diario nacional de Australia, pero ya lejos de aquel perfil amarillista; y en 1969 desembarcó en la “madre patria”, comprando News of the World y The Sun en el Reino Unido, puntapié incicial para una nueva etapa y una nueva escala, que lo llevaría a quedarse también con The Times y The Sunday Times, el 1981. Incluso puso un pie en EEUU, con la compra del New York Post (en 1976), New York Magazine y The Village Voice. Y ya en 2007 se quedó con el prestigioso The Wall Street Journal.
(REUTERS/Mike Blake/File Photo)
Como parte de la construcción de su emporio multimedios, Murdoch apostó al cine con la adquisición de Twentieth Century Fox (1985) y al año entrante creó Fox Television Stations, una cadena de más de 25 canales que cimentaron la construcción de Fox Broadcasting Company.
ABC, CBS y NBC fueron tan solo la punta de lanza de un creciente actor en los medios, los negocios y también la política de los EEUU y el mundo. Y esto se potenció con la obtención de los derechos de transmisión de la NFL, génesis de Fox Sports. “Los Expedientes X”, “Los Simpsons” y “Casados con hijos” fueron solo algunos de los hitos de este holding en los ‘90, anos en los que se consolidó como el principal grupo de medios del mundo.
Ya en los 2000, Fox News era el canal de noticias más visto de EEUU y su poder político se volvió decisivo, apostando a un público conservador. El mundo estaba cambiando y el canal Murdoch tomó la iniciativa posicionándose como la voz de la derecha, incluso promocionando hasta la presidencia a Donald Trump.
Ese posicionamiento lo llevó incluso a avalar numerosas teorías conspirativas tanto en la política como en la pandemia, e incluso mintió abiertamente respecto a los resultados de las elecciones de 2020, razón por la cual sufrió una devastadora demanda en su contra por US$ 1.600 millones, que se arregló con un desembolso de US$ 787,5 millones y el despido de Tucker Carlson, su principal presentador, por asegurar que había habido fraude, pese a saber que no lo hubo.
Este golpe financiero y el rechazo a la fusión de sus empresas marcaron el final de su carrera al frente de este imperio, luego de más de 70 años de innovación, habilidad empresarial, destreza política y también enormes polémicas.
