Por Gabriel Slavinsky (*)
Llega el debate en una especie de empate técnico en las encuestas de intención de voto y a pesar de que no han acertado en el último tiempo, la sensación es de paridad. Lo que produce una tensión extra para este mano a mano.
LA REPERCUSIÓN
El debate anterior tuvo más de 50 puntos de rating televisivo y se espera que este combate discursivo lo supere. La conversación digital será récord, probablemente existan hashtags que sean tendencia mundial, las reproducciones de videos se eleven hasta la estratósfera y las charlas de toda la semana estén atravesadas por algunas frases del debate, café mediante.
LAS MÁXIMAS DEL MANO A MANO
- El debate es una batalla de carácter, no de propuestas
- El que se pierde se equivoca
- Sacar de eje al rival es el objetivo real
- El entrenamiento previo posibilita un mejor desempeño
- Gana quien titula
LOS CANDIDATOS
Massa
Ha hecho una buena campaña en un contexto adverso, reconocido por propios y extraños como un profesional que supo conducir el barco de la campaña.
En los debates previos su desempeño fue realmente muy bueno. Se mantuvo serio y firme. Se mostró como presidente intentando generar un contraste con sus rivales
Ya no necesita un discurso de refuerzo a su núcleo duro que ha logrado consolidar. Debe ampliar, hablarle a los radicales disconformes con la jugada del PRO, a los peronistas tradicionales, a los cordobeses, larretistas disconformes con Bullrich y Macri.
Su objetivo será despertar incertidumbre y temor de Milei en los indecisos.
Milei
Fue la sorpresa de las PASO y luego del resultado inesperado en las generales rearmó su campaña de cara a la segunda vuelta
Se esperaba un candidato mucho más agresivo en los debates e incluso buscaron desequilibrarlo, pero no lo lograron, salvo que por momentos sus respuestas no fueron claras.
El riesgo es ser atacado por sus inconvenientes metáforas, su agresividad, posturas sobre el cambio climático, la venta de órganos, bebés y portación de armas.
Si no pierde la serenidad tendrá el 50% del objetivo cumplido
Su objetivo será despertar enojo con la ineficiencia del gobierno actual en los indecisos
CONCLUSIONES
Los debates son combates emocionales. Tienen momentos, microclimas y se generan sensaciones.
No existe tribunal académico o científico que evalúe las mejores propuestas de uno u otro candidato. Triunfará el que logré atraer a parte de su público objetivo que se encuentra en el 33% del electorado que no los eligió. Aquellos que fueron a votar, pero eligieron otras fuerzas, a las tres que quedaron fuera. Hoy los llamamos genéricamente indecisos.
La pregunta del día después será: ¿Si el debate inclinó la balanza? ¿Si hubo un ganador claro? ¿Si ha influido en el voto? Y las respuestas llegarán el domingo 19 de noviembre cerca de las 22.30 hs cuando tengamos un nuevo presidente electo.
(*) Psicólogo y consultor político. Autor del libro: “100 Recomendaciones para dirigentes políticos”.