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No hay gradualismo posible: los argentinos le pidieron a Milei que extirpe a la mafia kirchnerista
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No hay gradualismo posible: los argentinos le pidieron a Milei que extirpe a la mafia kirchnerista

La derrota del kirchnerismo es la única buena noticia política de los últimos años en Argentina. Hay un indicador que no falla: cuando los kirchneristas y los ladriprogresistas están tristes, nace la chance de que algo bueno suceda.

Milei tiene un mérito indiscutible. Fue el primero que entendió que la Argentina estaba cambiando y quien le dio contenido a ese cambio. Frente a la mentira peronista del “Estado presente”, antepuso el discurso de la libertad y, sobre ese acierto inicial, construyó su camino a la presidencia.

Las certezas de Massa: corrupción, pobreza y una democracia agonizante

Su discurso, a veces desaforado, puso de manifiesto que esa mentira no se sostenía más. El Estado en Argentina es una enorme fuente de corrupción que el kirchnerismo convirtió en inútil. Es idiota hablar de Estado presente en un país en el que te asesinan para robarte el teléfono móvil, donde la educación hace años que decae, donde los medios públicos son apéndices de los K y donde los únicos que prosperan son los amigos del poder que hacen negocios mientras los argentinos empobrecen.

El Estado argentino sólo le sirve a tipos como Insaurralde y el peronismo está lleno de Insaurraldes. Mostrar esa mentira y conseguir que muchos jóvenes crean en que lo mejor que les puede pasar es que el Estado no les coarte la libertad es la base desde donde Milei construyó su triunfo y su llegada a la presidencia.

La enorme cantidad de votos que sacó Milei en zonas pobrísimas es el más hermoso fracaso del kirchnerismo: los reyes del clientelismo derrotados por la discurso de la libertad.

Las dificultades que tendrá el nuevo gobierno son enormes. Por empezar, Massa deja una bomba de relojería en materia económica. Si la situación ya era grave hace unos meses, ahora es gravísima, ya que Massa usó la gestión económica y los recursos del Estado para favorecer su candidatura. Violó la ley de manera descarada y debería caerle todo el peso de la ley por eso.

Massa es el kirchnerismo: votarlo es regalarle cuatro años más a la mafia populista

Esta derrota de Massa, aun habiendo usado los recursos públicos a su favor, deja al kirchnerismo en una situación patética. Ese patetismo es lo que siempre han sido, sólo que muchos tardaron en darse cuenta.

Milei tiene que garantizarse gobernabilidad. El peronismo es esencialmente golpista y buscará desestabilizar al gobierno. Lo harán desde adentro del Estado en áreas que tienen cooptadas. También lo harán desde la calle con manifestaciones permanentes.

Entender cómo votó la gente es clave para entender cómo buscar gobernabilidad. A Milei lo votó el 30 por ciento en primera vuelta y casi un 26 por ciento más en el balotaje. Ese 26 por ciento votó a favor de Milei pero, sobre todo, en contra del peronismo. El votante antiperonista dio, una vez más, una prueba de calidad ciudadana.

La consigna de votar en blanco fue un fracaso y los dirigentes de Juntos por el Cambio que la defendieron mostraron, nuevamente, que no entienden a sus votantes. La gobernabilidad se obtiene con legisladores, con gobernadores y, sobre todo, con consenso social. La gente necesita ver que se desmoronan todas las columnas que sostienen al kirchnerismo hasta derrotarlos.

El Rey León y el mensaje de las urnas

La batalla cultural ya comenzó, pero hay que sacarles a los kirchneristas todas las cajas que manejan a fuerza de meter gente en el Estado de manera incesante. La gente soportará esfuerzos grandes si ve que se trabaja para derrotar a los responsables de convertir a la Argentina en un esperpento.

No hay gradualismo posible en la Argentina porque, básicamente, detrás del gradualismo se esconden los empresarios prebendarios, los corruptos estatales y los que buscan impunidad judicial. En ese sentido, son positivos los anuncios de cierre y privatización de empresas públicas que hizo Milei después de ganar las elecciones. Muchas de esas empresas públicas son lugares de robo y están cooptadas por lo peor del kirchnerismo.

Cuando hay una enfermedad grave, la única chance está en los tratamientos fuertes. Argentina es un enfermo terminal y un paria internacional. La gente merece sentir que su esfuerzo tiene recompensa.

Es imprescindible que los que han sido autores de enormes episodios de corrupción terminen condenados. La gente tiene mejor disposición a aceptar los cambios cuando ve que nadie está por sobre la ley. El kirchnerismo ha hecho eso siempre: colocarse por sobre la ley y la justicia. Así se
quiebran las sociedades y Argentina necesita sanar.

El «anunciado» triunfo de Milei y la consolidación de “una nueva fuerza política de derecha”

Milei entendió que una Argentina vieja estaba muriendo, y por eso es un justo y merecido ganador. Mauricio Macri y Patricia Bullrich también lo entendieron y dieron una muestra de valentía y de inteligencia política. Por eso también ganaron ellos.

En la Argentina está casi todo mal y hace falta cambiar muchas cosas. Hay que defender al que intente sacar al país de esta decadencia y desenmascarar todos los días a los que decían defender la democracia y que, en realidad, habían creado una democracia de élite, muy beneficiosa para ellos, y muy perjudicial para la mayoría de los argentinos. Son esos que discriminaban al que pensaba distinto y los que usaban la democracia para volverse ricos e impunes.

Hay derecho a tener esperanza por un futuro mejor. La pesadilla kirchnerista ha hecho demasiado daño.

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