Por Gustavo Lazzari (*)
1. Los rivales de la reforma
No perdamos el foco. Los errores y las pioladas lastiman más a la reforma que las piedras y los piquetes. Un tarifazo mal hecho y un 0800 que nunca funciona generan más descontento que las diatribas de los que nunca escuchamos seriamente.
Es imprescindible la responsabilidad de los ganadores de las reformas. Eso lo hemos aprendido de los ‘90. La actualización del precio del combustible a un dólar el litro (posiblemente sea el precio adecuado, no es el punto) en siete días, luego de una década de atraso y silencio genera más dudas que el piquetero Belliboni rememorando a Lenin.
2. El ansiado decreto de desregulación
a. Estuvo bajo siete llaves. ¿Está bien? Lo dudo. Veremos. No hay margen de error en el decreto. No lo hay. Por eso tanto hermetismo equivale a jugar todo a un pleno.
b. Manda la letra chica. A las pymes no nos mandó el anuncio, ni el discurso, ni el título ni la intención. En definitiva, gobierna la letra chica, el apartado, el inciso y sobre todo, la interpretación judicial y administrativa. Por eso el decreto es muy importante. Un error puede tergiversar toda la noble intención. En especial en los aspectos fiscales y laborales.
c. Para muestra sobra un botón. El 13/11/1991 se sancionó la ley 24.013. Ley de empleo. Supuestamente para favorecer la contratación flexibilizando modalidad, promoviendo empleo joven, contratos a prueba, etc. Sin embargo las multas por errores de contratación y contratación informal generaron la industria más siniestra para el empleo formal y las pymes. La industria del juicio nació con dicha ley. Quisieron promover y desincentivaron. Manda el detalle.
d. Las palabras que no deben faltar. Pymes, Monotributo, Autónomos, microeconomía fiscal, percepciones, retenciones, eliminación de registros de operación, libre disponibilidad de saldos acumulados, etc.
e. Lo poco que se sabía. Eliminación de ley de abastecimiento, ley de alquileres, registros automotores, ley de góngolas, algunos ítems de reforma laboral (que dicen son frondosos) es todo bueno. No sabemos si alcanza.
f. Puede haber volumen dos.
g. Rol del Congreso. La desregulación tendría dos patas. Un DNU que dentro el año debe ser refrendado por el Congreso y los proyectos de ley que necesariamente deben pasar por ambas cámaras.
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3. La desregulación puede:
a. Ser eficiente y ser aprobada por el Congreso. Óptimo
b. Ser no eficiente y ser aprobada. Estamos en problemas
c. Ser no eficiente y no ser aprobada. Mal menor aunque con altísimo costo
político
d. Ser eficiente y no ser aprobada. Se gana en conflicto pero no se pierde en
reputación y credibilidad.
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4. Blanqueo y Moratorias
a. Concepto. Como el sistema impositivo es inviable los blanqueos son inevitables. Si son justos o no es otro punto. Si está bien diseñado, lo veremos
b. A responder: ¿blanqueamos para producir o blanqueamos para financiar al Estado? Son dos conceptos distintos.
c. Blanqueo popular de mercado. Crucemos los dedos para que sea la opción elegida.
d. ¿Moratoria para que las pymes resurjan o para que el Estado recaude? Son conceptos contrapuestos. Disyuntivos. Los diseños son diferentes.
e. Nuevamente, no hay margen de error con el diseño que se elija.
f. Formalizar. Los blanqueos y moratorias son excelentes medidas para formalizar la economía. Requiere, además de viabilidad práctica y bajos costos, el lanzamiento de nuevo sistema tributario, sencillo, fácil, barato y cumplible.
g. Laffer. Apelamos a que menos impuestos recaudan más por incremento de la formalidad y por incremento de la base imponible (producción). El teorema de Baglini, gran tirapiedras a Laffer.
h. Un blanqueo y una moratoria sin reforma fiscal es como bañarse y ponerse la misma ropa. No aguanta.
5. Una frase
“Si cuando perdemos, perdemos el dólar entero pero cuando ganamos nos queda sólo una mínima parte del dólar invertido, es fácil concluir que es una tontería arriesgar el capital”. Henry Hazlitt. “La economía en una lección”.
(*) Economista
