Por Gabriel Michi (*)
La literatura, el cine y la televisión lo anticiparon de manera apocalíptica. Robots reemplazando a seres humanos. Quitándoles su lugar. Sus fuentes de ingreso. Desplazándolos. Y hasta el colmo de eliminarlos.
Sin embargo, esa «revolución» producida por la maquinización de la producción y de la vida se supone que vino para facilitarle las cosas al ser humano. Y algo de eso hay. De hecho, muchas de las tareas mecanizadas y a repetición que hacían los trabajadores de determinadas actividades son realizadas por esos robots desde hace años, aliviando a los seres humanos, aunque a veces con un costo muy elevado en materia de desempleo o en una reorientación de los trabajos.
Si bien ese fenómeno no es nuevo, en los últimos tiempos alcanzó niveles récords, llegando a casi 4 millones el stock robótico mundial, de los cuales sólo en 2022 se instalaron 553.000 nuevos robots industriales en todo el planeta, con China a la cabeza, donde se incorporaron 290.000 de esos aparatos, es decir, el 52% del total global.
Hasta el 2021 ya había en el mundo 141 robots por cada 10.000 empleados. Dos años después, el número es mucho mayor. A todo eso hay que sumar el crecimiento de la utilización de Inteligencia Artificial que, si bien aún aparece como algo bastante emrbionario, su explosión en los últimos meses fue contundente.
Frente a todo eso, los trabajadores de todo el planeta sienten a esas tecnologías como una amenaza a sus puestos laborales. Una encuesta realizada por la Unidad de Nuevas Tecnologías en Messe München GmbH entre más de 7.000 trabajadores de 7 países señaló que el 64% cree que la robótica y la inteligencia artificial acabarán con más trabajos de los que crearán.
Es más, el 70% de los trabajadores consideró que los robots sustituirán a los humanos en tareas peligrosas, como la carga de pesos o la manipulación de ciertos elementos, y lograrán una mayor precisión en la producción. Desde ese punto de vista, el 50% de los encuestados sostuvo que es importante que los robots sustituyan los trabajos de menor cualificación. Pero el 54% no cree que las políticas públicas estén apoyando, ya sea mediante inversión en educación o entrenamiento, la transición del trabajador al mundo digital.
Un estudio realizado por la London School of Economics entre trabajadores suecos y estadounidenses, (desde la década del 80 hasta hoy) concluye quesi bien hay un impacto positivo en la productividad por el uso de robots industriales, eso redujo los trabajos no cualificados, con el consiguiente aumento del desempleo.
«El horizonte del cambio todavía se percibirá dentro de varias décadas y, aunque muchos trabajos han sido sustituidos y reconvertidos a lo largo de la historia, es razonable esperar la pérdida de empleos», señala el estudio.
Por su parte, el gerente de VDMA Robotics, Patrick Schwarzkopf, señaló que el mundo se ha adaptado a la revolución de los robots de forma gradual, aunque alertó que el desarrollo en este área se ha precipitado en los últimos años sin que la sociedad esté preparada para eso.
Schwarzkopf informó también que el 74% del suministro de robots industriales está concentrado en cinco mercados: China, Japón, Corea del Sur, Estados Unidos y Alemania. La primera industria que automatizó con robots gran parte de sus procesos productivos fue la automotriz, pero luego se fueron sumando muchas otras.
Los especialistas destacan que si bien esas máquinas pueden ser accesibles para muchos países, las diferencias tecnológicas han agrandado la brecha entre las naciones desarrolladas y el resto. Y la imposibilidad de los países menos poderosos de tener recursos para invertir en investigación y desarrollo, no hace más que agigantar esa distancia.
Schwarzkopf indicó, por su parte, que el próximo paso en la agenda de la transformación digital y en la perspectiva de las tecnologías robóticas más ‘futuristas’ es la colaboración directa ‘humano-robot’, donde se esperan grandes avances en un breve espacio de tiempo.
Al temor por lo que puede generar el uso masivo de robots se sumó en el último tiempo el crecimiento de la Inteligencia Artificial Una encuesta de YouGov reveló una preocupación generalizada entre los encuestados de diferentes países en relación con la sustitución de puestos de trabajo por la IA.
Amplios sectores lo vislumbran como una amenaza inminente en términos de su seguridad laboral, frente a una competencia desigual con las máquinas. La India encabeza la lista de quienes ven amenazado su futuro laboral por el uso de estas tecnologías: el 76% de encuestados manifestó su temor. En España, al 67% dijo estar preocupado por el reemplazo de puestos de trabajo por la IA. Y en Australia, ese miedo abarcó al 63%. Por su parte, en China el 55% de los encuestados se mostró preocupado por esa realidad y cómo la IA amenaza su futuro laboral. Y en Estados Unidos y el Reino Unido esa cifra si situó en un 54% y un 48%.
El desarrollo de la Inteligencia Artificial explotó en el último año dejando experiencias insólitas en varios lugares. Por ejemplo, en Dinamarca, donde recientemente surgió un partido político dirigido por una IA; pese a eso la preocupación en materia laboral sólo alcanzó al 34% de los encuestados. Pareciera que los daneses se muestran más proclives a a adaptarse y reconfigurar su futuro en base al aprovechamiento de esa tecnología, integrándola a su trabajo.
LA CONQUISTA DE LOS ROBOTS
El fenómeno de la automatización de distintas industrias se ha extendido de tal manera que cada año se baten nuevos récords en sus puestas en marcha. Y el 2022 registró una nueva marca: 553.000 nuevos robots industriales fueron instalados en todo el mundo, según las cifras del último informe World Robotics de la Federación Internacional de Robótica (IFR). Así el stock operativo mundial alcanzó los casi cuatro millones de unidades. Eso equivale a tres veces más que hace diez años.
En China se realizaron más de la mitad del total mundial de instalaciones de robots industriales concretadas en 2022. Por su parte, Corea del Sur tiene la industria manufacturera más densamente automatizada, con 1.000 robots por cada 10.000 empleados, según datos de 2021, mientras que Alemania tiene la tasa más alta de Europa, con 397 unidades por cada 10.000 empleados. El promedio mundial hasta 2021 se situaba en 141 robots cada 10.000 trabajadores, porcentaje que no para de crecer.
En Asia se concentró el 73% de los nuevos robots instalados por región en 2022. Después de China, con algo más de 50.000 nuevas instalaciones, Japón ocupó el segundo lugar el año pasado, seguido de cerca por Estados Unidos y Corea del Sur, donde las nuevas instalaciones de robots alcanzaron las casi 40.000 y 32.000 unidades, respectivamente. El país nipón es también el mayor fabricante de robots industriales, con un 46% de la producción mundial en 2022.
Según señala Statista, «China es el mayor mercado en términos absolutos y de crecimiento, Corea del Sur y Japón están por delante de la superpotencia manufacturera mundial en cuanto a densidad de robots, es decir, robots instalados por cada 10.000 trabajadores del sector manufacturero». Y lo ilustra con el siguiente dato: «en 2021 Corea del Sur tenía 1.000 robots instalados por cada 10.000 empleados en la industria manufacturera, frente a los 399 de Japón y los 322 de China».
China, así como se quedó con el 52% de las nuevas instalaciones industriales robóticas del último año, encabeza el número global de este tipo de tecnologías. Aunque no en proporción de su enorme población, el último estudio de la Federación Internacional de Robótica, el número de robots que operan en la industria manufacturera china alcanzó una ratio de 322 unidades por cada 10.000 empleados en 2021, superando por primera vez la densidad de robots de la industria estadounidense (274 unidades por cada 10.000 empleados). En ese ránking, China ocupa ahora el quinto puesto mundial, por detrás de Corea del Sur (1.000 por cada 10.000 trabajadores), Singapur (670), Japón (399) y Alemania (397).
En los últimos tiempos, China y Corea del Sur son los países que más avanzaron en la carrera hacia la automatización industrial en los últimos años. En Europa, la densidad de robots experimentó un gran salto en la industria suiza, duplicándose entre 2017 y 2021: de 129 a 240 robots por cada 10.000 empleados. Mientras que en Francia, la industria manufacturera sigue teniendo un nivel de robotización inferior al de la mayoría de sus vecinos: 163 robots por cada 10.000 empleados en 2021, frente a 217 en Italia, 198 en Bélgica/Luxemburgo y 167 en España.
Así, la automatización de la actividad económica va creciendo de manera insoslayable, generando nuevas oportunidades de desarrollo pero, a su vez, desplazando a miles de trabajadores. Trabajadores que viven como una amenaza real cómo esos robots y la Inteligencia Artificial se quedan con sus puesto laborales. Como en los libros y películas de ciencia ficción. Pero hoy convertido en una desafiante realidad.
(*) Editor de Política de Newsweek Argentina y director de MundoNews
Publicado en cooperación con MundoNews