En diálogo con Newsweek Argentina, Julio Bárbaro, el histórico dirigente justicialista que se autodefine como parte del “movimiento nacional” realizó una fuerte autocrítica de las últimas gestiones del peronismo y admitió que en el discurso de Milei se esconden «algunas verdades».
Sin embargo, aseguró que el discurso del presidente es el mismo de las últimas dictaduras argentinas y puso en que pueda seguir gobernando si persiste en su plan económico de fuerte impacto en las clases más humildes y de entrega de las riquezas del Estado a los privados y a los capitales extranjeros.
“Yo nací en una Argentina que era reflejo de Europa. ¿Y cómo es Europa? Con todos los habitantes incluidos. Yo ahora habito en un país que es un mal reflejo de EEUU, donde los ricos son muy ricos y los pobres se arrastran. Con el agregado de que Milei dice admirar a Bolsonaro y a Trump. La diferencia es que ambos son patriotas, y el nuestro, Milei, es un antipatria total”, aseveró.
Además, analizó cómo avanza la reconstrucción del peronismo y lamentó la falta de liderazgo. En ese sentido, opinó sobre el rol y el potencial de Axel Kicillof como nueva figura del movimiento.
Julio Bárbaro (Foto: NA)
¿Qué lectura hace del primer mes de Milei en el Gobierno, de sus primeras medidas y de la respuesta del movimiento sindical?
– Mire, al margen de la respuesta de nadie, vi la foto con Cavallieri y me acordé de que él había apoyado el último golpe de Estado. O sea, no hay ninguna casualidad, de hecho, es permanente. La Argentina tiene una concepción de patria y una de colonia. El error del kirchnerismo fue llevar todo a una izquierda inexistente, pero el peromismo y el radicalismo son los dos principales partidos de esa patria, del patriotismo, de lo que tiene Brasil, de lo que tiene Uruguay. La Argentina tiene un empresariado que sueña con llevarse lo que puede. La destrucción de la Argentina comienza en el último golpe: cuando dicen “100 años”, dicen cualquier cosa. Yo habité en un país que no tenía deuda externa, ni subsidiados, ni inseguridad. Y eso fue hace 50 años. O sea, inventan 100 años porque a ellos les molestan la democracia, que la trajo Yrigoyen, y la industria, que la trajeron entre todos, de Pellegrini para adelante.
Entonces, un país sin democracia y sin industria es el sueño de ellos. Yo no sé si es lo que Milei expresa, pero nosotros no tenemos burguesía nacional. Tenemos un grupo de empresarios que se llevan lo que pueden.
Y ahora se van a llevar el Banco Nación, que da ganancias, y se van a tratar de llevar el litio y el petróleo. Y lo que va a quedar es un país donde los ricos van a ser muy ricos, como era hace 100 años, que aparecían en los libros como “Viaje al fin de la noche”, donde tiraban manteca al techo. Y ese es el país que sueñan. Cuando dicen 100 años, es lo que imagina, ¿no? Sin democracia y sin industria; un país de rentistas.
¿Y quién puede hacer frente hoy al gobierno de Milei? ¿Quién está en condiciones de ponerle límites en términos políticos?
– Yo creo que es imposible que este gobierno dure como una democracia estable. Si Macri perdió poder a partir del segundo año, estos no pueden ganar una elección más. Los humildes lo votaron porque Alberto fue un papelón. Fue el gobierno de los buscas, de los amigos del bar que querían llevarse todo a la casa. Y Alberto lo hizo en nombre del movimiento nacional de izquierda, con lo cual nos dejó en manos de lo peor de la derecha conservadora.
¿Cree que a la gente hoy todavía le cuesta creerle al peronismo, verlo como una alternativa?
– Es que el peronismo no es la opción alternativa; la opción alternativa es el movimiento nacional, que incluye a parte del peronismo, porque hay muchos peronistas que entraron para defender a los pobres, se hicieron ricos y pasaron al partido de los ricos. De eso hay varios que podemos dar los nombres, ¿no?
¿Ve a este movimiento nacional negociando algunas cuestiones con Milei o lo ve oponiéndose de manera intransigente?
– Hoy lo veo sin conducción. La Argentina no tiene conducción política. Por eso, después de Menem, que fue la gran traición a la patria, se entregaron las empresas más importantes a los grupos económicos, y hoy los partidos no tienen fuerza frente al poder económico. Por eso no hay partidos. Milei es la expresión del partido de los ricos, que con unas horas de televisión pone a quien quiere. Y el drama de los argentinos es que periodistas y economistas están bien pagos por los poderosos. ¿Pero quién les paga a los que defienden a los humildes?
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En la última marcha de la CGT apareció Juan Grabois preguntando “a dónde están los dirigentes del peronismo»…
– …Y tenía razón. Absolutamente cierto.
¿Y por qué piensa que no aparecen Cristina Kirchner, Sergio Massa o incluso Alberto Fernández, que es el presidente del partido?
– Y, ¡porque no son líderes! Son herederos. Hasta Néstor hubo una concepción del poder. Después de Néstor… Ojo que Néstor tampoco fue ninguna maravilla, pero tenía el poder del Estado como un poder superior al de los privados.
Cristina inventó una izquierda grotesca, y hoy estamos en manos de una sociedad sin dirigentes. No hay dirigentes. Alberto es una vergüenza. Hasta él mismo sabe que es una vergüenza. El kirchnerismo fue una enfermedad, y si el peronismo no se la sacaba de encima, se lo llevaba puesto. Ahora, radicales y peronistas no tenemos conducción. No hay quien la conduzca. No hay nadie.
Lo que dice Grabois es absolutamente cierto. No lo defiendo porque sea mi ahijado, eh (risas). Pero es un joven más maduro y honesto que estos prebendarios. No se puede ser político y hablar si uno se hizo rico. Es muy difícil que usted y yo confiemos en dirigentes sindicales que tienen avión privado. ¿Cómo se disfrazan de obrero cada cinco años? Así y todo, ese modelo sindical tiene la ventaja de que no es vendible. No se puede vender al poder extranjero, ni privatizar. Por ahora es mejor esta burocracia que cualquier otra opción, como puede ser caer en manos de una empresa estadounidense.
Julio Bárbaro junto al Papa Francisco (Foto: Cuenta en X de Julio Bárbaro)
¿Cómo lo ve a Kicillof? Porque a partir de las últimas elecciones comenzó a plantearse de manera más seria su figura como posible líder del peronismo.
– Yo creo que tiene una ventaja frente al resto de los personajes: es decente. No tiene el vuelo necesario, pero es transparente. Y hay una cosa que llama la atención, y es cómo el PRO, Grindetti y compañía perdieron hasta sus propios municipios. El PRO entró a retroceder y ahora se fractura, o sea, el partido de Macri está disuelto. Están todos los partidos disueltos, porque los poderes económicos son lo más importante.
Afirmaba al principio que Macri dilapidó su poder y que Milei lo iba a hacer mucho más rápido. ¿Usted cree que existe la posibilidad de que el presidente no logre completar su mandato?
– Sí, porque el problema es la pobreza. El cuento de “la casta” ya lo conozco. Tengo 82 años y viví varios golpes que dijeron las mismas cosas que dice Milei. Si alguno se toma el trabajo de tomar desde el golpe del 55 contra Perón, el del 62 contra Frondizi, el del 66 contra Illia o el del 76 contra Isabel, va a ver que todos los golpes produjeron lo mismo. Y todos los golpes perdieron, y volvió la democracia porque no podían gobernar.
Yo nací en una Argentina que era reflejo de Europa. ¿Y cómo es Europa? Con todos los habitantes incluidos. Yo ahora habito en un país que es un mal reflejo de Estados Unidos, donde los ricos son muy ricos y los pobres se arrastran. Con el agregado de que Milei dice admirar a Bolsonaro y a Trump. La diferencia es que ambos son patriotas, y el nuestro, Milei, es un antipatria total. Ve a la Argentina como una factoría para que los demás se lleven lo que puedan.
El Estado es lo de todos. Cuando el “turco” Menem destruyó el ferrocarril marcó la destrucción de la Argentina. Y eso lo había empezado Martínez de Hoz con Cavallo. Yo viví en una Argentina integrada. Yo visité España e Italia cuando eran países más pobres que Argentina. Entonces, ¿cómo me van a hablar bien de Cavallo? Es un personaje nefasto. Ricardo Roa sacó una nota diciendo “este sería su tercer fracaso”. En ningún país del mundo los economistas dirigen la política. Porque la economía es una parte de la política. Y como dice un amigo mío, “si los economistas fueran inteligentes serían los dueños de las empresas y no los asesores”.
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A lo largo de la charla vinculó varias veces a Milei con la Dictadura…
– …digo que todas hablaron de “la libertad”, y todas terminaron matando.
Pero en los hechos Milei ganó unas elecciones democráticas, con casi un 56% de los votos…
– Ah, por supuesto, eso tiene razón. Antes decíamos “Menem lo hizo”, y ahora podríamos decir “Alberto Fernández y su banda lo hicieron”. Todo eso es cierto. Ahora, dentro de dos años, ¿cuántos votos saca Milei?
¿Cuántos? ¿Cree que va a perder el apoyo popular?
– ¡Nada saca! ¡Desaparece! Si Macri en dos años empezó a perder, Milei directamente va a empezar a desaparecer. “La casta” para él eran los pobres; a los que él está golpeando realmente son los humildes. Recién me encontré con un trabajador de esos que se matan trabajando, y me dijo “perdí mi primera empresa por dos juicios laborales”; ahora hago todo solo”. Bueno, los abogados laboralistas son padres de la destrucción, creando un sistema de derecho que genera plata para ellos, no para la gente. Ojo, tiene muchas razones en lo que plantea Milei. Yo no niego eso. Los registros de los motores son una coima que se distribuía entre los adherentes a la causa. Nombrar empleados del Estado sin límite es arruinando a la gente y al Estado. Hay pedazos de verdades fuertes en lo que plantea. Pero no por eso hay que vender el Banco Nación, ni el litio, ni Vaca Muerta. Son cosas distintas.
¿El Congreso va a jugar un papel importante en ese sentido?
– Esperemos que lo haga. Si no, la Argentina va a sufrir mucho dolor. Seguramente usted lo ha visto igual que yo: nunca pasé una Navidad como esta, caminando la calle con la desesperanza que vi, con la amargura que vi en la gente. Yo tengo 82 años y nunca vi una Navidad con tanta amargura, con tanta desesperanza, con tanto dolor, con tanto silencio. Una Navidad en la que los taxis iban vacíos. Una Navidad donde no trabajó nadie, porque el dolor se veía en la sociedad. ¿De eso tiene mucha culpa Alberto? Desde ya. ¿Massa? Desde ya. ¿Cristina? Desde ya. Ahora, lo que plantea Milei… La urgencia de quedarse con todo es de las empresas, no de la Argentina. Él está hablando en nombre de los empresarios, no de los argentinos.
