Por Mayra García, de Noticias Argentinas
«No la ven», es la frase elegida por el presidente Javier Milei para trazar una línea que divide a la sociedad entre quienes lo acompañan y los que cuestionan sus medidas a un mes de asumir.
Los que «No la ven» estaban inicialmente incluidos en el 44% que votó por Sergio Massa en el balotaje, mientras que podía contarse al 56% que lo apoyó en las urnas como el grupo de los que «Sí la ven».
¿Cuánto queda de ese 56% que lo acompañó en la segunda vuelta del 22 de noviembre este 10 de enero? Los sondeos de opinión realizados en los últimos días muestran una caída en la imagen del presidente y disconformidad con el rumbo que ha tomado el país desde su llegada al poder.
Incluso mediciones en su ámbito natural de las redes sociales marcan un descenso de su popularidad.
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Sus menciones crecen, pero el apoyo ferviente se vuelve lentamente cada vez más difuso.
El «No la ven» encaja a la perfección con el Milei tuitero y auténtico que contestaba y generaba polémica en las redes, esa faceta que lo catapultó primero a la popularidad y luego al éxito de la política. El «No la ven» no encaja en su nuevo rol, ahora que es un presidente con inmensos desafíos por delante y que debe gobernar para todo el país, independientemente de la boleta que hayan metido en el sobre.
En un país fragmentado y vapuleado por la inflación y la pobreza, esas tres palabras utilizadas juntas alejan a Milei de quienes no lo votaron y también de los que sí lo hicieron pero poco convencidos.
Un sondeo de Zuban-Córdoba difundido en los últimos días aseguró que el 54,3% de los consultados cree que el rumbo del gobierno es incorrecto, mientras que el 43,5% lo considera correcto (con 2,2% que no contestó).
Los valores son similares en el rechazo al preguntar por la ley ómnibus, el mega DNU o la posibilidad de acompañar la idea de plebiscitos.
UN MES A FONDO PARA APROVECHAR LA LUNA DE MIEL
El primer mes de Milei en el poder estuvo marcado por la devaluación del dólar oficial de 400 a 800, un mega DNU cuestionado en la Justicia y una ley ómnibus que planta las bases del proyecto libertario en la Argentina.
Desde el día uno el jefe de Estado quiso marcar una diferencia con sus antecesores y la primera señal fue no hablar ante el Congreso, gesto que le valió críticas entre la oposición con la que ahora debe negociar.
Si bien el oficialismo está confiado y sectores de la oposición se muestran permeables a respaldar algunas reformas, la suerte del proyecto es incierta y la idea del Gobierno de aprobarlo antes de fin de mes una moneda al aire.
El capital político que consiguió Milei antes de llegar a Casa Rosada es la base y motor de las profundas reformas que impulsa -algunas ya establecidas en el DNU vigente-, las que sabe que debe hacer rápido precisamente para aprovechar el envión inicial que tienen todos los gobiernos.
Esa «luna de miel» que suele durar un mínimo de seis meses podría ser menor en este contexto de adversidad económica, altísima inflación y nulo horizonte de recomposición salarial.
KA CONVERSACIÓN EN REDES
El informe sobre los diálogos digitales de la consultora Ad Hoc hizo foco en la frase «No la ven» y en las variaciones de la conversación según las medidas de Milei.
«Más allá del exitoso hashtag y la maravillosa capacidad de instalar el marco de la conversación pública, la frase se convierte en una declaración de sentido. El análisis de la conversación en torno al #NoLaVen no tiene profundidad. No declara principios, verdades o ideas. No explica ni propone. Es una declaración identitaria que tiene tanta potencia como niveles de agresión sumergidos», interpreta el estudio.
Un dato sobresaliente del informe asegura que tras la llegada de Milei al gobierno «se polariza la conversación digital» y los términos «casta» y «democracia» se utilizan en sentidos diferentes entre comunidades oficialistas y opositoras.
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«La positividad en la conversación digital alrededor del Presidente generada por la victoria en el balotaje y la asunción comienza a mermar con los primeros anuncios económicos. Luego del DNU se comienza a marcar una tendencia hacia la negatividad, provocada en su mayoría por la reacción de usuarios opositores y por el tinte negativo de la mayor parte de la cobertura de noticias. Pese a este aumento de la negatividad se destaca un ´núcleo duro´ de positividad que no perfora el 40%», indica Ad Hoc.
La conversación digital el día de los anuncios económicos de Luis Caputo y en la presentación del DNU se puso sobre la «casta», una definición que acunó Milei, pero que puede convertirse en la principal desilusión de la campaña.
«Las menciones continúan siendo mayoritariamente negativas en torno al término ‘casta’. Sin embargo, luego de los anuncios, los usuarios opositores se sumaron a esta conversación resignificando el término y explicando que ´la casta´ finalmente son los
grupos ‘económicos concentrados’ y que será ‘a gente de a pie’ quien pagaría el ajuste», expresó el informe.
¿Por qué importan estos datos? En la Argentina hay 36 millones de usuarios de redes sociales, con un promedio de 10 horas de navegación en internet y cuatro en redes por día.
Fuente: NoticiasArgentinas.com