Cristian Buttié es el director de CB Consultora Opinión Pública, una de las consultoras políticas de momento, y uno de los pocos que predijo con gran exactitud el abultado triunfo de Javier Milei en la segunda vuelta.
El analista viene siguiendo mes a mes la evolución de la imagen del presidente. La primera medición puso al mandatario cerca de un 60% de imagen positiva como punto de partida de su gestión, pero la implementación de su plan de ajuste y un discurso que se mantiene lejos de ser dialoguista han comenzado a hacer mella en su respaldo popular, al punto que hoy Milei pareciera refugiarse en su núcleo duro.
Así lo considera Buttié quien, en diálogo con Newsweek Argentina, analizó el contexto en el que Milei inaugurará este viernes las sesiones ordinarias del Congreso, donde acaba de fracasar su Ley Ómnibus. Y, para entender mejor ese marco, propone evaluar tres enfoques.
“Primero que nada, el contexto. Es una situación absolutamente excepcional, con un Gobierno nacional totalmente disociado de la mayoría de los gobiernos provinciales y del Poder Legislativo. Veo a un Ejecutivo aislado, y eso es excepcional. No tenemos antecedentes de que esto haya pasado. Por lo tanto, la evolución de esto es una constante sorpresa”, subrayó.
En segundo término, puso sobre la mesa las preocupaciones de los argentinos y la necesidad de mostrar avances, el cumplimiento del mandato de cambio que le otorgó la sociedad. “Las principales preocupaciones de los argentinos siguen siendo la economía y la inseguridad. Y el presidente Milei, más allá de las relaciones que construya o de las disociaciones que él tenga, necesita empezar a mostrar algún horizonte de éxito. En materia económica, por ejemplo, bajando la inflación. Pero en ninguno de los dos aspectos se ve algún grado de optimismo: diría que la sociedad se mantiene bastante cauta, e incluso apática. Eso responde a que la inflación no cae y a que la inseguridad se mantiene”, consideró.
La “luna de miel” de Milei: mantiene su imagen positiva en casi un 56% y un 46,4% aprueba su gestión
Y tercero, el discurso en sí y sus posibles efectos: “Será un discurso duro, que claramente no tenderá puentes, sino más bien todo lo contrario, lo que empuja a Milei a una estrategia dicotómica al buscar enemigos. En primera instancia se puede observar como una estrategia para desviar la atención de las principales preocupaciones; pero también para mantener fidelizado a un segmento duro del electorado. Porque, esto es importante resaltarlo, a pesar del desgaste que ha tenido, Milei mantiene a la sociedad prácticamente partida y polarizada. Hay una mitad que lo apoya y tiene una imagen positiva y otra que no, y tiene una imagen negativa”.
Respecto a este punto, señaló: “El problema para Milei es que el núcleo duro opositor, que es el que califica como ‘muy mala’ su gestión, ya es superior al que la califica como ‘muy buena’. Hoy el núcleo duro opositor es superior al núcleo duro fidelizado”. Y concluyó: “Es un dato importante, una variable a observar, ya que son los dos extremos de la cuerda, que empujan el péndulo hacia un lado o hacia el otro. Si ese núcleo duro opositor sigue creciendo, significará que la imagen negativa de Milei pueda empezar a crecer, siempre que no haya resultados visibles en el corto plazo”.
Si eso no sucediera en breve, eso «podría afectar su gobernabilidad, que no corre riesgo». Y agregó: «Al carecer de solvencia política (no tiene Poder Legislativo, ni acompañamiento de gobernadores e intendentes) puede entrar en una espiral negativa de exponencial crecimiento«.
Finalmente, aseveró que «habrá que ver cuál es el discurso de Milei en la apertura legislativa y cuál es la reacción de los opositores«, y también observar «cuál es la evolución de su imagen, para medir las consecuencias propias del gobierno que está llevando a cabo».