En los últimos meses, la inflación tuvo una fuerte suba, lo que afectó al poder de compra de los argentinos, que cada vez necesitan más dinero para no caer en la pobreza, pese a que el salario mínimo no acompaña el mismo ritmo.
Este martes, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dio a conocer que en febrero, la canasta básica alimentaria (CBA) aumentó un 13,1%; mientras que la canasta básica total (CBT) subió un 15,8%.
De esta forma, la primera alcanzó una variación del 301,1% interanual, con un acumulado del 34,1% en lo que va del 2024. Por su parte, la segunda tuvo un crecimiento del 290,2% interanual, con un 39,4% en los primeros dos meses de este año.
Así, una familia de cuatro integrantes -dos adultos y dos menores- necesitó un ingreso mínimo de al menos $690.902 para no caer bajo la línea de pobreza; y de $322.851 para no ser indigente.
Actualmente, tras la última actualización, el salario mínimo vital y móvil ascendió a $202.800 a partir de marzo. Una suba de alrededor del 30% con respecto a diciembre, cuando era de $156.000.
En los primeros dos meses de Milei, el salario se desplomó un 18%
Con este valor, el ingreso mínimo estipulado por el Gobierno no llega a cubrir la canasta alimentaria: solo lo hace en un 62,82%.
En cuanto a la canasta básica total, que mide la línea de pobreza, el SMVM apenas alcanza al 29,35%. Por tal motivo, una familia tipo necesita de al menos 3,4 salarios mínimos para cubrir sus necesidades.