Por David Brennan, de Newsweek (*)
«Juegos abiertos», declaran con orgullo vallas publicitarias, carteles y funcionarios de todo París, mientras la ciudad se prepara para albergar los Juegos Olímpicos de este mes. El sitio web de los Juegos promete una celebración deportiva «más responsable, más inclusiva, más igualitaria y más espectacular que nunca». Pero la calidez de esta entrega del carnaval cuatrienal estará rodeada de acero.
Los servicios de seguridad franceses se están embarcando en una enorme operación para tratar de prevenir un desastre, mientras que sus homólogos estadounidenses supuestamente han pasado años preparándose para proteger a los atletas estadounidenses que compiten en París.
Para vigilar los Juegos, se desplegarán cada día unos 30.000 agentes de policía, la mayoría armados con al menos pistolas, y 45.000 para vigilar la ceremonia de apertura en el río Sena. También trabajarán diariamente otros 25.000 guardias de seguridad privados.
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Detrás de ellos, unos 18.000 soldados, muy acostumbrados a operar en ciudades francesas, dadas las recientes luchas del país contra el terrorismo islamista, apoyarán la operación. Entre ellos estarán miembros de la famosa Legión Extranjera.
«Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, nunca ha habido una movilización tan masiva de fuerzas militares en suelo francés», declaró el general Christophe Abad, que dirige las operaciones militares en París.
El Ministerio del Interior de Francia ha emprendido un enorme programa de investigación de alrededor de un millón de personas previstas para participar, desde el ejército de voluntarios hasta los portadores de la llama olímpica y agentes de seguridad privados. Más de 1.000 ya han sido excluidos por motivos de seguridad. Mientras tanto, los legisladores franceses han estado impulsando una expansión masiva de sus poderes de vigilancia para manejar a los millones de personas que se espera lleguen a París para los Juegos. Entre los planes se encuentra un aumento en el uso de CCTV con reconocimiento facial impulsado por inteligencia artificial, propuestas que han generado preocupación entre los defensores de la privacidad.
«La policía francesa, los gendarmes, los prefectos y los servicios de inteligencia estarán preparados», afirmó en marzo el ministro del Interior, Gérald Darmanin. «Tenemos un sistema de inteligencia extremadamente eficaz. Evitamos que se produzcan ataques casi todos los meses».
Guillaume Farde, profesor del Instituto de Estudios Políticos y especialista en cuestiones de seguridad, dijo a Newsweek que los Juegos de Verano plantean un desafío sin precedentes para el Ministerio del Interior.
Todas las fuerzas de seguridad e incluso las fuerzas armadas de Francia participan del operativo de seguridad para los Juegos Olímpicos (PATRICK ROBERT/GETTY, via Newsweek)
«Es particularmente complejo debido a su escala: se esperan 10 millones de visitantes durante el período; su cobertura mediática (1.500 millones de espectadores de televisión sólo para la ceremonia de apertura); y el número de personas que asisten, especialmente el día de la ceremonia de apertura, con más de 130 jefes de Estado y de gobierno».
«Si a eso le sumamos una amenaza terrorista muy alta y un riesgo social igualmente alto, se puede ver por qué este es el mayor desafío en la historia del ministerio».
Un funcionario del Servicio de Seguridad Diplomática del Departamento de Estado dijo que los próximos Juegos plantean también un «inmenso desafío» para los esfuerzos de Estados Unidos, y añadió: «Estos son los primeros Juegos Olímpicos que se celebran en un país con fronteras abiertas, y una de las mayores preocupaciones es la gran «Hay una gran cantidad de personas que van a ingresar al país, por lo que los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y de seguridad estarán observando todo».
UNA MEZCLA DE SEGURIDAD
Las autoridades francesas ya están nerviosas tras unas elecciones nacionales conflictivas que han dejado al país frente a un parlamento sin mayoría y el riesgo de manifestaciones mientras actores de extrema derecha y extrema izquierda luchan por el poder. Mientras tanto, un sinfín de amenazas estatales, no estatales, criminales, directas, híbridas y cibernéticas se ciernen sobre el escaparate parisino.
«Estamos preocupados por la amenaza del terrorismo, especialmente el terrorismo islámico, pero también la amenaza de baja intensidad de los ambientalistas radicalizados, los extremistas de izquierda y el movimiento pro-palestino», dijo el jefe de la policía de la ciudad, Laurent Núñez, en una conferencia de prensa a finales de junio.
La militancia palestina ha dejado una marca indeleble en la historia colectiva de los Juegos Olímpicos, los horrores de la masacre de atletas israelíes en Múnich en 1972 quedaron grabados en la memoria de todo el mundo. El actual resurgimiento del conflicto palestino-israelí ha enfurecido a muchos europeos (especialmente musulmanes) y ha provocado feroces protestas anti-israelíes en las principales ciudades, incluida París, así como esfuerzos para excluir a Israel de los Juegos Olímpicos de 2024.
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Francia se ha embarcado en una amplia represión contra los movimientos de solidaridad palestinos y las encuestas sugieren que la mayoría de los ciudadanos todavía apoyan a Israel en su guerra contra Hamás.
Pero se puede esperar que los grupos activistas utilicen el evento como plataforma para exigir nuevamente una acción internacional más estricta contra un gobierno israelí al que acusan de llevar a cabo un genocidio en Gaza. Los musulmanes franceses, que representan alrededor del 10 por ciento de la población, una proporción relativamente alta en comparación con poco más del 1 por ciento en los EEUU, y alrededor del 6 por ciento tanto en el Reino Unido como en Alemania, apoyan abrumadoramente la soberanía palestina, y una minoría significativa incluso expresa simpatía por Hamás.
Un informe olímpico elaborado por Insikt Group de la firma de ciberseguridad Recorded Future advirtió que los ataques contra israelíes o estadounidenses relacionados con la guerra en Gaza son «muy improbables, pero dentro del ámbito de lo posible». Las organizaciones vinculadas a Irán, incluido el grupo libanés Hezbolá, facciones militantes palestinas u otras con vínculos con el «Eje de Resistencia» liderado por Teherán, «probablemente verán los Juegos Olímpicos de París como un lugar atractivo», añade el informe.
Newsweek se ha puesto en contacto con el Comité Olímpico de Israel por correo electrónico para solicitar comentarios.
Los actores estatales (principalmente Rusia) también pueden representar una amenaza. «Será un riesgo», dijo el presidente francés Emmanuel Macron sobre las actividades maliciosas dirigidas por Moscú. «Por eso tenemos que mantenernos firmes».
El peligro parece real. En junio, un hombre ruso-ucraniano fue arrestado después de lesionarse mientras fabricaba explosivos en una habitación de hotel cerca del aeropuerto Charles de Gaulle, en las afueras de la capital. Ahora se cree que el hombre tenía la intención de atacar una tienda de herramientas al norte de París como parte de una aparente campaña de sabotaje en toda Europa dirigida desde Moscú.
La amenaza de larga data del terrorismo islamista persiste. A finales de abril, las autoridades antiterroristas francesas arrestaron a un joven de 16 años de la ciudad alpina de Marignier después de que declarara en las redes sociales que tenía la intención de construir un cinturón explosivo y llevar a cabo un ataque suicida con bomba en una sede olímpica.
Los horrores de la masacre de atletas israelíes en Múnich en 1972 quedaron grabados en la memoria de todo el mundo (AFP/GETTY, via Newsweek)
Al mes siguiente, un simpatizante del Estado Islámico de 18 años fue arrestado y acusado de planear un atentado en el estadio Geoffroy-Guichard de la ciudad de Saint-Etienne. Una cuenta de redes sociales vinculada a la organización publicó un llamamiento a sus seguidores para que se centraran en los Juegos.
Tampoco se puede descartar un aumento del malestar interno. Algunos sindicatos ya han anunciado su intención de realizar huelgas, mientras que durante el mandato de Macron el Palacio del Eliseo se ha enfrentado a varios movimientos callejeros masivos de protesta, como las protestas populistas de los chalecos amarillos y las manifestaciones contra el aumento propuesto de la edad de jubilación.
En ambos casos, la policía arrestó a varios cientos de manifestantes. Las manifestaciones paralizaron las principales ciudades, incluida París, y las barricadas y la quema de neumáticos precipitaron enfrentamientos furiosos y frontales entre activistas y servicios de seguridad.
«La amenaza de las protestas la plantean los activistas ecologistas y anticapitalistas», explicó Farde. «Son más una molestia que una amenaza real, pero hay que tenerlos en cuenta. La delincuencia en París se verá amplificada por la afluencia masiva de turistas en términos de robos, fraudes y proxenetismo».
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«El terrorismo es, con diferencia, el peor de los casos», añadió Farde. «En primer lugar, porque las personas están en un evento inherentemente expuesto y, en segundo lugar, porque Francia ha sido un país amenazado desde 2012. Organizar un evento amenazado en un país amenazado aumenta los riesgos».
Aún así, Farde expresó confianza. «No hay ninguna amenaza para la cual el [Ministerio del Interior] no esté preparado», afirmó. «Se han estado preparando durante siete años. Incluso en el caso de drones o ciberataques, que son más modus operandi que amenazas como tales, el ministerio sabe todo sobre ellos». «Si tuviéramos que buscar más la imprevisibilidad que la falta de preparación, diría que el alcance del sabotaje ruso, más allá de los ciberataques, es difícil de cuantificar. También diría que el riesgo de alteraciones del orden público después de las elecciones legislativas en Francia es difícil de cuantificar. En cualquier caso, el ministerio se está preparando».
EL RELANZAMIENTO DE ISIS
Lo que está en juego es enorme. El devastador ataque perpetrado en marzo contra una sala de conciertos rusa cerca de Moscú, reivindicado por la provincia de Khorasan del Estado Islámico (una rama del Estado Islámico activo en Afganistán y Pakistán, con una creciente presencia internacional), mostró el daño que un pequeño número de atacantes bien organizados aún puede causar. La operación evocó en los parisinos los recuerdos del ataque del ISIS en toda la ciudad en noviembre de 2015, en el que murieron 130 personas en la capital francesa, incluida la sala de conciertos Bataclan.
«Vemos que la red ISIS se reasienta después de un período de inquietud», dijo la directora del Centro Nacional Antiterrorista, Christine Abizaid, durante un foro de seguridad en mayo en Qatar.
Las autoridades francesas instan a la calma mientras se preparan para lo peor. «Aún no existe una amenaza clara para los Juegos o para nuestro país», dijo el jefe de policía Núñez. El regreso a la prominencia de ISIS y sus afiliados es «una preocupación general en toda Europa», dijo a Newsweek Antonio Giustozzi, investigador principal sobre terrorismo y conflictos del Royal United Services Institute. Es más probable que los esfuerzos familiares de inspiración islamista apunten a los Juegos que las acciones pro-palestinas o el sabotaje ruso, sugirió.
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Desestabilizar las sociedades y los gobiernos occidentales es un objetivo primordial del Kremlin, pero el presidente Vladimir Putin y sus aliados generalmente prefieren hacerlo utilizando desinformación, aliados políticos locales y asesinatos selectivos.
De hecho, los estadounidenses ya han sido blanco de un vídeo falso que pretende ser una advertencia de la CIA a los visitantes estadounidenses para que no viajen en el sistema de metro de París debido al «alto riesgo» de un ataque allí. Y en junio, Microsoft descubrió una red de desinformación que utilizaba inteligencia artificial para crear un largometraje falso de Netflix con Tom Cruise, parte de lo que la corporación llamó un esfuerzo «para sembrar desinformación y hacer que parezca que existe una probabilidad de violencia durante los juegos».
ISIS, grupos similares y sus simpatizantes, entonces, parecen ser los perpetradores más probables de tal violencia. «La evidencia es que el Estado Islámico en particular está tratando de relanzar su marca y ha estado tratando de iniciar una gran campaña terrorista desde hace algún tiempo», dijo Giustozzi. Aunque el grupo «no ha tenido mucho éxito», el ataque al Ayuntamiento de Crocus fue un recordatorio de lo que se puede lograr. «La evidencia de que están intentando enviar gente a Europa es abrumadora», añadió.
Sin embargo, la infraestructura europea del grupo se ha visto muy disminuida durante la última década. «No creo que tengan la capacidad para organizar un ataque terrorista profesional» en París, afirmó Giustozzi.
Aún así, persiste el potencial para operaciones menos sofisticadas, y los llamados atacantes lobos solitarios (simpatizantes sin ningún vínculo operativo directo con los grupos que dicen representar) son una amenaza persistente. Para estas personas, las armas accesibles como cuchillos, martillos, automóviles y camiones han demostrado ser suficientes, incluso en Francia. El devastador ataque con camión en Niza en 2016, por ejemplo, mató a 86 personas.
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Pero para que ISIS revitalice su debilitada marca y revitalice sus esfuerzos de recaudación de fondos, «necesitan algo más que unos cuantos apuñalamientos o que un tipo en una camioneta atropelle a unas cuantas personas», dijo Giustozzi. «Necesitan algo como Crocus Hall; algo grande que resuene y permanezca en los medios durante varios días».
«No va a ser fácil», añadió. «Es más probable que haya algunos episodios de lobo solitario».
Incluso un pequeño ataque podría ser devastador para la narrativa política y el éxito comercial del evento. El coste de todos los juegos aún puede superar los 10.700 millones de dólares. El Comité Organizador de los Juegos Olímpicos y la Autoridad de Organización Olímpica están organizando el evento con financiación de fuentes privadas, patrocinadores, venta de entradas y el Comité Olímpico Internacional. El gobierno francés ha aportado hasta ahora unos 2.600 millones de dólares de su propio dinero, aunque el jefe del Tribunal de Cuentas del Gobierno ha advertido que el total final podría llegar a los 5.500 millones de dólares.
UN PLAN B
Los juegos de París comenzarán con lo que los organizadores llaman una ceremonia de apertura «revolucionaria», en la que los atletas serán transportados por el río Sena pasando por algunos de los monumentos más famosos de París.
Pero una reducción de ese plan refleja las importantes preocupaciones de seguridad. La ceremonia original preveía 600.000 espectadores, pero en marzo las autoridades redujeron el número a 104.000 espectadores que pagaban a lo largo del paseo marítimo y otros 222.000 miraban gratis desde puentes y calles, sólo con invitación.
«Para gestionar el movimiento de multitudes, no podemos decirles a todos que vengan», dijo el ministro del Interior, Darmanin. «Por razones de seguridad que todos comprenden, en particular la amenaza terrorista de las últimas semanas, estamos obligados a hacerla libre pero contenida». Sistemas anti-drones, francotiradores, barricadas, barcos de seguridad y otras medidas secretas asegurarán la ruta. Las autoridades francesas cerrarán el espacio aéreo en un radio de 93 millas alrededor de París, incluidos todos los principales aeropuertos de París, durante la ceremonia.
«El Plan B se ha convertido en el Plan A», dijo Darmanin a los senadores franceses en mayo al explicar la ceremonia enmendada. «Era esto o ninguna ceremonia de apertura», dijo, destacando la preocupación particular por el peligro de los drones cargados con explosivos, que en los últimos años se han vuelto populares en los campos de batalla de todo el mundo. Por primera vez, las tres fuerzas policiales tácticas de Francia (BRI, RAID y GIGN) se coordinarán durante la ceremonia. El comandante militar Abad prometió «una burbuja en la tierra, en el aire y en el agua».
El conflicto entre Israel y Palestina potencia las alertas, no solo por el peligro de un ataque terrorista, sino también porque el escenario parece tentador para protestas que visibilicen las diferentes posturas (REMON HAAZEN/GETTY, via Newsweek)
El Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos ha estado trabajando para reforzar su propia seguridad mientras se prepara para aspirar al primer puesto en el medallero.
La directora ejecutiva del USOPC, Sarah Hirshland, dijo en diciembre que las autoridades son «extraordinariamente conscientes» de los peligros que plantea el clima global. «Estamos en contacto muy estrecho con los funcionarios franceses», añadió. «Tenemos confianza… en que los planes que deben estar en marcha están en marcha».
La seguridad del USOPC nuevamente será coordinada por el Servicio de Seguridad Diplomática del Departamento de Estado, y el departamento se compromete a crear un «entorno seguro para nuestros atletas del equipo de EEUU». También se han creado el Consejo Asesor de Seguridad en el Exterior del Departamento de Estado y la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial de Estados Unidos.
Francia tiene innumerables frentes internos y externos para que se produzcan protestas que afecten el orden durante los Juegos Olímpicos (KIRAN RIDLEY/GETTY, via Newsweek)
Los preparativos de OSAC incluyen un grupo de WhatsApp dedicado, reuniones en persona, evaluaciones de seguridad e informes diarios, informó The Daily Beast en abril, citando un boletín interno y funcionarios anónimos con conocimiento de los planes. El esfuerzo contará con el apoyo del Centro Nacional Contra el Terrorismo, dijo.
En Juegos anteriores se ha reclutado a agentes de la CIA y el FBI para ayudar con los preparativos de seguridad.
Un funcionario del DSS del Departamento de Estado dijo a Newsweek que tiene «plena confianza en la planificación francesa», describiendo su colaboración con las autoridades francesas como «sólida» y señalando que el servicio comienza a planificar tales eventos «con dos o más años de antelación».
Dos agentes especiales del DSS han estado en París desde 2022 para preparar los Juegos, y el servicio preside un grupo que reúne a expertos de más de 20 agencias estadounidenses. Los agentes especiales y analistas del DSS también están dotando de personal a un centro de operaciones conjuntas en la Embajada de Estados Unidos en París, «una operación 24 horas al día, 7 días a la semana que ayudará con los esfuerzos de seguridad».
El funcionario añadió: «Bajo nuestro sistema consular existe el deber de notificar al público estadounidense, por lo que ciertamente enviaríamos mensajes si hubiera amenazas identificadas, específicas o creíbles contra los Juegos».
El Pentágono parece algo preocupado. A principios de julio, el Departamento de Defensa aumentó las medidas de protección en las bases de toda Europa, elevando el nivel de amenaza a Charlie (el segundo nivel más alto) debido a una «variedad de factores» que podrían influir en «la seguridad de la comunidad militar estadounidense en el extranjero».
Charlie se activa «cuando ocurre un incidente o se recibe información que indica que es probable alguna forma de acción terrorista o un ataque contra personal o instalaciones».
La asistencia estadounidense será clave para el éxito, afirmó Farde. «La inteligencia es ante todo un intercambio entre servicios asociados. Por ello, su apoyo es absolutamente esencial para ayudar a detectar posibles amenazas».
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La Quinta República francesa se encuentra en una bifurcación. Los omnipresentes avances de la globalización, las tensiones económicas y la gobernanza independiente han socavado el sentido nacional de «egalité», mientras que 15 años de atrocidades terroristas han minado su «fraternité».
Una nación marcada ahora parece dividida entre la extrema izquierda y la extrema derecha. Una política cada vez más extrema puede significar una mayor percepción de «libertad» para algunos, pero es casi seguro que significará menos para muchos.
Los Juegos Olímpicos pueden resultar un bálsamo para una nación ten02sa, una explosión de positividad e inclusión que ablanda incluso a los cínicos más acérrimos. Pero los Juegos Olímpicos también pueden resultar un momento excepcionalmente vulnerable o, como lo demostró Londres en 2012, un florecimiento colorido que precede a las dificultades y la turbulencia política. Farde dijo que es «muy difícil» evaluar el actual estado de ánimo francés. «El país está más fracturado que nunca, la retórica xenófoba anda suelta y los excesos de una izquierda que mira de reojo al islamismo en determinados barrios no hacen más que exacerbar este círculo vicioso”.
«En este contexto, ¿podría Francia superar una vez más una ola de ataques? No estoy seguro. La lucha contra el terrorismo requiere mucha humildad. En general, aquellos que gritan fuerte y prometen riesgo cero son los primeros en dejarse llevar. Ningún sistema es infalible. Nunca lo es», concluyó.
Publicado en cooperación con Newsweek
(*) Corresponsal de Newsweek experto en asuntos diplomáticos
La tapa de la revista Newsweek Internacional, con el título «Rings of Steel»
