Luego de las elecciones presidenciales, Venezuela transita momentos de tensión. Mientras el Consejo Nacional Electoral le dio la reelección a Nicolás Maduro y se niega a presentar los resultados, la oposición comenzó a mostrar las actas para demostrar la victoria de Edmundo González Urrutia, mientras crecen las manifestaciones y la represión.
En este contexto, Charbel Najm, sociólogo venezolano y vicepresidente del Cono Sur del partido Primero Justicia, habló en exclusiva de Newsweek Argentina sobre lo que dejaron las elecciones y las consecuencias que podrían haber tanto dentro del país como en la región.
¿Cómo ves todo lo que pasó en las elecciones con la reelección de Nicolás Maduro?
Con mucha preocupación, porque claramente lo que hemos visto en los últimos meses en nuestro país es un profundo deseo de cambio. Ese mismo profundo deseo de cambio creo que se expresó el domingo, como lo informaron ayer María Corina Machado y Edmundo González, con las actas que del mismo CNE se pudieron obtener de más del 70 por de los de las mesas de votación, y que claramente evidencian lo que ya veníamos viendo en las calles: un abrumador apoyo a favor de un cambio político que hoy representa Edmundo González.
Me preocupa porque claramente Maduro está tratando de imponerse por la fuerza, cometiendo un fraude grotesco y vulgar que no tiene precedentes por la magnitud. y yo creo que justamente lo que estamos viendo en las últimas horas en las calles habla de que el pueblo venezolano no se va calar que Maduro se quiera imponer y quiera estar por la fuerza unos 6 años más.
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¿Qué impacto crees que tuvo en la gente cuando se anunció la reelección de Maduro?
Nosotros los venezolanos, después de 25 años de tantos golpes y de tener muy claro a qué nos estábamos enfrentando, teníamos en la cabeza que esto era un escenario posible. Estamos yendo a elecciones no en el marco de una democracia; estamos yendo a elecciones con un régimen que proscribe candidaturas, que no dejó competir a María Corina Machado, que fue la líder que casi 3 millones de personas eligieron para que fuera candidata y él no lo permitió. Estamos frente a un régimen que ha encarcelado a dirigentes del comando de campaña, que ha perseguido a comerciantes por prestarle servicios al candidato Edmundo González. Es decir, sabíamos que esto era un escenario que podía ocurrir por cómo se estaba ya desarrollando la elección, sobre todo en horas previas con las deportaciones y las expulsiones de misiones diplomáticas que fueron a acompañar el proceso electoral.
Pero claramente como venezolanos teníamos la esperanza de que, viendo la magnitud del resultado y la magnitud de la expresión ciudadana, se generara una presión lo suficientemente fuerte como para que ellos decidieran reconocer la derrota. Y al ver que decidieron imponerse nuevamente e irse por el camino de la fuerza, que los desnuda como lo que son, una dictadura pura y dura, claramente nos llena de mucha frustración, nos llena de mucha indignación. Pero no nos paraliza. Hay una ruta clara que ya anunció María Corina Machado, hay una voluntad de cambio que se ve en todas las instancias del país: en las calles, en lo electoral, ahora en las movilizaciones ciudadanas. Así que yo creo que si bien hoy estamos transitando horas muy angustiantes y muy dolorosas, va a terminar concluyendo en que se pueda generar ese proceso de transición que tanto queremos los venezolanos hacia una democracia.
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En este contexto, ¿cómo se sigue el proceso para validar los resultados?
Data mata relato, y acta mata fraude. Acá los únicos que han tenido la capacidad de mostrar información, que además no es información propia sino información que facilitó el mismo CNE, la misma autoridad electoral, ha sido la oposición. De hecho la dejó disponible en un portal para que cualquier persona pueda acceder a verificar las actas del 70% de las mesas electorales.
Acá nosotros lo que estamos apostando es a que si el régimen cometió este fraude tan grotesco, demuestre efectivamente de dónde salen esos números que ellos están anunciando. Y no lo van a demostrar, porque son números que no tienen. No lo pueden manipular, no lo pueden maquillar. Entonces, acá básicamente lo que se va a producir es que si Maduro insiste en esta postura errática, va a generar una situación de crisis que hoy nadie en el país quiere. Porque Maduro también estaba buscando cierta legitimidad y en estas condiciones no la va a obtener, porque todo el mundo sabe lo que pasó.
Se va a generar una presión internacional sobre un régimen que no va a ser legítimo. La gente se está organizando para hacer respetar su voluntad popular, para defender su resultado, y yo creo que esta mezcla de presión internacional, organización ciudadana y presión interna pueden favorecer a que se inicie un proceso de transición política.
¿Creés que la presión internacional, incluso dirigentes que eran cercanos a Maduro, pueda también ayudar a que se muestren los resultados?
Creo que sí. Lo más relevante que tenemos ahora, que no hemos tenido en procesos previos en donde también se vio mucha presión internacional, es que hoy tenemos interlocutores claves que le están hablando directamente a Maduro y que yo creo que Maduro escucha. Por ejemplo, Lula (Da Silva) o (Gustavo) Petro.
Anteriormente, a Jair Bolsonaro no lo iba a registrar, o a un Javier Milei que agradecemos mucho la posición que está tomando frente a esta situación, que para Maduro es parte del show político que necesita. Ahora que este planteamiento lo eleve Lula o Petro, o incluso lo exponga un expresidente como Alberto Fernández que hasta hace muy poco fue amigo, también genera un grado de presión extra sobre el régimen para que efectivamente entiendan el camino que el mundo espera y que los los venezolanos queremos y por lo que hemos trabajado.
Ayer el canciller Yvan Gil publicó un comunicado en el que anunciaba que el gobierno había decidido retirar a sus diplomáticos de varios países, entre ellos Argentina, y también había solicitado a esos países que saquen a sus diplomáticos de Venezuela. ¿Cómo afecta esto a las relaciones internacionales y a los venezolanos que viven en estos países?
Obviamente el aislamiento nunca es bueno. Para nosotros es grave. Que en Venezuela exista representación diplomática de países hermanos es fundamental, y viceversa. Eso está previsto en el derecho internacional. Yo creo que esa postura que está tomando Maduro no da buenas señales, porque es aislarse aún más para también tener mayor posibilidad de radicalizarse. Si tú retiras la misión diplomática, dejas a la gente con menos posibilidades de las que ya tenía, porque el régimen ya ha puesto muchas restricciones de poder tener acceso a documentación básica, pasaportes, documentos de identidad, algún trámite consular.
En Venezuela hay mucha preocupación también porque además las embajadas son espacios que también han tenido que ser utilizados para refugio de perseguidos políticos. Entonces si van cerrando esas puertas, se genera una situación de mucha angustia. Al radicalizarse el régimen como lo hemos venido viendo en las últimas horas, hay menos posibilidades de encontrar protección y encontrar refugio.
¿Cómo están viviendo los venezolanos que están lejos de su país las manifestaciones y represiones que hay en su país?
Tanto a los que estamos lejos, como a los que están allá, esto nos genera mucha angustia y mucha preocupación. Hay que decir que todas estas protestas que se están generando son completamente espontáneas. El llamado de la oposición ha sido mantenerse firmes, movilizados en paz. Lo que anunció María Corina Machado fueron concentraciones para hacer asambleas ciudadanas, algo completamente pacífico que además también se reconoce dentro de nuestra Constitución.
Pero bueno sabemos que estamos en un régimen dictatorial y que cualquier acto que los desnude o los exponga o los desafíe puede ser considerado como un acto de terrorismo, como ellos mismos lo llaman, y pueden arremeter como lo están haciendo en las últimas horas. Hay creo que ya más de 10 muertos, más de 84 heridos. El fiscal del régimen estaba anunciando que ya hay casi 800 personas detenidas en el marco de las protestas y hemos visto también que en las últimas horas está escalando la represión contra dirigentes partidarios. Estamos en una situación muy angustiante que es completa responsabilidad de Maduro. Hoy la paz depende de que él quiera reconocer y respetar el resultado y entregar el poder como lo hace cualquier presidente que pierde una elección.
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¿Creés que si se reafirma la reelección de Maduro muchos venezolanos decidan dejar el país?
Si, y no es que lo crea. Hay estimaciones que se han hecho en el país que indican que, si el régimen se queda por la fuerza, podría generarse un nuevo flujo migratorio de al menos 5 millones de personas.
Al día de hoy estamos alrededor de los 8 millones de migrantes venezolanos. Nuestro flujo migratorio se compara con el de países en guerra, y Venezuela nunca ha tenido o no ha atravesado una guerra. La guerra es la de Maduro contra el pueblo, y eso ya ha generado esta catástrofe humanitaria, con lo cual si ellos deciden mantenerse por la vía de la fuerza se va a generar una nueva ola migratoria, que es también lo que más le preocupa a los países de la región.
No dudo de las buenas intenciones por ejemplo de Lula o de Petro con el tema del respeto de la democracia. Pero yo creo que a ellos también les preocupa que este flujo migratorio les impacte directamente a ellos como países receptores.
¿Cómo creés que puede impactar lo que pase con los resultados en la región?
Maduro ha demostrado ser una amenaza a la paz regional por los vínculos que ha tenido su gobierno con agentes terroristas, con países promotores del terrorismo, con vínculos directos con el narcotráfico, incluso de su entorno familiar o de las élites del poder más cercanos. Eso naturalmente ya representa una amenaza. Pero además también hemos visto cómo han hecho operaciones preocupantes en otros países. Recientemente en Chile, donde grupos delincuenciales que han tenido vínculos históricamente con el régimen de Maduro secuestraron a un militar asilado venezolano y lo asesinaron, y actuaron con completo impunidad en en un país extranjero. Ese tipo de cosas son las que hoy representa a Nicolás Maduro.
También que es fundamental destacar que acá no solamente está en juego la democracia en Venezuela, que la perdimos lamentablemente y la estamos tratando de recuperar. Sino que si la región permite que un régimen como este haga un fraude tan brutal como quieren hacer, después de habernos dicho en los últimos años que había que negociar, que había que ir a elecciones, que había que votar y todo eso, ¿cuál es la vigencia de la democracia? ¿Cómo en los otros países se va a defender o se va a preservar la democracia si no se garantiza que en Venezuela se preserve? Eso es lo que hoy está en juego en la región.
