Por Micah McCartney, de Newsweek
El lanzamiento del lunes marcó el inicio de la apuesta de una empresa por convertirse en la respuesta china a SpaceX de Elon Musk.
El cohete transportó un lote inicial de 18 satélites de comunicaciones en órbita terrestre baja (LEO) de los 15.000 previstos, según informó el China Securities Journal.
El lanzamiento se llevó a cabo en el Centro de Lanzamiento de Satélites de Taiyuan, en la provincia norteña de Shanxi. Según la NASA, un satélite se considera que está en órbita terrestre baja (LEO) a altitudes inferiores a 2.000 kilómetros (1.200 millas) sobre la superficie de la Tierra, lo suficientemente cerca para una comunicación y observación cómodas.
La empresa, Shanghai Spacecom Satellite Technology, llama a la red destinada a proporcionar Internet de banda ancha a nivel internacional «Constelación de las Mil Velas», también conocida como el Plan G60 Starlink, que se puso en marcha el año pasado.
El proyecto, que cuenta con el apoyo del gobierno de la ciudad de Shanghái, podría acabar siendo un rival de Starlink de SpaceX, que actualmente cuenta con unos 6.200 satélites de los 42.000 previstos. El objetivo de Shanghai Spacecom es desplegar toda su constelación de 15.000 satélites para 2030.
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Shanghai Spacecom Satellite Technology no respondió de inmediato a una solicitud escrita de comentarios.
Otra constelación de satélites financiada totalmente por el gobierno, conocida como Guowang y dirigida por el grupo estatal China-Satellite Network Group, también ha estado en marcha desde 2021, con el objetivo final de establecer una red de 13.000 satélites.
El lanzamiento del lunes se produce en un momento en que China se consolida como un actor importante en el espacio exterior, una nueva frontera para la competencia entre grandes potencias. China llevó a cabo 67 misiones de lanzamiento espacial en 2023, solo superada por Estados Unidos, y colocó 221 naves espaciales en órbita. China espera mejorar su juego con 100 lanzamientos este año, según el medio de comunicación estatal Xinhua.
El programa espacial de China se ha establecido como un actor importante en el espacio exterior en los últimos años.
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En 2013, se convirtió en el tercer país en ejecutar una misión no tripulada a la superficie de la Luna y seis años después se convirtió en el primero en poner una nave espacial en el lado oscuro de la Luna. En junio, su última misión, la Chang’e-6, trajo muestras del lado oscuro de regreso a la Tierra.
Shanghai Spacecom Satellite Technology es una de varias empresas chinas que están tomando medidas para establecer redes satelitales a gran escala, parte de una estrategia más amplia para construir capacidades tecnológicas autosuficientes en medio de tensiones globales.
La competencia entre Estados Unidos y China en el espacio se extiende más allá de los intereses comerciales al ámbito de la seguridad, y el Ejército Popular de Liberación de China expresó a principios de este año su preocupación por el potencial militar de Starlink.
Newsweek se puso en contacto con SpaceX con una solicitud de comentarios por correo electrónico fuera del horario de oficina.
Publicado en cooperación con Newsweek
