Cada día un millón de chicos se van a dormir sin cenar. El número surge de un informe de UNICEF en el marco de la nueva campaña: «El hambre no tiene final feliz» que se difundirá en las próximas semanas.
«Mami, ¿por qué nos vamos a acostar sin comer?», le pregunta un niño a su mamá en el nuevo spot publicitario de Unicef y la mujer le responde con un cuento que inventa en el que la heladera también tiene que irse a dormir.
La primera reacción del niño es no creerle, pero la mamá le dice: «¿Escuchás ese ruido?, es la heladera que está roncando» a lo que el nene le pregunta: «‘Y mañana va a estar despierta?»
La campaña, según la entidad, «busca reflejar la situación que atraviesan las familias que se saltean una comida o, en muchos casos, se van a la cama sin cenar, después de haberse endeudado y dejado de comprar alimentos para sortear la falta de ingresos«.
La organización incorpora por primera vez el dato de la cantidad de menores que se van a sus camas sin haber cenado. Pero una información, que sí tiene de años anteriores, es el número de niños que se saltean alguna de las cuatro comidas diarias y esa cifra en la actualidad, aumentó.
El estudio anterior, dado a conocer en junio, indicaba que había un millón de menores de 18 años que no ingerían alguna comida a lo largo del día.
Esa cantidad, acorde al informe que sale junto con la nueva campaña de Unicef, subió a un millón y medio.
Además, si se suma a los adultos que habitan en esas casas, el número crece a 4,5 millones de personas.
Más de siete millones de chicos viven en la pobreza monetaria, según la octava encuesta a hogares con niñas, niños y adolescentes publicada por Unicef este año.
«El aumento de los precios y el estancamiento económico desde hace más de una década han incidido en la capacidad de generación de ingresos de millones de hogares con niñas y niños», explica el texto.