El escándalo en torno a Alberto Fernández por la denuncia de Fabiola Yáñez crece cada vez más. Pero no está solo el tema de la violencia si no también el de los seguros. ¿Un tema tapa al otro? ¿Cómo impacta todo lo que está pasando en el peronismo/kirchnerismo? ¿Sirve el operativo despegue del expresidente? ¿Y en el Gobierno de Milei qué repercusiones tiene?
Para analizar lo que ocurre y poder comprenderlo con detenimiento y profundidad, Newsweek Argentina conversó con el analista político, Federico González.
A raíz del escándalo con la exprimera dama, Fabiola Yáñez, ¿Alberto Fernández es un muerto político? ¿Cómo analiza desde el lado de la política todo lo que está pasando?
–Sí Alberto Fernández es un muerto político en el sentido de que no tiene retorno, yo creo que sí. Es muy difícil retornar de semejantes acusaciones. Por supuesto, también las historias hay que verlas desde el final, hay que ver cómo avanza ese juicio, qué es lo que dictamina la Justicia, pero a no ser que se descubra algo que hoy por hoy uno no se puede imaginar y que lo favorezca, me parece que es poco probable, la suerte de Alberto Fernández está echada.
Creo que la otra implicancia es que la onda expansiva de esa debacle va a arrastrar yo diría al peronismo en su conjunto: al kirchnerismo como epicentro, pero después esas ondas expansivas también llegan a cualquier dirigente, a la doctrina, a la ideología del peronismo.
Así que yo veo un futuro muy gris para ese espacio.
Los dirigentes del peronismo/kirchnerismo están saliendo a despegarse de Alberto Fernández. ¿Esa operación despegue funciona o la sociedad condena a todos por pertenecer al mismo espacio político?
-No es fácil determinarlo con precisión y además, son fenómenos que después van mutando a través del tiempo. Pero yo diría que acá hay que pensar en términos de macro ecuaciones simbólicas: la ecuación simbólica era el peronismo es corrupto, el kirchnerismo ha sido corrupto y todo lo que suene a peronismo, en última instancia estuvo vinculado a algún acto de corrupción. Eso era algo que algunos pensaban, otros dudaban y otros no lo creían.
Yo creo que esto les dio la razón a los que pensaban en esa ecuación, ‘viste que era así al final’. Además acá el problema es que Alberto Fernández había sido cuestionado por muchos motivos de su Gobierno, pero se lo salvaba porque se decía y él mismo se jactaba de no haber tenido ningún acto de corrupción.
Por un lado, el tema de los negocios vinculados a los seguros y el Banco Nación, que todavía no dieron todo lo que tienen que dar en cuanto a investigación judicial, desmintió esa salvación que se hacía de Alberto Fernández. Y el tema personal: al final era un golpeador de su mujer, de la madre de su hijo, era un violento, y todo lo que trascendió en estos días. También era un frívolo porque mientras el país estaba atrevesando dificultades intensas, él estaba de joda y en la Casa de Gobierno.
Hay otro tema que golpea al kirchnerismo, sobre todo al kirchnerismo que es la versión que más se ha consustanciado con el progresismo, que es la discrepancia entre el discurso y la realidad. El hecho de que Alberto Fernández se posicionara a si mismo, se autopromoviera como el primer feminista y al final, era un golpeador, por analogía, refuerza esa idea de que el peronismo no es más que una farsa donde se invocan los sagrados del pueblo, pero después a la hora de los papeles se hace todo lo contrario.
Se invoca a los pobres, Alberto Fernández decía que iban a ser los primeros en recibir los beneficios de las políticas y el peronismo/kirchnerismo aumentó la pobreza.
Entonces, el peronismo como espacio, como ideología, está cercado por todos lados.
¿El escándalo personal tapa el tema de los seguros a nivel sociedad?
–No es que un tema es tan importante que hace olvidar al otro, me parece que el otro (escándalo de los seguros) no se olvida. Lo que pasa es que el tema de lo personal, somos seres sociales y donde hay vínculos sociales en general, la gente atiende más. También hay otro tema que no es un tema menor, la importancia de los detalles. A modo de ejemplo, una cosa es enterarse que alguien fue infiel con uno y otra cosa es ver las fotos o un video, eso es mucho más difícil de amortiguarse, es mucho más dramático.
Acá la puesta en escena de esta noticia, lo digo metafóricamente, fue muy dramática respecto a las fotos que se vieron, obviamente que las fotos sean las fotos y los golpes sean los golpes es algo que determinará la Justicia.
Para que el hecho de corrupción de los seguros sea equivalente, tendría que aparecer un video donde a Alberto Fernández se lo viera diciendo vamos a hacer tal cosa, el te pesqué infraganti.
Son dos hechos diferentes porque en uno entra por los ojos y el otro no. Pero supongamos que sobre el otro (seguros) hubiera un testimonio inequívoco como cuando se contaba el dinero en La Rosadita
Igual a mí me parece que lo personal y lo que está en juego acá, es que un hombre golpeaba a su mujer y de manera bastante intensa. Eso pone al victimario en el lugar del mal.
Si hay un funcionario que es corrupto, si uno lo analiza y hace un razonamiento, la corrupción es algo malo si es un corrupto es mala persona, pero en general esa ecuación no se hace, lo que se dice es si es un corrupto que vaya a la cárcel y que pague.
Ahora cuando alguien está ejerciendo violencia física sobre una mujer y además se dice que también pasó cuando estaba embarazada, ahí se piensa es un desalmado, es mala persona y de eso es muy difícil volver, cuando a uno lo pusieron en el lugar del mal en el sentido casi literal, cinematográfico o literario del término.
Milei se refirió al tema y marcó el hecho de que le decían violentos a ellos, pero al final los violentos estaban del otro lado. ¿Cómo impacta/ repercute todo lo que está pasando en el oficialismo?
-Como estamos en una época de polarización, de grieta, todo es simétrico: la desgracia de un político es una desgracia para él y un beneficio para su adversario que está en las antípodas. Si ahora la violencia está simbolizada por un importante dirigente del peronismo, Milei dice me decían violento a mí y al final el verdadero violento es este (Alberto Fernández).
Por lo tanto, este episodio le dio muchos argumentos al Gobierno de Javier Milei en general y a Javier Milei en particular.
Dicho en otros términos, cuando a alguien se lo acusa de algo y después se prueba que hay otro, que es el que te acusaba, que hizo algo diez veces peor. Entonces no solo vos hiciste algo diez veces peor si no que ahora se pone en duda cuando vos decías que yo hacía algo malo fuera algo malo. Malo es eso que vos hiciste.
En consecuencia, al Gobierno y a Milei le vienen como anillo al dedo las desgracias de Alberto Fernández, desgracias no en el sentido de víctima si no por propia responsabilidad cayó en desgracia.
